“¡De qué modo tan singular, tan incomprensible, juega con nosotros el destino!... ¿Conseguimos alguna vez lo que deseamos? ¿Alcanzamos aquello para lo que están dispuestas nuestras fuerzas? todo ocurre, por el contrario, al revés.
Al uno otorgó la suerte maravillosos caballos y pasea con ellos indiferente, sin reparar en su belleza, mientras que otro, cuyo corazón arde de pasión por los caballos, camina a pie y se satisface tan sólo chascando la lengua cuando delante de él pasa un buen trotador. Aquél dispone de un magnífico cocinero; pero, desgraciadamente, su boca es tan pequeña que no puede pasar por ella más de dos pedacitos; otro la tiene, en cambio, del tamaño del arco del edificio del Estado Mayor y ha de contentarse con comida alemana hecha a base de papas. ¡De qué extraña manera juega con nosotros el destino! ¡Todo es engaño! ¡Todo es ensueño! ¡Todo es otra cosa de lo que parece!"
Nikolái Gógol
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