sábado, 27 de mayo de 2023
Harold Bloom
Mario Benedetti
MICHEL DE MONTAIGNE
(Estamos formados por jirones de múltiples colores, unidos entre sí de manera tan libre, tan floja, que cada uno ondea a cada instante a su voluntad. Y son tantas las diferencias que hay entre nosotros y nosotros mismos como las que hay entre nosotros y los otros.)
Essais, Segundo libro, 1
viernes, 26 de mayo de 2023
svetlana aleksiévich
Flaubert se llamaba a sí mismo la pluma humana; yo diría que soy un oído humano. Cuando camino por la calle ‘atrapo’ palabras, frases y exclamaciones, siempre pienso “¡cuántas novelas desaparecen sin dejar rastro!”. Desaparecen en la oscuridad. No hemos sido capaces de capturar el lado conversacional de la vida humana para la literatura. No lo apreciamos, no nos sorprende ni nos encanta. Pero me fascina y me ha hecho su prisionera. Me encanta cómo hablan los seres humanos… me encanta la voz humana solitaria. Es mi más grande amor y mi pasión. El camino hasta este podio ha sido largo: casi cuarenta años yendo de persona en persona, de voz en voz. No puedo decir que siempre he estado recorriendo este camino. Muchas veces he estado conmocionada y asustada de los seres humanos. He experimentado el placer y repugnancia. A veces he querido olvidar lo que he escuchado para volver al momento en que vivía en la ignorancia. Más de una vez, sin embargo, he visto lo sublime en la gente, y he querido llorar. Viví en un país donde se nos enseñó a morir desde la infancia. Nos enseñaron la muerte. Nos dijeron que los seres humanos existen con el fin de dar todo lo que tienen, de agotarse, de sacrificarse. Nos enseñaron a amar a la gente con armas. Yo había crecido en un país diferente, y no podría haber recorrido este camino. El mal es cruel, tienes que vacunarte contra él. Crecimos entre verdugos y víctimas. Incluso si nuestros padres vivían en el miedo y no nos decían todo —y más a menudo no nos dijeron nada— el aire de nuestra vida fue envenenado. El mal mantuvo un ojo vigilante sobre nosotros. He escrito cinco libros, pero siento que todos son uno solo, un libro sobre la historia de una utopía… Varlam Shalámov una vez escribió: “Yo participé en la colosal batalla, una batalla que se perdió, para la auténtica renovación de la humanidad”. Reconstruyo la historia de esa batalla, sus victorias y sus derrotas. La historia de la gente que quiso construir el Reino de los Cielos en la tierra. ¡El Paraíso! ¡La Ciudad del Sol! Al final, lo único que quedó fue un mar de sangre, millones de vidas humanas en ruinas. Hubo un tiempo, sin embargo, cuando no había idea política del siglo XX comparable con el comunismo (o la Revolución de Octubre como su símbolo), un tiempo en que nada atraía más poderosa o emocionalmente a los intelectuales de Occidente y gente de todo el mundo. Raymond Aron llamó a la Revolución Rusa “el opio de los intelectuales”. Pero la idea del comunismo tiene al menos dos mil años de antigüedad. Podemos encontrarla en las enseñanzas de Platón acerca de un Estado ideal; en los sueños de Aristófanes sobre una época en que “todo va a pertenecer a todo el mundo”. En Tomás Moro y Tommaso Campanella… Luego, en [Claude-Henri de] Saint-Simon, Fourier y Robert Owen. Hay algo en el espíritu ruso que obliga a tratar de convertir esos sueños en realidad.
Juan Ramón Jiménez
Estoy triste, y mis ojos no lloran
jueves, 25 de mayo de 2023
Alda Merini
Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las caídas que, para efectos prácticos, debían darse por muertas. Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían que esos esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió. La otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo. Las otras le preguntaron: “¿No escuchabas lo que te decíamos?” La ranita les explicó que era sorda, y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para salir del hueco.
miércoles, 24 de mayo de 2023
MICHEL TOURNIER
martes, 23 de mayo de 2023
En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso de agua enfrente de él. — ¿Cuánto cuesta un helado con chocolate y maní? —preguntó el niño. —Cincuenta centavos —respondió la mujer. El niño sacó la mano del bolsillo y examinó las monedas. — ¿Cuánto cuesta un helado solo? —volvió a preguntar. Algunas personas esperaban mesa y la camarera ya estaba un poco impaciente. —Veinticinco centavos —dijo bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. —Quiero el helado solo —dijo. La mesera le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se retiró. El niño terminó el helado, pagó en la caja y salió. Cuando la mesera volvió a limpiar la mesa, le costó tragar saliva al ver que allí, ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco centavos: su propina.
Oliverio Girondo
lunes, 22 de mayo de 2023
William Godwin
Sin embargo, tal y como dijimos anteriormente, las ideas de Godwin no eran muy aceptadas en su época. Tampoco era un pensador muy conocido aunque Kropotkin escribiera sobre él en la Enciclopedia Británica. Solo algunos grupos reducidos se interesaron por ellas como en los románticos ingleses que formaron diferentes comunas en los EE.UU.
https://www.cntvalladolid.es/william-godwin-la-razon-libertaria/
KOZAN ICHIKYO
Con las manos vacías llegué al mundo
Descalzo me marcho de él.
Mi llegada,
mi partida,
Dos simples sucesos
Que se enredaron.
Annie Ernaux
En cuanto a la carga de salvar el planeta, destruido en gran parte por el apetito de los poderes económicos, es de temer que esta carga no recaiga sobre los que ya están desposeídos. El silencio, en ciertos momentos de la historia, no es oportuno.
Al concederme la más alta distinción literaria, el trabajo de escritura y de búsqueda personal realizado en la soledad y la duda se colocan bajo una gran luz. No me deslumbra. No considero la concesión del Premio Nobel como una victoria individual. No es orgullo ni modestia pensar que se trata, en cierto modo, de una victoria colectiva. Comparto el orgullo con quienes, de un modo u otro, desean más libertad, igualdad y dignidad para todos los seres humanos, independientemente de su sexo y género, su piel y su cultura. Los que piensan en las generaciones futuras, en la salvaguarda de una Tierra que el apetito de lucro de unos pocos sigue haciendo cada vez menos habitable para todas las poblaciones.
Si remonto sobre la promesa que hice a los veinte años de vengar a mi raza, no puedo decir si la he cumplido. Es de ella, de mis antepasados, hombres y mujeres empeñados en tareas que les hicieron morir demasiado pronto, de donde recibí fuerza y rabia suficientes para tener el deseo y la ambición de hacerles un lugar en la literatura, en ese conjunto de voces múltiples que, muy pronto, me acompañaron dándome entrada a otros mundos y a otros pensamientos, incluido el de insistir contra ella y querer cambiarla. Inscribir mi voz de mujer y de tránsfuga social en lo que ha sido siempre un lugar de emancipación, la literatura.
domingo, 21 de mayo de 2023
"RULFO: Maestro, soy yo, Rulfo. Qué bueno que ya llegó. Usted sabe cómo lo estimamos y lo admiramos.
sábado, 20 de mayo de 2023
Leopoldo María Panero.
«Aquí estoy yo, Leopoldo María Panero
Epopeya
¡Escuchadme ancianos!
¡A mí, escuchadme!
¡Lloro yo también por mi amigo, Enkidú!
¡Como plañidera, lloro amargamente! [¡Por Enkidú],
hacha de mi costado, defensa de mi brazo,
espada de mi funda, escudo delante de mí,
vestido de mis fiestas, estola de alegría!
Un demonio maligno surgió y me lo arrebató.
¡Mi amigo, mulo errante, onagro del monte, pantera de la estepa,
Tomas Tranströmer
viernes, 19 de mayo de 2023
Charles Duhigg
¿Cómo cambian los hábitos? Por desgracia, no existe una serie de pasos específicos que nos garantice que a todos nos funcionará. Sabemos que un hábito no se puede erradicar; sencillamente, se ha de sustituir. Y sabemos que los hábitos son más maleables cuando se aplica la Regla de Oro para cambiar los hábitos: mantener la misma señal y la misma recompensa, e insertar una nueva rutina. Pero eso no basta. Para que el hábito se afiance, hemos de creer que el cambio es posible. Normalmente, esa creencia sólo surge con la ayuda de un grupo. Si quieres dejar de fumar, instaura una rutina diferente que satisfaga el deseo de fumar. Luego, busca un grupo de apoyo, unos cuantos ex fumadores, o una comunidad que te ayude a creer que puedes estar sin nicotina, y utiliza al grupo cuando sientas que te fallan las fuerzas. Si quieres adelgazar, estudia tus hábitos para determinar por qué te levantas realmente todos los días de tu mesa de trabajo para ir a comer algo, y luego encuentra a alguien con quien puedas dar el paseo, o cotillear en su despacho en lugar de ir a la cafetería, un grupo con el que puedas perseguir tus metas para perder peso o alguien que prefiera tener una reserva de manzanas, en lugar de tener unas patatas chips. Es evidente: si quieres cambiar un hábito has de hallar una rutina alternativa, y tus probabilidades de éxito aumentarán espectacularmente cuando te comprometes a cambiar formando parte de un grupo. Tener fe es esencial, y eso se produce a raíz de una experiencia grupal, aunque esa comunidad sólo se componga de dos personas. Sabemos que el cambio es posible. Los alcohólicos pueden dejar de beber. Los fumadores pueden dejar de fumar. Los eternos perdedores pueden llegar a ser campeones. Puedes dejar de morderte las uñas o de picotear en el trabajo, de gritar a tus hijos, de pasarte la noche en vela o de preocuparte por cosas pequeñas. Y tal como han descubierto los científicos, no sólo cambian las vidas de las personas cuando se ocupan de sus hábitos. También las empresas, organizaciones y comunidades pueden hacerlo
Jorge Massias.
¿Dónde estas? ¿Qué cielo cruzas sin extrañarme, nube perdida?
Peter Handke
«Juega el juego. No te dejes nada dentro. Arrostra desafíos. Pero sin buscar bazas concretas. Evita ocultar tus motivaciones. No guardes nada para ti. Sé generoso y fuerte. Involúcrate, y que la idea de ganar se vaya al diablo. No analices demasiado, no calcules, pero mantente alerta, alerta a las señales. Sé vulnerable. Muestra tus ojos, invita a los otros a mirar en tu interior; asegúrate de que mantener el espacio suficiente y trata de reconocer en cada uno su propia imagen. No tomes decisiones si la ilusión no te empuja a ellas. Permítete perder. Sobre todo, date tiempo y toma rodeos. Nunca ignores lo que un árbol o una laguna tienen que decirte. Entrégate allí donde te atraiga hacerlo y permítete el tirarte al sol. No te preocupes por tus parientes, ofrece tu ayuda a extraños, agáchate para examinar las pequeñeces, zambúllete en lugares desiertos, no te creas lo elevado del drama del destino, ríete de los conflictos hasta que se vean pequeños. Muéstrate tal como piensas hasta que demuestres que tienes razón y el crujido de las hojas se vuelva melodioso. Date una vuelta por los pueblos».
Saráh Bachaou
El camino del amor es el camino de la vida, si no amas, si sólo te mueves con la mente, entonces tu mente no puede ser constructiva; sólo en manos del amor la misma mente que ha producido la energía atómica para destruir, se vuelve no obstante constructiva.
jueves, 18 de mayo de 2023
Paramahansa Yogananda
Matthew White
La Baja Edad Media había sido una buena época para la Iglesia católica romana, que se había convertido en una compañía transnacional que podía sostener la mirada a monarcas seculares y hacerlos pestañear. Además de proclamar cruzadas, Roma podía eludir impuestos, obligar a emperadores arrogantes a arrodillarse penitentes en la nieve, y enviar inquisidores a sembrar el terror entre los lugareños. Tenían ejércitos de monjes guerreros como los templarios, los hospitalarios y los caballeros teutónicos. Los nobles reconcomidos por la culpa habían sobornado a Dios con donaciones de tierras libres de impuestos, dinero en metálico, arte y fondos para la construcción. Los detalles no importan ahora. Todo lo que hay que saber es que en 1500, el papado estaba en la cúspide del mundo. Con el constante flujo de riqueza y poder, la Iglesia católica se había corrompido hasta los cimientos, pero siempre se las arreglaba para aplastar cualquier movimiento reformista antes de que se descontrolase. El reformista checo Jan Hus fue capturado y quemado en la hoguera en 1415. Y a pesar de que el también reformista inglés John Wyclife murió de causas naturales en 1384 antes de que la Iglesia pudiera plantar sus garras sobre él, ésta hizo desenterrar su cadáver y lo quemó unos años después para mostrar su desaprobación. Finalmente, otro reformista, Martín Lutero, sobrevivió a su ira, y la Reforma inició su andadura en 1520. Con la puerta abierta de par en par, personas de todo el noroeste de Europa desertaron de la Iglesia católica. Muchos monarcas apartaron a sus países de la esfera católica y fundaron nuevas iglesias nacionales a medida de sus necesidades locales; sin embargo, las naciones más antiguas y más poderosas, especialmente Francia y España, hacía tiempo que habían obligado a la Iglesia católica a compartir su riqueza y su poder con el estado. Ahora, como socios de pleno derecho con intereses en el bienestar de la Iglesia, estos monarcas no tenían motivo alguno para permitir que la Reforma minase su poder. En estos países, los disidentes tenían que reunirse en la calle si querían practicar las nuevas variantes del cristianismo. Entre los nuevos reformistas que clamaban por toda Europa estaba Juan Calvino, un francés que rápidamente fue expulsado de aquel país y se refugió en Ginebra. Mientras que el luteranismo era catolicismo después de la actuación de los auditores, que lo limpiaron, simplificaron y adaptaron a las necesidades locales, el calvinismo era luteranismo elevado al cuadrado: austero, populista y descentralizado. Denominados hugonotes en Francia y puritanos en Inglaterra, los calvinistas creían en la absoluta pecaminosidad del hombre, que sólo podía ser redimido por la clemencia de Dios. Denunciaban la frivolidad y la corrupción del mundo humano y alentaban a los devotos a vivir en estricta y engreída santidad, sin transigencias. Allí donde arraigó el calvinismo, la guerra civil fue la secuela
miércoles, 17 de mayo de 2023
Anthony de Mello
Pasando a otra idea, hablemos de problema de la valía personal. La valía personal no significa el valor de uno mismo. ¿De dónde procede el valor de uno mismo? ¿Se obtiene del éxito en el trabajo? ¿Se obtiene de tener mucho dinero? ¿Se obtiene de atraer a muchos hombres (si usted es mujer) o a muchas mujeres (si usted es hombre)? Cuán frágil es eso, cuán transitorio. Cuando hablamos del valor de uno mismo, ¿no estamos hablando realmente de cómo nos reflejamos en el espejo de la mente de los demás? Pero ¿tenemos que depender de eso? Uno comprende su propia valía personal cuando ya no se identifica o se define en función de esas cosas pasajeras. No me vuelvo bello por el hecho que todos digan que soy bello. Realmente no soy ni bello ni feo. Estas cosas van y vienen. Mañana podría transformarme en una criatura muy fea, pero todavía sería "yo". Entonces, digamos que me hago cirugía plástica y otra vez vuelvo a ser hermoso. ¿El "yo" realmente se vuelve hermoso? Es necesario dedicar mucho tiempo a reflexionar sobre estas cosas. Se las he dicho rápidamente, pero si dedican tiempo a comprender lo que he dicho, para profundizar en ello, tendrán una mina de oro. Lo sé, porque cuando lo descubrí la primera vez descubrí un verdadero tesoro.
El cerebro emocional mantiene, pues, casi una mayor intimidad con el cuerpo que con el cerebro cognitivo. Y por esta razón suele ser más fácil acceder a las emociones a través del cuerpo que mediante la palabra. Marianne, por ejemplo, que seguía desde hacía dos años una cura psicoanalítica freudiana tradicional, se tendía en el diván y se esforzaba todo lo posible para “asociar libremente” temas que la hacían sufrir, a saber, y esencialmente, su dependencia afectiva de los hombres. Sólo tenía la impresión de vivir plenamente cuando un hombre le repetía que la amaba. Soportaba muy mal las separaciones, incluso las más breves. Esto la dejaba en un estado de ansiedad difusa, como una niña. Tras dos años de análisis, Marianne comprendía perfectamente su problema. Podía describir con detalle la complicada relación con su madre, que la confió a menudo a nodrizas anónimas, y se decía que con toda probabilidad eso explicaría su permanente sentimiento de inseguridad. Con el espíritu formado en una gran escuela, Marianne se había apasionado por el análisis de sus síntomas y la manera en que los revivía en la relación con su analista, del que se había hecho, claro está, muy dependiente. Marianne había realizado grandes progresos y se sentía más libre, aunque en el análisis nunca había podido revivir el dolor y la tristeza de su infancia. Siempre concentrada en sus pensamientos y el lenguaje, ahora se daba cuenta de que nunca había llorado en el diván. Con gran sorpresa, fue al visitar a una masajista, en el transcurso de una semana de talasoterapia, cuando de repente se reencontró con sus emociones. Se hallaba tendida de espaldas y la masajista le masajeaba suavemente el vientre. Cuando acercó las manos a un punto concreto, por debajo del ombligo, Marianne sintió ascender un sollozo hasta la garganta. La masajista se dio cuenta y le pidió que simplemente observase lo que sentía, y después insistió, con suavidad, aplicando movimientos giratorios sobre ese punto. Al cabo de pocos segundos, Marianne fue presa de violentos sollozos que le sacudieron todo el cuerpo. Se vio en una mesa de hospital, tras una operación de apendicitis, a los siete años, sola, porque su madre no había regresado de vacaciones para ocuparse de ella. Esta emoción, que tanto había buscado en su cabeza, se hallaba desde siempre oculta en su cuerpo.
martes, 16 de mayo de 2023
Peter Watson
Georges Braque superaba el metro ochenta y era un hombre de rostro ancho, cuadrado y atractivo, procedente del puerto del Havre, en el Canal de la Mancha. Hijo de un decorador con aires de artista, Braque era una persona apegada al contacto físico, que practicaba el boxeo, amaba el baile y era siempre bien recibido en las fiestas de Montmartre porque tocaba el acordeón (aunque Beethoven era más de su gusto). «Nunca decidí hacerme pintor, de igual manera que nunca decidí empezar a respirar —dijo—. No recuerdo haber hecho una elección». [269] En 1906 expuso sus cuadros por vez primera en el Salon des Indépendants, y en 1907 su obra ya tenía un lugar al lado de la de Matisse y Derain: se había hecho tan famosa que no era difícil venderla a medida que la iba produciendo. A pesar de su éxito, cuando vio Les demoiselles d’Avignon vio claro que era ése el camino que debía seguir y no dudó en cambiar de rumbo. Durante dos años, a medida que evolucionaba el cubismo, vivieron prácticamente pegados el uno al otro, pensando y trabajando como una sola persona. «Las cosas que nos dijimos durante esos años Picasso y yo —dijo más tarde — nunca se volverán a decir, y si se dijeran, nadie sería ya capaz de entenderlas. Éramos como dos montañeros atados a la misma cuerda»
lunes, 15 de mayo de 2023
El sufrimiento es un estado de inconsciencia. Somos desgraciados porque no somos conscientes de lo Que estamos haciendo de lo que estamos pensando, de lo que estamos sintiendo... y por eso nos contradecimos continuamente, a cada momento. La acción va en una dirección, el pensamiento en otra, el sentimiento está en otra parte. Nos vamos haciendo pedazos, cada vez estamos más fragmentados. Eso es el sufrimiento: perdemos integración, perdemos unidad. Perdemos por completo. el centro, somos una simple periferia. Y naturalmente, una vida que no sea armoniosa está condenada a ser miserable, trágica, una carga que hay que llevar como se pueda un sufrimiento. Lo máximo que uno puede hacer es conseguir que este sufrimiento sea menos doloroso. Y existen mil y una clases de quita dolores. No solo están las drogas y el alcohol: la religión también se ha utilizado a modo de opio. Deja a las personas drogadas. Y naturalmente, todas las religiones están en contra de las drogas, porque ellas mismas se dedican al mismo negocio; están en contra de los competidores. Si la gente toma opio, puede que deje de ser religiosa; puede que ya no tenga necesidad de ser religiosa. Si ya han encontrado el opio, ¿por qué tendrían que molestarse con la religión? Y el opio es más barato, exige menos compromiso. Si la gente toma marihuana, LSD y otras drogas más sofisticadas, es natural que no sea religiosa, porque la religión es una droga muy primitiva. Por eso todas las religiones están contra las drogas. La razón no es que estén verdaderamente en contra de las drogas. La razón es que las drogas son competidores y, por supuesto, si se puede impedir que la gente use drogas será más fácil que caigan en las trampas de los sacerdotes, porque esa es la única salida que les queda. Es una especie de monopolio: en el mercado solo queda su opio y todo lo demás se declara ilegal. La gente vive sumida en el sufrimiento. Solo existen dos maneras de salir de él: la primera consiste en convertirse en meditador: alerta, despierto, consciente... y eso es algo muy difícil. Se necesita coraje. La manera más barata consiste en encontrar algo que te pueda dejar aún más inconsciente de lo que ya estás, para que no puedas sentir el sufrimiento. Encuentra algo que te deje totalmente insensible, algo que te intoxique, algún anestésico que te deje tan inconsciente que puedas escapar a esa inconsciencia y olvidar todas tus ansiedades, angustias y sin sentidos. La segunda manera no es la verdadera. La segunda manera solo hace que tu sufrimiento resulte un poco más confortable, un poco más soportable, un poco más cómodo. Pero no ayuda, no te transforma. La única transformación llega por la vía de la meditación, porque la meditación es el único método que te hace consciente. Para mí, la meditación es la única religión verdadera. Todo lo demás es un engañabobos. Y existen diferentes marcas de opio: cristianismo, hinduismo, islamismo, jainismo, budismo... pero son solo diferentes marcas. El recipiente es distinto, pero el contenido es el mismo: todas te ayudan de algún modo a adaptarte a tu sufrimiento. Lo que yo me propongo es llevarte más allá del sufrimiento. No hay necesidad de adaptarse al sufrimiento: existe la posibilidad de librarse por completo de él. Pero el camino es un poco difícil; el camino es un desafío. Tienes que hacerte consciente de tu cuerpo y de lo que haces con él...
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