jueves, 30 de mayo de 2024

 «A veces digo, aunque no del todo en serio, que el enamoramiento es la parte excitante del principio, y que el amor real es la parte aburrida que viene después —me dijo en una ocasión la poetisa Wendy Cope—. Los enfermos de amor están poniendo a prueba sus fantasías frente a la realidad.» Pero, dada la angustia que eso puede causar —la pérdida de la libertad mental, la insatisfacción consigo mismo y el terrible dolor—, ¿por qué algunos se empeñan en ignorar la realidad durante tanto tiempo? A menudo, la razón de esto es que afrontar la realidad implica aceptar la soledad. Y mientras que la soledad puede ser útil —motivándonos, por ejemplo, a conocer a alguien nuevo—, el miedo a la soledad puede funcionar como una trampa, encerrándonos en un sentimiento duradero de abatimiento amoroso. En el peor de los casos, el enamoramiento se convierte en un hábito mental, una manera de mirar el mundo que no es muy distinta a la paranoia.

STEPHEN GROSZ

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