PENSANDO EN BERTOLT BRECHT
Tratar de que el mundo que dejamos sea más bueno, dices mientras escuchas desde tu cama de hospital el canto del mirlo de primavera. Brecht, autor dramático que recogiste las acciones de los hombres para iluminarlas. Brecht jugador que no supiste de treguas ni de trampas, ni perdonaste jamás a los santos propietarios, es difícil decir la verdad, gritarla bajo el cielo azul y tonto de los hombres que se explotan y se matan.Cerca de la agonía dijiste que tu dolor era más leve al pensar que después otros hombres escucharían también el canto del mirlo en los balcones de las casas de los hombres pequeños ¿Qué haremos con tus mirlos, viejo autor, querido viejo, amigo de los explotados? Recuerdo —y va de anécdota como en tus obras— a un mi tío que al sentirse morir se levantó de su silla (estábamos en el corredor de una vieja casa azotada por el viento de los Altos de Jalsico), nos miró a todos, y sin decir palabra fue a esconderse en un rincón de la caballenza. Ahí esperó su muerte acurrucado bajo un pesebre. Aún no sé si su acto fue de humildad, de suprema elegancia, o de orgullo herido por la postrera y peor de las humillaciones.
En fin... era ya viejo y poco o nada había hecho para mejorar el mundo...
Divago... pienso en ti,en los mirlos que cantarán muy pronto...cuando la primavera...
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