Tenía tan solo 47 años de edad cuando los médicos le dijeron que sólo le quedaban dos meses de vida.
¿Qué haces cuando eres el autor más grande de la música ranchera y te quedan tan sólo dos meses de vida?
José Alfredo llamó a su amiga Chavela Vargas para decirle que la estaba esperando en el Tenampa en Garibaldi, para que lo acompañara a correrse su última juerga.
Ahí en una mesa del Tenampa acompañados también de su amigo Tomás Méndez autor de Cucurrucucú Paloma, tomaron el mejor tequila que tenían en la cantina rodeados de mariachis, cantaron todas sus canciones durante tres días y tres noches.
Después, tambaleándose, salió José Alfredo del Tenampa deteniéndose en la puerta para ver por última vez, su lugar favorito.
Después de una larga agonía a consecuencia de la cirrosis, llegó la parca el 23 de noviembre de 1973, lo tomó de la mano y se lo llevó.
No vale nada la vida
La vida no vale nada
Comienza siempre llorando
Y así llorando se acaba
Por eso es que en este mundo
La vida no vale nada
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