No he conseguido nada, ni siquiera ser un malvado; no he logrado ser guapo, ni perverso; ni un canalla, ni un héroe... Ni siquiera un mísero insecto. Y ahora termino mi existencia en un rincón, donde trato de consolarme ( aunque sin éxito) diciéndome que un hombre inteligente no consigue nunca llegar a ser nada y que sólo un imbécil triunfa.
Memorias del subsuelo,.
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