El trabajo me daba dinero, pero me quitaba tiempo. Así que la intuición me dijo que podría hacer otra cosa con mi vida. Y probé suerte. El ocho de octubre de 2001… ¿Habéis nacido en el 2001 vosotros? ¡Madre mía! Incluso antes de que hubierais nacido, yo ya cambié de vida, y en 2001 empecé a recorrer en bicicleta América del Sur. Llegué a La Paz, Bolivia, bajé hasta Ushuaia, Tierra del Fuego, subí Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil, Paraguay y Uruguay. Un viaje de año y medio. Más de 31.000 kilómetros. Cuando yo trabajaba en Madrid, tenía una afición. Yo soy payaso. Yo soy de las pocas personas que le llamas payaso y no se enfada. Cuando yo escucho en un accidente de tráfico: «¿Pero no me viste que venía? ¡Payaso!». Digo: «¡Eh, ese soy yo!». A nadie le llamas policía, bombero, carpintero… Pero «payaso» parece un insulto. Yo soy payaso a mucha honra. Y decidí llevarme el payaso conmigo a Sudamérica. Pero no lo llevé para ganar dinero, lo llevé para regalar. Yo hacía el espectáculo en los lugares más humildes: en orfanatos, en cárceles… Entonces, diréis: «Bueno, ¿y cómo financiaste el viaje?». Bueno, pues fue un proyecto autofinanciado. Vendí el auto. Vendí el coche que tenía y con el dinero del auto pagué el viaje. Pero como no era un Mercedes, era simplemente un Twingo, no me daba para mucho. Así que tenía que ir pidiendo alojamiento en bomberos, en iglesias… He dormido en los lugares más insospechados. Y al terminar ese viaje, volví. Y todos pensaron: «¿Ya te has curado?». Y digo: «No, ahora es peor. Ahora tengo que dar la vuelta al mundo. Esto es incontrolable».
Porque los sueños te vuelven la vida patas arriba. Los sueños, cuando son de verdad intensos y nacen del fondo del corazón, te cambian la vida. Y me la cambió. Escribí un libro de aquella experiencia, Kilómetros de sonrisas. Y en el libro escribí: «El autor se irá a dar la vuelta al mundo el 19 de noviembre del 2004». ¿Sabéis por qué puse una fecha? Porque los sueños solo los cumples cuando les pones fecha. Cuando haces público tu sueño, cuando publicas, cuando te comprometes. Así que el 19 de noviembre del 2004, había un montón de gente esperando que me fuera, y yo no estaba preparado. Pero el camino te prepara. El camino te enseña. En el camino aprendes. Y partí. Partí sin saber cuántos años iba a tardar. Yo pensé ocho o nueve, no sé. Salí de Oviedo, recorrí España, entré a África, recorrí África por la costa oeste hasta Sudáfrica. Subí… Todo esto en bicicleta, ¿eh? Subí hasta El Cairo. Ahí, a los tres años, me paré, escribí un libro: África con un par. Seguí por Asia, Oriente Medio, pasé por Siria antes de la guerra, en el 2008. Uno de los pueblos más hospitalarios. Recuerdo una conferencia en un colegio en EE. UU., y un chico me pregunta: «¿Cuáles son los países más peligrosos que has visitado?». Y le digo: «¿Cuáles crees tú?». Y me dice: «Irán, Sudán y Siria». Y digo: «No te lo vas a creer. Esos tres han sido los más hospitalarios». Y yo lo sé porque los he recorrido, no porque lo he visto en la tele. De hecho, no tengo tele desde hace muchos años.
Llegué a Nepal, entré a China, Mongolia y llegué a Japón en el 2011. ¿Sabéis lo que pasó en Japón en el 2011? El tsunami, ¿verdad? Me agarró el tsunami cuando estaba allí. Y fue una oportunidad de poder hacer mi espectáculo de payaso para la gente más humilde, los que habían perdido todo. Volé a Australia, recorrí Nueva Zelanda, llegué a Hawái, a Alaska, y recorrí toda América de punta a punta. Otra vez llegué a Ushuaia. Esta vez un día antes del invierno, con nieve. Subí a Brasil y en barco crucé a Europa. Llegué a Italia diez años después. Subí a Noruega, a Cabo Norte, bajé a Grecia… Todo esto en bici, ¿eh? Bajé a Grecia, subí a Inglaterra a ver a la reina, la vi, y volví a España, Portugal, y regresé a la ciudad de la que había partido 13 años después. El mismo día, el 19 de noviembre, pero 13 años después. La persona que llegó no es la misma que la que se fue. La persona que llegó había aprendido muchas cosas. Porque viajar es una gran universidad. Yo había recibido educación de mi familia, del colegio, de la universidad… Pero el viaje tenía otras enseñanzas para mí que luego quiero compartir con vosotros.
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