Ya sé que hoy os preguntáis: Cuánto durará. Esta
tarde he venido para deciros que, por más difícil que
sea el momento, cuanto más frustrante sea la situa-
ción, no durará mucho, porque la verdad aplastada
contra el suelo renacerá.
¿Cuánto durará? No mucho, porque ninguna men-
tira puede perdurar para siempre.
¿Cuánto durará? No mucho, porque todavía co-
secháis lo que sembráis.
¿Cuánto durará? No mucho porque el brazo del
universo moral es largo se dobla hacia la justicia
¿Cuánto durará? No mucho, porque mis ojos han
visto la gloria de la venida del Señor, pisoteando el vi-
ñedo donde residen las uvas de la ira. Ha desatado el
fatídico resplandor de Su espada rápida y terrible. Su
verdad está en camino.
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