Historia de un Ironman

Historia de un Ironman; Superación para realizar un sueño

30 julio, 2013

Un Ironman es la prueba más exigente del triatlón. Consta de 3,800 metros de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera, es decir una maratón. La carrera tiene un tiempo límite de 17 h, aunque en Niza de 16 h. y en Roth por ejemplo el límite para puntuar es de 15h. máximo. Los triatletas que compiten en esta distancia deben de entrenar duramente para esta prueba, cubriendo grandes distancias de natación, ciclismo y trote a la semana durante un mínimo de uno o dos años, tanto a nivel amateur como profesional, además de participar en una serie de pruebas clasificatorias para llegar a competir, siendo el solo hecho de clasificar motivo de reverencia. Muchos consideran a este como el deporte más difícil de la historia.
Soy bombero del Ayuntamiento de Mijas y quiero contar mi historia para que ayude a otras personas y que sepan que no hay límites cuando uno tiene positividad y ganas de realizar sus sueños.
Nací el 02 de septiembre de 1974, tengo 38 años y soy el cuarto de cinco hermanos. Desde que nací le di quebraderos de cabeza a mi madre, fui sietemesino y a lo largo de todos estos años he sufrido varias operaciones quirúrgicas como una esplenectomía, que es extirpación del bazo sanguíneo cuando me atropelló una moto con seis años; Este órgano se encarga de ayudar al cuerpo a combatir los gérmenes y las infecciones e igualmente ayuda a filtrar la sangre, tengo siete clavos y una placa en el tobillo derecho al caerme con la moto, así como con 36 años me detectaron artrosis deportiva, y hace dos años me pusieron una prótesis superficial en la cadera derecha en la clínica Dexeus de Barcelona. He sufrido a causa de mi deporte favorito, el fútbol, unas 26 luxaciones de hombro izquierdo, con dos intervenciones quirúrgicas. Es decir que he tenido muchas lesiones y las he superado con éxito.
El 01 de Mayo del 2009 mí padre falleció a causa de un infarto al corazón, yo vivía con él y lo echo en falta todos los días. Fue entonces cuando prometí realizar una prueba de larga distancia como un Ironman. Quería saber si tras todas las operaciones y tirando de orgullo y corazón, como dice mi amigo Josef Ajram quería saber: Dónde está mi límite?

Hace dos años me apunté al Ironman de Regensbour pero lo tuve que anular porque no había entrenado nada y me pillaba mal de fecha, así que sin pensármelo ni nada me inscribí en el único Ironman que se celebra en toda Francia, el de Niza. Este Ironman es uno de los más duros del mundo junto a los que se celebran en Lanzarote y Hawái.

Así que el jueves 20 de Junio mi amigo Salva y yo tomamos dirección a Niza a las 07:00 horas. Tras 12 horas y yendo muy tranquilos contándonos anécdotas mutuamente y riéndonos mucho paramos en Gerona para dormir y, al día siguiente llegamos a Niza, no sin antes hacer una derrama económica tremenda para los peajes los dos días que duró. Es mucho más barato ir en avión que en coche desde Málaga, lo digo por si a alguno se le ocurre hacer la prueba el año que viene.

Al llegar me quedé gratamente sorprendido por la organización, al ser mi primer Ironman me gustó mucho lo bien montado que estaba todo y me fui dando cuenta de la magnitud de la prueba que iba a realizar.
Mi currículum como triatleta se resume en varias pruebas de la modalidad sprint en Mijas, Estepona, Marbella y Málaga, así como el Xchallenger de Tarifa y el Ican de Málaga, con una distancia de medio Ironman. Todas estas pruebas en el trascurso de un año.

EL DÍA DE LA PRUEBA
El día anterior a las 21:00 tenía todo preparado y me tumbé en la cama leyendo el libro de Josef Ajram “No sé dónde está el límite, pero sí sé dónde no está” y sobre las 22:00 apagamos las luces mi amigo Salva y yo y a descansar.
Puse el despertador a las 04:00 horas, y para variar a las 03:56 abrí los ojos, como me pasa cuando voy a trabajar. Me levanté muy positivo y convencido, por lo menos, de estar en la línea de salida. Desayuno con galletas y zumo de piña, y rápidamente al servicio como era de prever. Nos dimos un abrazo y salimos con ganas y mucha emoción del hotel. Llevamos a un compi de Barcelona y a su novia en el coche hacia la prueba, ya que su coche, al igual que las dos noches anteriores les había roto los cristales para robar.
La prueba se inició de madrugada (06:30 horas) en la playa del centenario congregándose en la salida 2.800 participantes. Un centenar de ellos son profesionales de esta disciplina deportiva.

Justo antes de salir rezo un padre nuestro y me acuerdo de mi padre, de mi madre, de mi chica y de de toda la gente que ha confiado en mi desde el primer momento. Salgo tranquilamente al escuchar el pistoletazo de salida y los primeros minutos reina la confusión. Aún no ha amanecido aunque ya hay claridad, surfeo las olas y el agua está los suficientemente transparente como para poder distinguir a quien tienes nadando a tu lado. Voy pensando en cosas positivas y como me gusta mucho el agua se me pasa la hora y media muy rápida hasta que me voy a las zonas de transición para cambiarme de ropa y emprender lo que más me gusta, la bicicleta.

Pronto empezamos a subir cuestas, pero tal y como transcurrían los kilómetros empezaba a disfrutar y a sentirme mejor, pensaba en subir el puerto más grande y en el premio al terminarlo, que era simplemente un sándwich de jamón cocido que había preparado la noche antes con mucho cariño. Al llegar a Col d L’Ecre, me doy cuenta de que mi deseado sándwich lo había perdido, empiezo a buscar en la cuneta para ver si veo alguno que hayan tirado al suelo, y un participante neoyorquino al ver que buscaba algo me pregunta, y al contestarle me dá su bocata de beicon y queso, acto que jamás olvidaré porque en ese momento sólo quería comer algo salado, y además era mi pequeño premio por subir ese interminable puerto de montaña.

El escenario desde ese momento es espectacular, mucho mejor de lo que había imaginado. Converso con algunos de los participantes que me voy encontrando, leo en los dorsales su nombre y edad e imagino como habrá sido su entrenamiento en Australia, Alemania, Holanda, Canadá, Perú, etc… ya que participaban triatletas de 70 nacionalidades diferentes.
En Niza, el segmento ciclista es muy duro y exigente, ya que tiene varios puertos, destacando el Col de L’Ecre, de 21 kilómetros de longitud y un desnivel medio del 7%.

Durante la bicicleta tuve el placer de recorrer unos kilómetros y de conocer a Sebastián Niklitschek, un triatleta que en el 2012 tuvo un gran papel en el Epic5 Challenge (5 distancias Ironman en 5 días consecutivos en 5 islas en Hawái) al posicionarse en la delantera durante los cinco días de competencia. Su triunfo fue frustrado por un accidente: Un atropello por automóvil en el quinto día de la competencia, a solamente 21 km de carrera a pie de terminar como vencedor del Epic5 2012.

Fue un golpe duro, pero ni siquiera remotamente cercano para frenarlo. Después de un arduo proceso de recuperación, Sebastián se prepara este año 2.013 para conquistar en un mes 6.774 km (114 km de nado + 5.400 km de bicicleta + 1.260 km de carrera a pie). Y de todo me quedo con una frase que dijo, lo importante es sentirte a gusto contigo y disfrutar el momento. Nunca olvidaré tus palabras amigo Sebastián.

Ya sólo en el camino y quedando unos 60 km para terminar vi a una ambulancia con un triatleta tapado con una manta térmica. Más tarde supe que era un chico británico de 30 años que había fallecido en el acto al estrellarse su bici contra un muro. Descanse en paz.

Al final del tramo y, sin pensar lo que me quedaba todavía (una maratón completa 42,2 km), escucho entre todos los asistentes a mi amigo Salva gritarme, “venga amigo que ya sólo queda correr”.
Suelto la bici y mi ignorancia en estas pruebas me hace preguntarle a un coordinador de la prueba que dónde está la zona de masajes, para darme uno, y este me responde en inglés que los masajes son para los que terminan la prueba, me rio como puedo y empiezo a correr las 8 vueltas (5,250m cada una) del interminable paseo marítimo de Niza.

Pronto empiezo a sentir el calor de la gente y de Salva, que hizo casi todo el recorrido completo a mi lado, y eso me ayudo inmensamente. A través de internet él me iba indicando los parciales de la prueba y en la vuelta 6º tuve que apretar para entrar dentro de las 16:00 horas completas en las que a partir de ahí ya no puntuaban en la clasificación general del Ironman.
En los últimos tramos y cuando las fuerzas ya flaqueaban me acorde de las personas que no han confiado en mí, y pienso que es muy raro, ya que contrariamente a lo que entiendo sería normal, me dió mucha fuerza el poder demostrarle a los que no confiaban en mi que todo se puede en esta vida y que tenemos un poder llamado “mente positiva” que puede con todo. Faltando 300 metros empiezo a escuchar mi nombre “Juan” en el dorsal, Salva me coge de la mano izquierda y otro chico con una bandera grande de España la mano derecha y entramos en la recta de la línea de meta.

Ya escucho la gente, es una entrada magnífica, son un poco más de 100mts alfombrados con gente alrededor gritando mi nombre y apoyándome. Y llegado a meta escucho al speaker decir “Johnny… YOU ARE AN IRONMAN”.

Es muy difícil expresar en ese momento lo que sentía, es indescriptible, pero si me acordé de mi padre mucho, de mi madre, de mi hermano José que no pudo venir a realizar la prueba por dolores en la rodilla, de mi chica que ha estado siempre presente y de todas las personas queridas que han confiado en mí.
Conclusiones:
La conclusión más importante es que todos podemos realizar nuestros sueños, sólo hay que creer en ellos y tener positividad. Si me hubieran dicho a mi, con todas las operaciones que tengo, que podría terminar un Ironman, seguro que mucha gente hubiera pensado que no podría, pero la mente es inmensamente más fuerte que cualquier obstáculo que nos encontremos en el camino de la vida.
Ese día comprendí que para hacer un Ironman se debe entrenar para 4 disciplinas: natación, ciclismo, correr y quizá la disciplina más importante de todas la “Mente”.

Quiero agradecer a mi chica la paciencia que ha tenido durante el entrenamiento, a mi hermano José por confiar en mí, y a todo el mundo en general. Y a los que dudaban que no iba a conseguirlo, que ellos saben quiénes son, decirles que me ha hecho mucho más fuerte su negatividad en los momentos difíciles de la prueba, y que gracias a eso, entre otras cosas, ya soy Finisher de por vida.
En definitiva ha sido una experiencia inolvidable, y como no quiero que se me olvide, he decidido realizar durante los próximos nueve años, una prueba Ironman anualmente hasta completar un total de 10. Ya me he inscrito al Ironman de Roth, en Alemania para el próximo año 2.014 en el mes de Julio y de esta forma viajar por todo el mundo practicando deporte. Ya os contaré mis futuras “Historias de un Ironman” en el año 2.023, siempre y cuando las lesiones, la salud y el que está arriba lo permitan.

GRACIAS A TODOS
Hay que decir que el Ironman Niza, Francia ha sido elegido “una de las competiciones más hermosas del mundo” por la revista Triathlète USA. La cual afirma que una prueba de estas características además de una buena preparación física requiere una más o mejor psicológica. Poder terminar un Ironman como este no está al alcance de muchos deportistas.