Ya no encuentro las palabras que acallen la furia contenida,
las hojas que empapen el lamento de mis ojos cansados,
que lloran sangre azul.
No tengo salud para entenderlo,
cambié cada reproche por ganas de vivir.
¡Quisiera ver el mar!
Traza un argumento custodiado por cipreses, pero no lo abrazaré.
Puedes intentarlo, pero no me enterraras jamás con él.
Hace ya algún tiempo que pare de darle vuelta a la idea de ser Dios.
Dejo que las cosas que tropiezan caigan y partan en dos.
Pretendo salir por fin airosa de este
valle de rosas y espinas con mi cruz.
Y sólo una vez más, quisiera ver el mar...
Quisiera ver el mar rugiendo en silencio,
desgastando las rocas que yo misma puse en honor a ti.
En honor a ti...
¿Dónde estabas cuando me perdí el último invierno?
Flotando en las olas observando todo desde tu quietud.
¿Dónde estabas cuando cometí el crimen perfecto
cavando en mi pecho hasta dar contigo entre la multitud?
Escondido allí, allí..., allí estabas tú.
Vega
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