Carlos Gutiérrez
Pedalea por la Justicia
Perfil Carlos se puso sus prótesis, subió a una bicicleta y comenzó una “pedaleada por la justicia” entre El Paso y Austin, Texas. Más de mil 70 kilómetros para visibilizar la urgencia de que el sistema migratorio estadounidense atienda las peticiones de asilo de las víctimas del crimen organizado en México.
#PedaleadaPorLaJusticia (Primer día: El Paso a Fort Hancock. 92 Kilómetros)
Hoy madrugamos y nadie había descansado mucho la noche anterior, aunque sabíamos que iba ser un día muy largo; una combinación de nervios y preparaciones del ultimo momento. Llegamos a Lincoln Park en El Paso, Texas, temblando en el aire árido y frío de otoño que sopla por el desierto chihuahuense. Univisión Miami ya había llegado, arreglando bicis, preparando sus cámaras y micrófonos, una reportera maquillaba su cara en preparación de la historia que iba salir.
Unas semanas antes Carlos cocinaba burritos en un restaurante mexicano y hoy sus nuevos admiradores y los medios lo rodeaban. La mirada de los medios es extraño, irreal, las cámaras graban, ponen micrófonos en tu cara, y todos se emocionan a través de esa realidad construida, y es emocionante no por la posibilidad de fama sino por la noción que por fin el público se da cuenta del trabajo que hemos hecho desde el 2009 y que tal vez algo positivo sale de las tragedias que hemos vivido.
Por eso nos levantamos cada día, porque no dejaremos el asunto hasta que haya justicia. Carlos nunca recuperará sus piernas y los miembros de Mexicanos en Exilio jamás abrazarán sus familiares asesinados, pero en la lucha hay esperanza.
El recorrido de Carlos es una metáfora ambulante de cada historia que sale de Mexicanos en Exilio. Son viajes largos, cansados e inspiradores para la justicia. Hace dos años Carlos era un hombre quebrado, pero el apoyo que vino de nuestra comunidad le dio una segunda oportunidad y Carlos tomó esa oportunidad para ser líder y ayudar a la gente.
Como habíamos anticipado el día fue muy largo. Llegamos a Fort Hancock con caras quemadas y cuerpos adoloridos pero todos llevábamos sonrisas. Nos llena de emoción poder vivir esta experiencia con ustedes, gracias por el amor y apoyo que han mandado desde todas partes de México y EU. Como exiliados en el proceso del asilo político a veces se siente como que dos países nos han rechazado y olvidado, pero sus mensajes de cariño nos alimentan.
Por favor no dejen de compartir sus historias con nosotros. Sabemos que no somos los únicos que hemos sufrido violencia bajo el crimen autorizado. Esperamos creer un movimiento y si nosotros lo podemos hacer sin recursos, dinero y en el caso de Carlos, piernas, todos lo pueden hacer. Te invitamos a unirte a nuestro recorrido.
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