De este encuentro con Confucio nada de cierto se sabe. Solo queda el comentario de Confucio: “Los pájaros vuelan, los peces nadan, los cuadrúpedos corren. Al que corre se le agarra con la red, al que nada con un anzuelo, al que vuela con un arco. En cuanto al dragón, que se eleva hacia el cielo llevado por el viento y las nubes, no sé yo cómo se le podrá coger. He visto a Lao Tse, hoy he visto un dragón”. Aclaramos que en China el dragón no es terrestre sino celeste, del espíritu.
Lao Tse (palabra que significa viejo maestro) fue bibliotecario en la corte de los Chou. Un bibliotecario no era en la antigua China lo que hoy corresponde a ese título. Le estaba encomendado un cargo sacerdotal y su misión consistía en consultar los archivos, los oráculos, e indagar el sentido de la existencia, del éxito y la decadencia: era un sabio de la antigua tradición.

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