La cubana que se vistió de hombre para ir a la guerra
"Lo que puede hacer una mujer sólo con atreverse y si se atreve a hacerlo a lo grande". La cita pertenece a las memorias Loreta Janeta Velázquez, una mujer de origen cubano que hace 150 años se vistió de hombre para poder luchar en la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) del lado de los estados del sur
Nacida en Cuba, se trasladó a Nueva Orleans siendo una niña. Una vez empezada la guerra que enfrentaba a las fuerzas del sur -los confederados- con las del norte -la Unión-, le pidió a un sastre que le hiciera un traje de soldado con el que se lanzaría a la batalla del lado de los estados del sur.
Bajo el nombre de oficial Harry T. Buford coordinó todo un regimiento en Arkansas, luchó en las batallas de Bull Run, Balls Bluff, Fort Donelson y Shiloh -donde resultó herida- y acabó cambiándose de bando y actuando de espía para los estados de la Unión que finalmente ganaron la guerra.
Pese a que contó su historia en "Mujer en la Batalla", unas memorias de 600 páginas que dan suficientes elementos para un argumento de película, su historia era hasta hace poco desconocida para la mayoría de los estadounidenses, ya que muchos historiadores la consideraban un personaje de ficción.
Eso hasta que una mujer que guarda ciertos paralelismos con ella, la cineasta de origen ecuatoriano María Agui Carter-que también llegó de muy joven a EE UU, se topó con su autobiografía y decidió dedicar más de una década de su vida a investigarla.
"Era casi como una novela picaresca, algo totalmente avanzado a su época, un personaje muy moderno. Empecé a buscar lo que pude de esta mujer y me di cuenta de que mucha gente pensaba que era un personaje ficticio", recuerda Agui en declaraciones a BBC Mundo.
"Sin rastro" de mujeres y latinos
Ahí fue donde comenzó un periplo de 12 años en los que la cineasta obtuvo numerosos documentos -entre ellos algunos guardados en los Archivos Nacionales de Washington DC- que, según explica, demuestran que fue un personaje real.
"Encontré mucha documentación de Loreta y de la comunidad cubana en Nueva Orleans. Mi desafío era una vez que me metí de lleno en la historia: ¿cómo hacer una película cuando sólo tenía una fotografía de la mujer?", recuerda Agui.
A eso ayudaron finalmente las recreaciones y animaciones con las que crearon los escenarios de la vida de Velázquez y que resultaron en la película "Rebelde: Loreta Velázquez, soldado y espía en la Guerra Civil" que se transmitió recientemente en la televisión pública estadounidense PBS y que también está siendo exhibida en algunos cines.
"No solo fue un personaje maravilloso con una vida increíble, sino que también es una muestra de cómo se ha borrado el rastro de los latinos y las mujeres en la historia de EE UU", lamenta Agui.
De hecho, Velázquez fue una de las cerca de mil mujeres que los historiadores creen que lucharon en la guerra civil, pero que muy rara vez son recordadas cuando se habla de la ese tema.
Transgresora y adelantada a su época
Pese a que creció en una familia adinerada y recibió una educación tradicional centrada en formar a una mujer refinada que supiera coser, bailar y tocar el piano, Loreta Velázquez fue una mujer adelantada a su tiempo y quiso transgredir las normas de su época.
Comenzó a mostrar su carácter cuando su padre la envió a vivir con su tía en Nueva Orleans, donde se ponía las ropas de su primo y se fue alejando poco a poco del papel que le tenían preparado.
Se negó a casarse con el hombre cubano que su familia había encontrado para ella y en su lugar eligió a un militar estadounidense, William, con quien se casó de forma clandestina y tuvo dos hijos, que morirían algunos años después.
Poco después de empezar la guerra, su marido también murió y ella decidió lanzarse a la batalla vestida de hombre. Posteriormente se convirtió en espía, algo que, en su opinión, sería más beneficioso para la causa confederada. Por ello, se trasladó al norte, donde trabajó como doble agente e incluso llegó a ser contratada por el servicio secreto del Norte.
Mujeres en el ejército
Y fue en la batalla donde demostró que, en opinión de algunos, no sólo estaba por delante de su época sino también de la nuestra, ya que el ejército de EE UU no puso fin la prohibición militar que impedía a las mujeres combatir en los frentes de batalla hasta este año.
"Estamos en pleno siglo XXI y se acaban de admitir a las mujeres en primera línea de batalla y allí estaba Loreta hace 150 años luchando en la batalla. No sólo ella, sino otras mil mujeres", destaca Agui.
Y aunque los historiadores no acaban de ponerse de acuerdo en cuánto había de realidad o ficción en las memorias de Loreta Velázquez, la directora lo tiene claro: "Dada la cantidad de cantidad de información que existe es muy difícil decir que no existió. Inclusó enconté cartas que muestran lo que fue pagada por espiar para la Unión", afirma.
"La historia está ahí esperando a que la descubramos. Especialmente cuando se trata de mujeres y latinas". Y para ella, que dice sentirse identificada con Loreta Velázquez por ser una latina que llegó a Estados Unidos desde Ecuador cuando sólo tenía 7 años ha sido "un placer" descubrir la historia de Loreta Velázquez.
"Ha sido una década de responsabilidad para devolver la voz de esta mujer a la vida", asegura. Sin embargo, advierte que también hay un "espacio para la revisión histórica" y recomienda ver la cinta con una mirada crítica.
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