. Nadie como el británico Malcolm Lowry (1909-1957) para hablar de manuscritos perdidos, prodigiosamente encontrados después. El 7 de junio de 1944, en su cabaña junto a la playa de Dollarton (Canadá), en la costa del Pacífico, el escritor se levantó a preparar café, y de pronto gritó: “¡Se está quemando algo!” Al salir, vio el techo en llamas. Mientras corría en busca de ayuda, Margarie Bonner (1905-1988), su segunda esposa, salvó la mayoría de los manuscritos, entre ellos Bajo el volcán. También rescató los discos, aunque no el fonógrafo. Los vecinos la detuvieron cuando intentó salvar En lastre hacia el Mar Blanco. Era la más larga de las novelas en marcha de Lowry, que había empezado a escribir 12 años antes inspirándose en un viaje en un barco como fogonero a Noruega para conocer al novelista Nordhal Grieg
El manuscrito se hallaba a solo dos metros de la puerta, y Lowry, en su desesperación, “se metió en las llamas”, pero “tuvieron que sacarlo cuando una viga ardiendo le cayó sobre la espalda”, cuenta Gordon Bowker en Perseguido por los demonios. Vida de Malcolm Lowry (FCE). Días después, en un telegrama a su amigo Gerald Noxon, Lowry confirmó que había “perdido las mil páginas” de En lastre.
Una de las frases que el novelista dirigía a menudo a su primera mujer, Jan Gabrial, era “¿Qué sería de mí sin mis desgracias?”, para enfatizar su genio. Es más, la frase con la que acaba En lastre hacia el Mar Blanco, pronunciada por su protagonista, es “¿Cómo voy a vivir sin mi desdicha?”. Lo sabemos porque en el año 2000 sucedió lo impensable: Jan Gabrial publicó sus memorias y reveló que aún sobrevivían “unas 265 páginas en papel carbón” de una versión inicial de la novela que guardaba ella. ¿Cómo? En 1936, Lowry había confiado la copia a la madre de Gabrial cuando el matrimonio dejó Nueva York para viajar a México.
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