Las críticas empezaron con Romário, convertido hoy en diputado, y un “avergonzado” Ronaldo. Y el escritor Paulo Coelho no irá a los partidos
Celebridades brasileñas reniegan del torneo y critican sus desorbitados gastos en detrimento de la población
BEATRIZ BORGES São Paulo 7 JUN 2014 - 00:00 CET6
Las críticas contra el Mundial de fútbol de Brasil, que tienen su máxima expresión en las manifestaciones que se suceden en las diversas ciudades del país desde junio del año pasado, han adquirido relieve por las declaraciones de conocidas figuras, incluidas celebridades del fútbol brasileño.
Romário, exjugador del Barcelona y de la selección y ahora diputado federal por el Partido Socialista Brasileño, encabeza un movimiento en contra del Mundial que empezó mucho antes de que el país fuese elegido como sede y que caló entre los críticos del Gobierno y del evento deportivo. El hecho de que muchas obras de los estadios todavía no estén terminadas, que varios aeropuertos no tengan las condiciones para un evento de este calibre y que muchos proyectos previstos para la movilidad urbana de las 12 sedes hayan quedado en el cajón le hicieron decir en su Facebook: “Nada sorprende ya al pueblo brasileño, que ya sabe que ni de lejos ésta será la #CopaDasCopas [#Mundial de los Mundiales]”.
Las estructuras incompletas son una parte del problema. Pero los gastos —que ya superan lo que costaron los mundiales de Alemania, en 2006, y Sudáfrica, en 2010, juntos— son lo que más molesta a los ciudadanos. José Luiz Datena, un conocido y polémico presentador de un programa policiaco de gran audiencia en la cadena Bandeirantes, se indignó en directo sobre la diferencia del presupuesto previsto y lo que finalmente se gastó en reformas y construcciones de estadios. La previsión inicial era de 5.700 millones de reales (1.867 millones de euros) y actualmente la cuenta de los estadios alcanza los 9.800 millones (3.100 millones de euros). Y aún no está completamente cerrada, ya que hay que añadir algún desembolso más para abonar a las empresas concesionarias, que se encargarán del mantenimiento de las instalaciones después del final del Mundial. El presentador terminó su discurso de forma tajante: “Engañaron al pueblo brasileño”.
En un país donde hay deficiencias evidentes en el sistema público de salud, en el transporte urbano y en educación, la indignación por la falta de inversión en estos sectores en detrimento del Mundial está justificada. Además, es año de elecciones y los ánimos bullen. El escritorPaulo Coelho declaró en una entrevista al periódico carioca O Globoque no vendrá a Brasil durante los juegos por razones políticas contra la gestión de la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, tradicionalmente de izquierda. “Aunque tenga las entradas, no iré. No puedo estar dentro de un estadio sabiendo lo que sucede fuera con los hospitales, educación y todo lo que el clientelismo del PT ha provocado”, dijo.
Tampoco hay consenso entre los responsables de la organización del Mundial. Joana Havelange, miembro del consejo de administración del Comité Organizador Local (COL) del Mundial y nieta de João Havelange (exdirector de la FIFA entre 1974 y 1998), tuvo que disculparse con Jérôme Valcke, secretario general del máximo órgano del fútbol mundial. Havelange hizo una declaración infeliz al publicar en su cuenta de Instagram lo siguiente: “Lo que se tenía que robar o gastar ya se hizo”, en referencia a las acusaciones de sobrefacturación de las obras y sospechas de corrupción. La frase, dicha por la que también es hija de Roberto Teixeira, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, vino seguida de un manifiesto compartido a través de Facebook por innumerables usuarios que decía que el momento de protestar es durante las elecciones, no en el Mundial.
Uno de los que inicialmente apoyaban el encuentro y ahora se suman a las críticas también es miembro del COL, el exjugador Ronaldo. Ya en 2011 declaró que un Mundial “se hace con estadios, no con hospitales”, y recibió en cambio el rechazo creciente entre los ciudadanos. Actualmente, el exdelantero apoya al candidato de la oposición, Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña, tradicionalmente de derecha, y es visto por algunos brasileños como chaquetero. Sus críticas volvieron hace una semana cuando dijo a la agencia Reuters que se siente avergonzado por la “incapacidad de Brasil” respecto a los retrasos en las entregas de las obras.
Sobre las muertes que el Mundial ha acarreado —hasta el momento, nueve obreros han fallecido mientras trabajaban en la construcción de instalaciones deportiva—, el exjugador Pelé se encargó de poner la gota que llenó el vaso del desengaño de los ciudadanos. Durante la ceremonia de lanzamiento de su línea de joyas, dijo que la caída de uno de los trabajadores, que falleció durante la construcción de la Arena Corinthians, que albergará el partido inaugural, fue algo normal. “Cosas de la vida”, añadió. Durante la protesta contra el Mundial en Río de Janeiro en el 15-M brasileño, Pelé vio su foto en carteles acompañada de frases como “Traidor del siglo”. Los manifestantes también llevaban referencias más genéricas a su indignación, como “FIFA go home” (FIFA, vete a casa) o “FIFA go to hell” (FIFA, vete al infierno).
La esperanza de que el país se quede con una herencia de infraestructuras después del Mundial y de los Juegos de Río de Janeiro, en 2016, además de la publicidad mundial para el país, fue la principal razón de los políticos y ciudadanos procampeonato. Pero el tenista Gustavo Kuerten, conocido como Guga, rechazó participar de la divulgación del evento por no creer mucho en estos argumentos. “A los extranjeros les va a encantar, pero a nosotros no, porque lo que se prometió no se ha hecho”. El cantante Ney Matogrosso, durante una entrevista a la televisión pública portuguesa RTP, criticó duramente la corrupción. Y concluyó así: “Todo debería ser modelo FIFA, pero para el pueblo brasileño, no para el Mundial”.
Hay también los que se preocupan con otros detalles, como la famosa actriz brasileña Luana Piovani, que instó a sus seguidores a no comprarel muñeco creado para ser la mascota del torneo, el Fuleco. La razón, dijo en su blog, fue un reportaje que leyó acerca de la fabricación del peluche, hecho en China. Y Edu Krieger, cantautor e instrumentista brasileño, escribió una canción donde afirmaba que no va a seguir siendo un hincha de Brasil durante el Mundial. La letra reza: “Disculpe, Neymar / Pero en este Mundial yo no seré vuestro hincha / Mientras la FIFA se preocupa con padrones [sus sellos de calidad] / Somos guiados por ladrones / que juegan sucio para ganar”.
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