«El silencio es la conversación de las personas que se quieren. Lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que no es necesario decir».
– Albert Camus
Esa
frase de Camus revela una forma de comunión íntima que trasciende las
palabras. El silencio, lejos de ser vacío o ausencia, puede ser la
manifestación más densa del amor y la comprensión. En el ruido
cotidiano, en las charlas sociales llenas de palabras para llenar el
espacio, es fácil olvidar que las personas más cercanas no necesitan
explicarlo todo.
Cuando
Camus dice que "lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que no es
necesario decir", está señalando que el verdadero vínculo no requiere
justificación, explicación ni promesas verbales constantes. Es un
reconocimiento tácito, una confianza que se respira. En ese silencio,
hay una aceptación mutua que no pide disfraces ni defensas.
Este
tipo de relación, ya sea entre amigos, amantes o familiares, no teme al
silencio porque no lo interpreta como lejanía, sino como presencia
absoluta. Dos personas que se quieren pueden compartir un banco, una
tarde, una mirada, y no necesitar más. Y ese "no necesitar" es, tal vez,
una de las formas más puras del amor.
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