lunes, 18 de marzo de 2024

Yukio Mishima

 «No saben ni la definición de peligro. Creen que peligro significa algo físico, hacerse un rasguño y que salga un poco de sangre y los periódicos armando un alboroto. Bien, pues eso no tiene nada que ver con el peligro. El verdadero peligro no radica sino en vivir. Claro está que vivir no es más que el caos de la existencia, y más aún: es el afán loco y erróneo de ir desmantelando instante a instante la existencia hasta ver restaurado el caos inicial, y entonces, con la fuerza que da la incertidumbre y el miedo originado por el caos, volver a recrear instante a instante la existencia. No hay cosa más peligrosa que ésa. La existencia, en sí misma, no comporta ningún miedo, ni ninguna incertidumbre, pero el vivir crea ambas cosas»



 “¡De qué modo tan singular, tan incomprensible, juega con nosotros el destino!... ¿Conseguimos alguna vez lo que deseamos? ¿Alcanzamos aquello para lo que están dispuestas nuestras fuerzas?  todo ocurre, por el contrario, al revés. 

Al uno otorgó la suerte maravillosos caballos y pasea con ellos indiferente, sin reparar en su belleza, mientras que otro, cuyo corazón arde de pasión por los caballos, camina a pie y se satisface tan sólo chascando la lengua cuando delante de él pasa un buen trotador. Aquél dispone de un magnífico cocinero; pero, desgraciadamente, su boca es tan pequeña que no puede pasar por ella más de dos pedacitos; otro la tiene, en cambio, del tamaño del arco del edificio del Estado Mayor y ha de contentarse con comida alemana hecha a base de papas. ¡De qué extraña manera juega con nosotros el destino! ¡Todo es engaño! ¡Todo es ensueño! ¡Todo es otra cosa de lo que parece!"


             Nikolái Gógol

 «Siempre es demasiado tarde para retroceder. De pronto te despiertas un día sabiendo que esto no va a acabar nunca, que va a ser siempre así. Tomar el primer tren, decidir deprisa. O aquí o allá. O blanco o negro. De éste me fío, de éste no. Anoche soñé que estaba en Leipzig con Georg y los demás en una reunión en la casa del lago alrededor de una mesa con un mantel de lino, un búcaro con tulipanes, el libro de John Reed y una pistola. Estuve toda la noche soñando con esa pistola y me desperté con un sabor a polvo de carbonilla en la garganta.»

Susana Fortes

domingo, 17 de marzo de 2024

Erich Fromm



 Esa actitud —que no hay nada más fácil que amar— sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las abrumadoras pruebas de lo contrario. Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. Si ello ocurriera con cualquier otra actividad, la gente estaría ansiosa por conocer los motivos del fracaso y por corregir sus errores —o renunciaría a la actividad—. Puesto que lo último es imposible en el caso del amor, sólo parece haber una forma adecuada de superar el fracaso del amor, y es examinar las causas de tal fracaso y estudiar el significado del amor. El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería. ¿Cuáles son los pasos necesarios para aprender cualquier arte? El proceso de aprender un arte puede dividirse convenientemente en dos partes: una, el dominio de la teoría; la otra, el dominio de la práctica. Si quiero aprender el arte de la medicina, primero debo conocer los hechos relativos al cuerpo humano y a las diversas enfermedades. Una vez adquirido todo ese conocimiento teórico, aún no soy en modo alguno competente en el arte de la medicina. Sólo llegaré a dominarlo después de mucha práctica, hasta que eventualmente los resultados de mi conocimiento teórico y los de mi práctica se fundan en uno, mi intuición, que es la esencia del dominio de cualquier arte. Pero aparte del aprendizaje de la teoría y la práctica, un tercer factor es necesario para llegar a dominar cualquier arte —el dominio de ese arte debe ser un asunto de fundamental importancia; nada en el mundo debe ser más importante que el arte. Esto es válido para la música, la medicina, la carpintería y el amor—. Y quizá radique ahí el motivo de que la gente de nuestra cultura, a pesar de sus evidentes fracasos, sólo en tan contadas ocasiones trata de aprender ese arte. No obstante el profundo anhelo de amor, casi todo lo demás tiene más importancia que el amor: éxito, prestigio, dinero, poder; dedicamos casi toda nuestra energía a descubrir la forma de alcanzar esos objetivos y muy poca a aprender el arte del amor. ¿Sucede acaso que sólo se consideran dignas de ser aprendidas las cosas que pueden proporcionarnos dinero o prestigio, y que el amor, que «sólo» beneficia al alma, pero que no proporciona ventajas en el sentido moderno, sea un lujo por el cual no tenemos derecho a gastar muchas energías? Sea como fuere, este estudio ha de referirse al arte de amar en el sentido de las divisiones antes mencionadas: primero, examinaré la teoría del amor —lo cual abarcará la mayor parte del libro—, y luego analizaré la práctica del amor, si bien es muy poco lo que puede decirse sobre la práctica de éste como en cualquier otro campo.

This is Art: Currículum Vitae de Leonardo Da Vinci


 

Benedetti


 

sábado, 16 de marzo de 2024


 Fitzgerald

Ramón Gener

 Serguéi Rajmáninov escribió su primera sinfonía y la crítica le pegó unos palos bestiales. Le dieron tanta caña que el hombre dijo: “No voy a componer música nunca más”. Pero un día conoció al doctor Dahl. Y el doctor Dahl, que hacía hipnosis y psicoterapia y cosas así, le convenció para hacer una terapia con él porque él estaba paralizado por el miedo, estaba paralizado por el miedo al fracaso, a volver a fracasar. Así que se fue con el doctor Dahl y estuvo durante tres meses haciendo hipnosis y haciendo historias con él. Hay que decir que Rajmáninov también iba muy a gusto a casa del doctor Dahl porque el doctor Dahl tenía una hija que estaba muy bien. Pero más allá de todo esto, después de los tres meses escribió su segundo concierto para piano y orquesta, que es una obra estratosférica, y se la dedico al doctor Dahl. Arriba pone: “A mi querido doctor Dahl”. Pero él logró quitarse el miedo al fracaso. Porque no existe el miedo al fracaso. El único fracaso es quedarse en casa, el único fracaso es no intentarlo, el único fracaso es no ir, porque si vas, es imposible que fracases. Es que es imposible. Porque tú te vas al Prado, te vas al ‘Thyssen’, te vas al ‘Reina Sofía’, te vas al ‘Teatro Real’, te vas adonde sea, es imposible que fracases, imposible, porque todo el mundo tiene la capacidad de emocionarse. Así que el fracaso o el miedo debería ser quedarse en casa, así que que nadie se quede en casa, que todo el mundo salga corriendo al teatro, al museo. Y vas entrando, vas entrando, vas entrando en otro mundo, en otro mundo, en otro mundo, en otro mundo. Y mola mucho, ¿eh?, que te pase eso. Mola mucho.

Hannah Arendt


 

viernes, 15 de marzo de 2024

 En ”La danza de la realidad”, Alejandro Jodorowsky habla de su amigo poeta Enrique Lihn:

Su cuarto era pequeño, su cama estrecha, su armario enano. Sin embargo aquello estaba convertido en un palacio: Lihn, con letras menudas, llenas de ángulos, había cubierto las paredes y el techo de poemas. También los postigos y los cristales de la ventana, los muebles, la puerta, las tablas del suelo, el pergamino de la lámpara. Y a esto se le agregaban montones de hojas manuscritas, versos cubriendo el blanco de los libros; billetes de tranvía, boletos de cine, servilletas de papel, conteniendo a duras penas sus versos. Me sentí sumergido en un compacto mar de letras. Donde posaba mi mirada surgía un canto torturado pero hermoso.

- ¡Qué lástima, Enrique, esta obra maravillosa se va a perder!

- No importa: los sueños también se pierden y nosotros mismos, poco a poco, nos disolvemos. La poesía, sombra de un águila que vuela hacia el sol, no puede dejar huellas en la tierra. La oración que más complace a los dioses es el sacrificio. Un poema llega a su perfección, cual ave Fénix, cuando arde…

Veo el mundo como un caos y en el centro una rosa
veo la rosa como el ojo feliz de la hermosura y en su centro el gusano
veo el gusano como un fragmento de la inmensa vida y en su centro la muerte
veo la muerte como la llama de la nada y en su centro la esperanza
veo la esperanza como un vitral cantando a mediodía y en su centro el hombre.

• Julio Cortázar

 And I blame this world for making a good man evil

It's this world that can drive a good man mad

And it's this world that turns a killer into a hero

Well, I blame this world for making a good man bad

 "Tengo miedo de creer que el amor es tan sólo un poema inventado por mí".

Gloria Fuertes

jueves, 14 de marzo de 2024

Pascal Mercier

 Es un error creer que esos momentos decisivos en los que la vida cambia para siempre su dirección habitual son de un dramatismo claro y sonoro, acompañado de una conmoción interior. No es más que un invento de mal gusto, pergeñado por periodistas bebedores, por cineastas y escritores amantes del éxito fácil, cuyas mentes parecen una página de la prensa escandalosa. En verdad, el dramatismo de una experiencia que así define la vida suele ser increíblemente silencioso. Está tan lejano de un estallido, de una llamarada, de la erupción de un volcán, que la experiencia resulta casi imperceptible aun en el momento de atravesarla. Cuando despliega su efecto revolucionario para que la vida quede entonces bañada de una luz totalmente nueva, con una melodía completamente nueva, lo hace silenciosamente; en este silencio maravilloso reside su particular nobleza.


 

  En 2009 hubo un golpe de Estado en Honduras, el primero de los consentidos por la administración Obama. La razón principal del golpe que derrocó al presidente constitucional Mel Zelaya fue su intención de subir el salario mínimo y su acercamiento al ALBA (organización supranacional impulsada por Venezuela). Democracia contra competitividad. Ganó la competitividad. Por supuesto, envuelta en la defensa de la democracia. Después vendrían Libia, Siria, Egipto. Obama nunca cerró Guantánamo, pero encarceló al soldado Manning y obligó a Snowden y a Assange a pedir asilo fuera de Estados Unidos. La estatua de la Libertad sigue saludando a quien llega a Nueva York. El presidente Obama sigue siendo premio Nobel de la Paz.

El fascismo social: una forma elegante de marchar al paso de la oca

    El resultado de estas políticas desembocó en lo que Santos ha llamado «fascismo social»: «No se trata de un regreso al fascismo de los años treinta y cuarenta. No se trata, como entonces, de un régimen político sino de un régimen social y de civilización. El fascismo social no sacrifica la democracia ante las exigencias del capitalismo sino que la fomenta hasta el punto en que ya no resulta necesario, ni siquiera conveniente, sacrificarla para promover el capitalismo. Se trata, por lo tanto, de un fascismo pluralista y, por ello, de una nueva forma de fascismo».

    Podemos entender que los fascismos sociales han terminado por convertirse, al menos para una parte importante de la ciudadanía, en sentido común. Son el fascismo del apartheid social: asumir que hay gente que está fuera de los derechos de ciudadanía, sean marginales, madres solteras, inmigrantes, toxicómanos, pobres; el fascismo del Estado paralelo, que asume que el Estado tiene un comportamiento diferente —por ejemplo las fiscalías o las oficinas antifraude— según se trate de unos ciudadanos o de otros; el fascismo paraestatal, el que privatiza ámbitos importantes de la vida social y deja que en algunos ámbitos sociales operen otros grupos de poder como mafias, estructuras de corrupción, paramilitares, etc.; el fascismo territorial, que trata de manera diferente las zonas de un mismo país, declarando en algunas, de manera formal o informal, estados de excepción, persecuciones ciudadanas, redadas policiales, etc.; el fascismo populista, que construye enormes bolsas de exclusión al tiempo que hace un discurso xenófobo, nacionalista y de justificación de las desigualdades; el fascismo de la inseguridad, el que genera enormes bolsas de inquietud, de imposibilidad de previsión social, de violencia latente, de amenaza y de miedo que detiene el clima democrático y alienta la misma violencia con la que paraliza; y el fascismo financiero, el más virulento y que puede excluir, aniquilar y olvidar a países enteros bajo los inclementes cañones de los mercados, las deudas y las obligaciones financieras.

Juan Carlos Monedero

miércoles, 13 de marzo de 2024

 If you want to be a grocer,

or a general, or a politician,

or a judge, you Will

invariably become it;

that is your punishment.

If you never know What you

want to be, if you live What some

might call the dynamic life

but What I Will call the artistic life,

if each day you are unsure of who

you are and What you know you

Will never become anything, and

that is your reward. -Oscar Wilde

Schopenhauer



 <Los bienes que a alguien nunca se le había pasado por la cabeza pretender, no los echa en absoluto de menos, sino que está plenamente contento sin ellos. Otro, en cambio, que posee cien veces más que aquél, se siente desgraciado porque le falta una cosa que pretende. También a este respecto cada uno tiene su propio horizonte de lo que a él le es posible alcanzar. Hasta donde se extiende, llegan sus pretensiones. Si un objeto cualquiera dentro de este horizonte se le presenta de tal manera que puede confiar en obtenerlo, entonces se siente feliz; en cambio es infeliz si surgen dificultades que le privan de la perspectiva de tenerlo. Lo que se halla fuera del alcance de su vista no ejerce ningún efecto sobre él. Esta es la razón por la cual el pobre no se inquieta por las grandes posesiones de los ricos, y por la que, a su vez, el rico no se consuela con lo mucho que ya posee cuando no se cumplen sus pretensiones. La riqueza es como el agua de mar: cuanto más se beba, más sed se tendrá. Lo mismo vale para la fama. Tras la pérdida de las riquezas o de una situación acomodada, tan pronto como se supera el primer dolor, el estado de ánimo habitual no suele ser muy diferente del anterior, y esto se debe al hecho de que, una vez el destino ha reducido el factor de nuestras posesiones, nosotros mismos reducimos en igual medida el factor de nuestras pretensiones. Esta operación es, ciertamente, lo propiamente doloroso en un caso de infortunio: una vez terminada, el dolor va disminuyendo hasta que finalmente no se lo siente más: la herida cicatriza. A la inversa, en un caso de buena fortuna sube el compresor de nuestras pretensiones y éstas se expanden: esto constituye la alegría. Pero tampoco dura más tiempo del que hace falta para terminar del todo esta operación: nos acostumbramos a la dimensión más extensa de nuestras pretensiones y nos volvemos indiferentes hacia las posesiones correspondientes.

Esto ya lo indica el pasaje homérico de la Odisea, XVIII, 130-137, que termina así:

Τοῖος γάρ νόος ἐστὶν ἐπιχϑονίων ἀνϑρώπων

Οἷον ἐφ’ ἡμὰρ ἄγει πατὴρ ἀνδρῶν τε ϑεῶν τε

[«Pues así es el talante de los humanos que habitan la tierra, como la suerte del día que el padre va mandando a dioses y seres humanos»].

La fuente de nuestro descontento se encuentra en nuestros intentos siempre renovados de subir el nivel del factor de las pretensiones, mientras la inmovilidad del otro factor lo impide.>


 "Y él había suspirado entonces y ella le había dicho "¿qué?". Y él le había respondido "¡nada!", como respondemos cuando estamos pensando "todo".

Ernesto Sabato

martes, 12 de marzo de 2024

Margarite Yourcenar

 "Lo mejor para las turbulencias del espíritu, es aprender. Es lo único que jamás se malogra. Puedes envejecer y temblar, anatómicamente hablando; puedes velar en las noches escuchando el desorden de tus venas, puede que te falte tu único amor y puedes perder tu dinero por causa de un monstruo; puedes ver el mundo que te rodea, devastado por locos peligrosos, o saber que tu honor es pisoteado en las cloacas de los espíritus más viles. Sólo se puede hacer una cosa en tales condiciones: aprender".


 "Sucede a veces

que una flor salvaje

perfuma más que una rosa de jardín. 

Sucede

pero no todo el mundo tiene olfato".


 M. R. Rosssi

lunes, 11 de marzo de 2024



 "The one thing that you have

that nobody else has is you.

Your voice, your mind, your

story, your vision. So write

and draw and build and play

and dance and live as only

you can."

Neil Gaiman

Ron Lorent


 

 “Yo bailaré y resistiré, bailaré y persistiré y bailaré.

Este latido de mi corazón suena más alto que la muerte.
Su tambor de guerra no sonará más alto que mi aliento.”
— Nathalie Handal

 "MARÍA SABINA"

Miles de personas de todas las razas la

fueron a ver, alguna vez. Todos los

periódicos, de todo el planeta la fueron a ver

y a entrevistar.

mil cosas les platicó, secretos les enseñó,

los ojos se los abrió,a todo el UNIVERSO.

Todas las revistas de todo el planeta,

hablaron de Ella bien, alguna vez.

Todos los filósofos, todos los poetas la

conocen bien, chulada de mujer, Ella alcanzó

la inmortalidad y lo hizo a nivel MUNDIAL,

en vida llegó a ser casi, casi como un Dios.

Ahora es un símbolo, iElla es como un

símbolo!. MARÍA SABINA es un símbolo de la

SABIDURÍA y EL AMOR.

iElla es un símbolo de amor!.

Un día el Ser Supremo hizo que se fuera a

'Viajar con Él, juntos los dos. Y fue tan fuerte el

viaje, que los dos tuvieron que allá se quedó

ya nunca regresó.

Ella el camino nos enseñó, la ruta nos la trazó,

los ojos nos los abrió, a todo el UNIVERSO.

"ELLA ES UN SÍMBOLO"

Karolyne

 Para conocerme a mi mismo solo he utilizado una técnica: la sospecha.

Carlos Monsivais

sábado, 9 de marzo de 2024

 Pilar del Río Sánchez era ya una periodista reconocida en España cuando llegó a sus manos Memorial del convento, el primer libro que leyó del escritor portugués José Saramago (premio Nobel en 1998). Tanto la conmovió, y la movió, que tuvo la reacción natural: correr a una librería a buscar otro libro del mismo autor. Estaba traducido El año de la muerte de Ricardo Reis. Lo leyó, lo comentó en sus programas de televisión, lo reseñó en la prensa. Pero no fue suficiente: quería conocer al autor de esas páginas. Buscó el teléfono de Saramago y lo llamó a Lisboa.


–Soy su lectora –le dijo–. Voy a Portugal; quisiera conocerlo.
No le pidió una entrevista. Solo quería agradecerle el haberla hecho mejor persona al leer sus libros.

Saramago estaba acostumbrado a que los periodistas lo llamaran con la misma petición. No tuvo problema. Quedaron de verse en el Hotel Mundial –donde ella se iba a hospedar–, el 16 de junio del 86. A las cuatro de la tarde. Salieron del hotel a caminar por el cementerio dos Prazeres, por el monasterio de los Jerónimos, en busca de los pasos de Fernando Pessoa. Al despedirse, intercambiaron sus datos. No más. Pero ambos se quedaron con algo rondándoles, que Saramago recordaba así:

–Tuvimos la misma sensación: yo había encontrado a esta mujer y ella había encontrado a este hombre.

Se escribieron algunas cartas más o menos formales hasta que en una de ellas él le dijo: “Si las circunstancias de tu vida lo permiten, me gustaría, puesto que voy a Barcelona y a Granada, acercarme a Sevilla para encontrarnos”. Pilar le respondió que sí, que las circunstancias de su vida se lo permitían.

Se vieron. Y a partir de ese momento no se separaron. Era 1988. 

–Pilar apareció cuando era necesaria. Cuando me era necesaria a mí. Tengo muchas razones para pensar que el gran acontecimiento de mi vida fue haberla conocido –dijo José Saramago en el documental José y Pilar.

Cuando se conocieron, él tenía 64 años. Ella, 36. Veintiocho años de diferencia que para algunos podía ser mucho, pero no era un tema entre ellos. La única diferencia que reconocían era que ella era mujer, él, un hombre. En lo demás sabían compartir la forma de estar en la vida. 





 

 "El que se va no vuelve, aunque regrese". 


José Emilio Pacheco

viernes, 8 de marzo de 2024

Liu Cixin



 Treinta y ocho años después, en sus últimos instantes, Ye Wenjie recordaría la importancia de Primavera silenciosa en su vida. Hasta tenerlo en sus manos, su joven corazón solo había sentido el inmenso dolor que la maldad humana podía provocar. Pero más tarde, tras su lectura, fue por fin capaz de enfrentarse a ella con la mente. Al principio el libro no le pareció nada especial, pero pese a abordar un tema tan concreto (el impacto medioambiental negativo causado por los pesticidas), el punto de vista de la autora logró cambiarla para siempre. Hasta entonces el uso de pesticidas le había parecido un hecho natural, si no positivo al menos neutro, pero Carson le hizo ver que, para la naturaleza, se trataba de un acto tan destructivamente nocivo como lo fue la Revolución Cultural. ¿Cuántas otras acciones humanas que parecían habituales, o incluso beneficiosas, terminaban siendo malignas? La respuesta más lógica que lograba dar a esa pregunta resultaba oscura y espeluznante: quizá la relación entre la humanidad y la maldad fuera la misma que había entre el océano y un iceberg que afloraba en su superficie; a simple vista no parecían lo mismo, pero en realidad estaban hechos de una misma esencia, el agua, solo que en estados distintos

 Para hacer un poema

dadaísta

Coja un periódico

Coja unas tijeras.

Escoja en el periódico un artículo de la longitud que quiera darle a

su poema.

Recorte el artículo.

Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que

forman el artículo y métalas en una bolsa.

Agítela suavemente.

Ahora saque cada recorte uno tras otro.

Copie concienzudamente

en el orden en que hayan salido de la bolsa.

El poema se parecerá a usted.

Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad

hechizante, aunque incomprendida del vulgo.

Tristan Tzara

 Primero te ignoran. Luego se ríen de ti.

    Después te atacan. Entonces ganas.

    M AHATMA G ANDHI

jueves, 7 de marzo de 2024

Alex Rovira

 ¿Alguien ha leído a Kenzaburo Oe, el que fuera el segundo premio Nobel japonés de literatura? Le dieron el Nobel en 1994. Os voy a contar una breve historia maravillosa que la podéis encontrar en su libro Una cuestión personal, ahí está novelada, pero tiene muchos tintes autobiográficos. Kenzaburo era licenciado en Filosofía y Letras. En cierta ocasión, su mujer se quedó embarazada y, en paralelo, coincidió que a él lo enviaron a hacer unas entrevistas a los médicos de Nagasaki, en relación al aniversario de la bomba atómica. El niño venía con el cerebro herniado y los médicos aconsejaban el aborto, pero su mujer decía que ella quería alumbrar al niño aunque sabía que ya, una vez fuera alumbrado, se tendría que seccionar una parte del cerebro y eso podría generar muchos daños. Él dijo: «No tomemos ninguna decisión. Me voy a hacer las entrevistas a Nagasaki y, cuando vuelva, cuando regrese, decidiremos». Él volvió conmovido de Nagasaki porque conoció historias de resiliencia, de longanimidad, esa palabra que hemos olvidado y que quiere decir capacidad de superar reiteradamente la adversidad. Total, vuelve de Nagasaki y le dice a su mujer: «Oye, que nazca el niño, porque yo he visto, hablando con estos médicos y con sus pacientes, unas historias de transformación, de esperanza, de superación maravillosas». El niño nace y, a raíz de la intervención, queda con Autismo, pierde mucho la visión, ataques de epilepsia, descontrol de esfínteres, dificultad para el movimiento… Y volvemos a lo que decíamos al principio, a la mirada apreciativa, al efecto Pigmalión, a la transformación desde el amor. Sus padres, padre y madre, no renuncian en ningún momento a encontrar en ese niño al que los médicos dicen que es un vegetal, algún don o característica que le lleve a florecer. Le observan durante muchos años y aparentemente nada, hasta que un día, el niño con seis años dice el nombre de un pájaro paseando por un parque, un pájaro que canta. Los padres se dan cuenta de que al niño le fascina el canto de los pájaros. Le compran cintas con cantos de pájaro. Con el tiempo reconoce todos los pájaros solo por el canto. Deciden contratar a una profesora de música. La madre, que es una gran fan de Mozart, le pide que, por favor, si puede, le enseñe o le toque canciones de Mozart, porque él apenas responde, apenas habla, tiene un lenguaje muy limitado. A los once años, llega un día la maestra a casa y Hikari le entrega una partitura mal escrita a mano con unas notas. Ella empieza a interpretar y se queda asombrada porque son estructuras muy asimilables a las composiciones más básicas de Mozart, y el niño le dice que lo ha compuesto él. Ella no da crédito, el niño le enseña otras composiciones… Bueno, hoy, Hikari Oe es uno de los autores de música clásica contemporánea más vendidos en el mundo. De su primer disco se vendieron ochenta mil unidades, diecisiete canciones breves compuestas por un niño con autismo, una discapacidad visual importante, etcétera, etcétera. Insisto, creo que no somos conscientes de la capacidad que tenemos de transformar a los demás, y si se combina todo eso, hacemos florecer al ser amado. Cuando hablamos de amor, lo llevamos siempre mucho al terreno del deseo, al terreno de la lujuria, al terreno de Eros. Hablamos poco de filia y de ágape, hablamos poco del amor como la energía de la confianza, del vínculo, de calidad, la energía del compromiso, la energía de la transformación, la energía del diálogo, la energía que, realmente, llámale energía, llámale, por supuesto, emoción que nos une. Creo que, realmente, no puede haber un aprendizaje radical sin un amor radical.

 


 Los que están muertos nunca se marcharon

En la Sombra están que se ilumina

En la Sombra que se espesa.

Los Muertos no están bajo tierra:

Están en el Árbol que tiembla,

Están en el Bosque que gime.

Están en el Agua que discurre,

Están en el Agua que duerme.

Están en la Cabaña, están entre el Gentío:

Los Muertos no están muertos.

Birago Diop

miércoles, 6 de marzo de 2024

 

Stephen Hawking

Pascal Mercier

 


En la intimidad estamos entrelazados el uno con el otro; los lazos invisibles que nos unen son cadenas liberadoras. Pero ese estar así entrelazados conlleva un imperioso requerimiento de exclusividad. Compartir es traicionar. Sin embargo, no queremos a una sola persona; nos conectamos con más de uno; no es uno solo quien nos atrae. ¿Qué hacer? ¿Administrar las diversas intimidades? ¿Llevar una contabilidad pedante sobre los temas, las palabras los gestos? ¿Sobre lo que ambos sabemos? ¿Sobre los secretos compartidos? Sería envenenar silenciosa y paulatinamente la amistad.


 Guillermo Prieto

martes, 5 de marzo de 2024



 "Sometimes life is hard. Things go

wrong—in life and in Love and in

business and in friendship and in

health and in all the other ways that

life can go wrong. And when things

get tough, this is what you should do:

make good art.... Someone on the

internet thinks what you're doing is

stupid or evil or it's all been done

before: make good art. Probably

things Will work out somehow,

eventually time Will take the Sting

away, and it doesn't even matter. Do

what only you can do best: make good

art."

-NEIL GAIMAN

  Escribió Bertrand Russell que un optimista es un idiota simpático, mientras que un pesimista no pasa de ser un idiota antipático. Son tiempos, sin duda, para el pesimismo, porque toda una civilización está cayendo y los escombros suelen ir a parar a las espaldas de los mismos. Pero regodearse en el pesimismo es asumir la derrota. El momento histórico reclama oponer al «pesimismo de la inteligencia» el, en palabras de Gramsci, «optimismo de la voluntad». Ser «pesimistas esperanzados» y también «optimistas trágicos» para, con Boaventura de Sousa Santos, «dejar de esperar sin esperanza». Ahí regresa con fuerza la utopía, ese almacén de cosquillas intelectuales de la gente decente.

Juan Carlos Monedero

lunes, 4 de marzo de 2024

Vicente Garrido

 Escribe el insigne filósofo Spinoza que los organismos se esfuerzan, necesariamente, en perseverar en su propio ser; tal esfuerzo necesario constituye su esencia real, y como producto de alcanzar una mayor perfección en su ser sienten la alegría. Esta misma idea de que todo organismo busca profundizar en lo que constituye su esencia, es la misma que plantea Ortega y Gasset cuando emplea la expresión «moral» aplicada a las personas. Ortega nos pide que nos olvidemos del sentido habitual de moral, consistente en el conjunto de normas que han de ser compartidas en una sociedad para lograr una convivencia regulada y feliz. Para Ortega, la moral es «el ser mismo del hombre cuando está en su propio quicio y eficacia vital. Un hombre desmoralizado es simplemente un hombre que no está en posesión de sí mismo, que está fuera de su radical autenticidad, y por ello no vive su vida y por ello no crea, ni fecunda, ni fomenta su destino». Por ello, el doctor González de Rivera señala que la función del acosador es «privar a la víctima de la posesión de sí mismo», y que desmoralizar es «sacar a alguien de su línea de vida, interferir en sus más esenciales dinámicas psicológicas, apartarle de su destino». Y cita al terapeuta Jerome Frank, en ese mismo sentido: «La persona desmoralizada se siente, en grado variable, desesperanzada, indefensa y aislada. No puede hacer frente a algunos aspectos de su vida, y se culpa a sí misma por su fracaso. Se siente alienada de los demás, incierta sobre su futuro, desanimada…». De ahí que González de Rivera entienda la moral como «la capacidad consistente y permanente de persistir en un propósito»

Pedro Salinas


 Y nunca te equivocaste, más que una vez, una noche que te encaprichó una sombra, la única que te ha gustado. Una sombra parecía. Y la quisiste abrazar. Y era yo.

Ramon Gener

 Humanos, para bien o para mal, es lo que somos. Por lo tanto, solo nos queda una alternativa posible: vivir. Aprovechar la vida. Vivir de verdad. Vivir con intensidad. Vivir cada día. Amar cada momento y embriagarse de vida, tal como dice Charles Baudelaire en su famoso Enivrez-vous (Embriagaos) escrito el año 1864:

    Siempre hay que estar ebrio. Es lo importante: la única cuestión. Para no sentir el horrible fardo del Tiempo que destroza el hombro y os doblega hacia el suelo, os tenéis que embriagar siempre.
    Pero ¿con qué? Con vino, con poesía o virtud, como queráis. Pero embriagaos.
    Y si a veces, en la escalinata de un palacio, en la verde hierba de un foso, en la triste soledad de vuestra habitación os despertáis, la embriaguez amainada ya o desaparecida, preguntad al viento, a las olas, a las estrellas, a los pájaros, al reloj, a todo cuanto huye, a todo cuanto solloza y da vueltas, a todo cuanto canta y habla, preguntad qué hora es; y el viento, las olas, la estrellas, los pájaros, el reloj os contestarán: ¡es hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin parar!
    ¡Con vino, poesía o virtud, como queráis!
    A Fausto le costó toda su primera vida entender que la existencia solo se puede vivir si se está embriagado. Cuando se dio cuenta de su error, ya era demasiado tarde. No tuvo otra alternativa que entregar su alma al diablo para tener una segunda oportunidad con la que poder aprender a embriagarse. Fausto es el ejemplo perfecto de centenares de personas que nos rodean y que dedican su tiempo a echar de menos un pasado que no volverá, o a suspirar por un mañana incierto que tal vez nunca llegue. ¿Cuántos de nosotros perdemos el tiempo intentando adivinar un futuro que nadie puede conocer? Nadie, como le dice Horacio a Leucónoe en su oda, puede saber si nuestra vida futura (en caso de que la tengamos) nos será favorable o adversa. Según Horacio, solo los dioses lo saben y nosotros no podemos hacer nada al respecto. Finalmente, Fausto, cansado de esperar, entiende que la vida es ahora, es hoy y que es necesario evitar vivir en el pasado o en el futuro. Decide embriagarse de amor y deseo por Margarita y también por Helena. Correcto. Pero ¿por qué limitarse a embriagarse solo de una cosa o de un par de cosas? ¿Por qué no hacer como Chopin y embriagarse de todo? ¿Por qué no embriagarse de la vida? ¡De toda la vida! Decidí seguir el consejo de Baudelaire y el ejemplo de Chopin y embriagarme de todo aquello que me ofreciera la vida en cada momento: embriagarme de personas, de vidas, de historias, de cuentos, de música, de sonidos, de notas, de sonrisas, de alegrías, de palabras, de poesía… pero también embriagarme de despedidas, de nostalgias, de tristeza y de llanto. Decidí sentirme vivo en cada instante. Decidí vivir hasta el final todo lo que me ofreciera la vida e intentar estar en el lugar adecuado en cada momento, porque como decía el poeta y escritor de cuentos infantiles Hans Christian Andersen, «Aprovecha la vida, tienes toda la eternidad para estar muerto.» Así lo hice, y a partir de aquel momento me metí entre ceja y ceja aprovechar todas las horas del día, consciente de que nunca más volverán ni podré volver a recuperarlas porque irremediablemente a las doce de la noche habrán desaparecido como el vestido y la carroza de Cenicienta.

domingo, 3 de marzo de 2024

 «En un mundo realmente invertido —decía Debord en La sociedad del espectáculo —, lo verdadero es un momento de lo falso.» Son las trazas de verdad que se cuelan en el escaparate de la mentira. En los tiempos confusos que habitamos, los autores más audaces recuerdan que antes de aprender hay que desaprender. Ahora que la crisis económica golpea con su selectivo látigo, se escucha que la solución es crecer, cuando la única salida con un mínimo de futuro es decrecer. O que hay que progresar, como si pudiera seguir midiéndose el progreso con el PIB. Tiempos de promesas muy diferidas, a ese futuro en el que la ciencia nos llevará de vacaciones a Marte. La misma ciencia que hoy, ahora mismo —no en el futuro— desertiza lo que toca. ¿O no es una fuerte intuición que nos pertenece entender que si la ciencia entrara en la Amazonía sería el fin de la variedad de la vida en ese pulmón del mundo? Desaprender para entender que hacer el indio no debe ser algo tan malo cuando solo donde están los indígenas al cargo aún queda biodiversidad, agua, naturaleza. Si el mundo está al revés, solo invirtiendo la caja negra podrá entenderse algo. Los salvajes son los civilizados y los civilizados, dueños de los mayores arsenales del mundo, unos salvajes patanes.

    Cuando se es decente, un manual es lugar conveniente para aprender; un antimanual, la forma conveniente de desaprender. Desaprender que no pueden ser los bancos los que financien o empleen a los políticos si queremos que después estos controlen a aquellos. Desaprender que la libertad no se logra desregulando al poder sino, muy al contrario, regulándolo. Desaprender que los derechos y libertades no pertenecen a las empresas que los ofrecen mercantilmente, sino a los ciudadanos que los reclaman y los convirtieron en tales derechos y libertades (derecho a la información, a la sanidad, a la cultura, libertad de expresión, de participar en los asuntos públicos, a una vivienda digna, a un trabajo digno). Desaprender que se puede patentar la vida y que las grandes farmacéuticas tienen algún tipo de privilegio para declarar como propiedad privada el conocimiento científico. Desaprender que los jueces son seres especiales y quitarnos de la cabeza que realmente son independientes del poder político y económico. Desaprender que el medio ambiente —el Ártico, los casquetes polares, el agua, los mares, los campos, el aire— son mercancías que se salvaguardan mejor en el mercado, y desaprender que los científicos han sido mejores gestores de la naturaleza que los ciudadanos. Desaprender qué es lo natural para entender que tan natural es una cesárea como la investigación con células madre, tan natural cortarnos el pelo y las uñas, cocinar alimentos, aprender idiomas o tocar el violín, como el amor homosexual. Desaprender que sea verdad que haya razones biológicas que puedan ser más fuertes que las cuestiones culturales y desaprender que somos diferentes por el color de nuestra piel o por el dinero que tengamos. Desaprender, en suma, que todo lo que alguien nos diga como «palabra de Dios» —o de la ciencia o del derecho o de la historia o de la economía— ya no pueda cuestionarse.

Juan Carlos Monedero


 Neruda

Arthur Schopenhauer

 Conforme maduraba fui volviéndome sistemáticamente insociable y me propuse pasar el resto de esta efímera existencia dedicado por entero a mi mismo, así como desperdiciarla lo menos posible con esas criaturas a las que sólo la circunstancia de que caminan con dos piernas les da derecho a creerse mis iguales».

viernes, 1 de marzo de 2024

Ha Joon Chang

 La mayor parte de lo que ocurre en la economía mundial está determinada por los países ricos, sin siquiera pretenderlo. Ostentan el 80% de la producción mundial, llevan a cabo el 70% del comercio internacional y efectúan entre el 70% y el 90% (dependiendo del año) de todas las inversiones extranjeras directas. Esto significa que sus políticas nacionales pueden influir muchísimo en la economía mundial. Pero más importante que su peso es el interés de los países ricos por utilizar ese peso en el trazado de las reglas de la economía mundial. Por ejemplo, las naciones desarrolladas inducen a las más pobres a adoptar políticas concretas imponiéndolas como condición para su ayuda extranjera u ofreciéndoles acuerdos comerciales preferentes a cambio de "buen comportamiento" (adopción de medidas neoliberales). Incluso más importantes a la hora de trazar opciones para los países subdesarrollados son, sin embargo, lo que yo llamo la "Impía Trinidad" de organizaciones multilaterales, a saber, el FMI, el Banco Mundial y la OMC (Organización Mundial del Comercio). Si bien no son títeres de los países ricos, la Impía Trinidad está básicamente controlada por estos, por lo que conciben y ponen en práctica políticas de mal samaritano que esos países quieren.

Y por si todo esto fuera poco, las naciones ricas malas samaritanas suelen exigir, como condición para su contribución financiera a los paquetes del FMI, que el país prestatario sea obligado a adoptar políticas que tienen poco que ver con arreglar su economía pero que sirven los intereses de los países ricos que prestan el dinero. Por ejemplo, al ver el acuerdo de 1997 que Corea suscribió con el FMI, un observador indignado comentó: "Varios puntos del plan del FMI son repeticiones de las políticas que Japón y Estados Unidos han tratado de hacer adoptar a Corea desde hace tiempo. Entre ellos figuran acelerar las [...] reducciones de barreras arancelarias a productos japoneses concretos y abrir los mercados de capitales para que los inversores extranjeros puedan tener la propiedad mayoritaria de empresas coreanas, meterse en adquisiciones hostiles [...] y ampliar la participación directa en banca y otros servicios financieros. Aunque la mayor competencia de importaciones manufactureras y más propiedad extranjera podrían [...] ayudar a la economía coreana, los coreanos y otros lo consideraron [...] como un abuso de poder del FMI forzar a Corea en una época de debilidad a aceptar políticas comerciales y de inversión que había rechazado anteriormente".19 Quien dijo esto no era un anarquista anticapitalista sino Martin Feldstein, el economista conservador de Harvard que fue el principal asesor económico de Ronald Reagan en la década de 1980.

Jung



La vida del hombre es un intento arriesgado. Sólo cuantitativamente se le puede considerar como un fenómeno prodigioso. Es tan efímero, tan insuficiente, que es un milagro que pueda existir algo y desarrollarse. Esto me impresionó ya cuando era estudiante de medicina, y me pareció que sería un milagro no morir prematuramente. La vida se me ha aparecido siempre como una planta que vive de su rizoma. Su vida propia no es perceptible, se esconde en el rizoma. Lo que es visible sobre la tierra dura sólo un verano. Luego se marchita. Es un fenómeno efímero. Si se medita el infinito devenir y perecer de la vida y de las culturas se recibe la impresión de la nada absoluta; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve es la flor, y ésta perece. El rizoma permanece.


 Kundera

jueves, 29 de febrero de 2024

Pureza Canelo



 -¿Qué ves?

Tu mar
El mar tendido como un libro de versos
-¿Color?
Elegir es barcaza lentísima de amante
-Pero dime ¿color?
El tiempo que ahora mismo sale de tu boca
El calor dulce que nos ata en la tarde
Eolo escuchando detrás de la puerta
-¿Y la palabra?
Amor
-Otra más
Mío
-Demasiado deprisa, empecemos
¿Qué ves?...


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