miércoles, 30 de noviembre de 2022

 FRAGMENTO DE LA INTRODUCCIÓN DE LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA 

“... Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez...”
(Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de julio de 1809).

La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones. Este ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrota a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente de reservas del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores; y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la Alianza para el progreso, “hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización...”

Charles Bukowski


 

"...Y es que hay una soledad en este mundo tan grande

que puedes verla en el lento movimiento de
las agujas del reloj.

La gente está tan harta
que se mutila
ya sea por el amor o por la falta de amor.

La gente no es buena entre sí 
ninguna de ellas.

El rico no es bueno con el rico. 
El pobre no es bueno con el pobre.

Tenemos miedo...

Debe haber una manera.

Seguro que debe haber una manera que no
hemos encontrado todavía".

José Emilio Pacheco



 "Si vuelvo alguna vez por el camino andado

no quiero hallar ni ruinas ni nostalgia.
Lo mejor es creer que pasó todo
como debía.
Y al final me queda
una sola certeza:
haber vivido".


martes, 29 de noviembre de 2022

Martin Heidegger



"Cuando el más apartado rincón del globo haya sido técnicamente conquistado y económicamente explotado; cuando un suceso cualquiera sea rápidamente accesible en un lugar cualquiera y en un tiempo cualquiera; cuando se puedan experimentar, simultáneamente, el atentado a un rey en Francia y un concierto sinfónico en Tokio; 
cuando el tiempo sólo sea rapidez, instantaneidad y simultaneidad, mientras que lo temporal, entendido como acontecer histórico, haya desaparecido de la existencia de todos los pueblos, entonces, justamente entonces, volverán a atravesar todo este aquelarre como fantasmas las preguntas: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué? "



 

 'Terminé en un dispensario del Ejército. Un médico militar me dio consejos que cambiaron mi vida por completo. Después de hacerme un examen físico detenido me dijo que mi enfermedad era mental. Me dijo esto: Ted, quiero que se diga usted que su vida es como un reloj de arena. Usted sabe que hay miles de granos de arena en lo alto de tales artefactos y que estos granos pasan lentamente por el estrecho cuello del medio. Ni usted ni yo podríamos hacer que los granos pasaran más de prisa sin estropear el reloj. Usted, yo y cualquier otro somos como relojes de arena. Cuando empezamos la jomada, hay ante nosotros cientos de cosas que sabemos que tenemos que hacer durante el día, pero, si no las tomamos una a una y hacemos que pasen por el día lentamente y a su debido ritmo, como pasan los granos por el estrecho cuello del reloj de arena, estamos destinados a destruir nuestra estructura física o mental, sin escapatoria posible'.

"He practicado esta filosofía en todo instante desde que un médico militar me la proporcionó. 'Un grano de arena cada vez... Una tarea cada vez.' Este consejo me salvó física y mentalmente durante la guerra y también me ha ayudado en mi situación presente en la profesión. Soy empleado verificador de existencias de la Compañía de Crédito Comercial de Baltimore. Vi que había en mi profesión los mismos problemas que habían surgido durante la guerra: docenas de cosas que había que hacer en seguida, con muy poco tiempo para hacerlas. Las existencias eran insuficientes. Teníamos que manejar nuevos formularios, que hacer una nueva distribución de las existencias, que cambiar direcciones, que abrir y cerrar oficinas y que abordar otros muchos asuntos. En lugar de ponerme tenso y nervioso, recordé lo que el médico me había dicho: 'Un grano de arena cada vez, una tarea cada vez'. Repitiéndome estas palabras a cada instante, realicé mi trabajo de un modo muy eficiente y sin aquella sensación de confusión y aturdimiento que estuvo apunto de acabar conmigo en el campo de batalla."

lunes, 28 de noviembre de 2022

John Le Carré



 “He encontrado lo que buscaba: a un hombre como yo pero que, en su búsqueda de significado, había descubierto un propósito valioso para su vida; que había pagado todos los precios sin considerarlo un sacrificio; que lo seguía pagando y continuaría haciéndolo hasta la muerte; al que no le importaba nada el compromiso, nada su orgullo, nada de nosotros o de la opinión de los demás; que había reducido su vida a aquello que realmente le importaba, y que era libre.” 


 Estás vivo solo en la medida en que estás despierto. La conciencia es la diferencia entre la vida y la muerte. No estás vivo solo por estar respirando, no estás vivo solo porque tu corazón late. Fisiológicamente, se te puede mantener vivo en un hospital, sin ninguna conciencia. Tu corazón seguirá latiendo y serás capaz de respirar. Así se te puede mantener en un estado mecánico de modo que sigas vivo durante muchos años... en el sentido de que respiras y el corazón late y la sangre circula. En los países avanzados del mundo hay actualmente muchas personas que simplemente vegetan en los hospitales, porque la tecnología avanzada hace posible que tu muerte se posponga indefinidamente. Se te puede mantener vivo durante años. Si eso es vida, entonces se te puede mantener vivo. Pero eso no es vida, ni mucho menos. Limitarse a vegetar no es vivir. Los budas tienen una definición diferente. Su definición se basa en la conciencia. No dicen que estás vivo porque puedes respirar, no dicen que estás vivo porque tu sangre circula; dicen que estás vivo si estás despierto. Así pues, con la excepción de los despiertos, nadie está verdaderamente vivo. Sois cadáveres que andan, hablan y hacen cosas, sois robots. La vigilia es el camino hacia la vida, dice Buda. Despierta y estarás más vivo. Y la vida es Dios. No hay otro Dios. Por eso Buda habla de la vida y la conciencia. La vida es el objetivo y la conciencia es la metodología, la técnica para alcanzarlo. El tonto duerme... Todos estáis dormidos, así que todos sois tontos. No os sintáis ofendidos. Las cosas hay que decirlas tal como son. Funcionáis en sueños; por eso vais dando tumbos, seguís haciendo cosas que no queréis hacer. Seguís haciendo cosas que habéis decidido no hacer. Seguís haciendo cosas que sabéis que no están bien y no hacéis cosas que sabéis que están bien. ¿Cómo es posible tal cosa? ¿Por qué no podéis andar derechos? ¿Por qué seguís atrapados en caminos que no conducen a ninguna parte? ¿Por qué seguís extraviádos?


 

viernes, 25 de noviembre de 2022

Erick Thor Sandberg



"Lo que lees te puede transformar. La música que escuchas te puede transformar. Lo que sueñas te puede transformar. Lo que comes te puede transformar. Lo que das te puede transformar. Somos influenciados constantemente por todo lo creado".


  El libro de Richard Bach, donde sugiere una interpretación de los múltiples universos de la mecánica cuántica, para varias de sus experiencias vitales. De hecho, Bach desarrolló esta idea tras una «coincidencia asombrosa» protagonizada, en 1966, por él y otro amigo mientras pilotaban un biplano de su propiedad.

    Tras haber viajado desde California a Carolina del Norte en un Fairchild 24, decidieron cambiar su moderno avión por un biplano del 29. Así las cosas, mientras sobrevolaban el estado de Wisconsin, perdieron el control del aeroplano y tuvieron que tomar tierra de emergencia en un pequeño aeródromo. Todo presagiaba grandes dificultades para poder salir de allí. Sólo se habían fabricado ocho unidades del Detroit-Parks Speedster modelo P-2A , por lo que conseguir una pieza para repararlo se antojaba una tarea imposible… Pero la «providencia» tenía otros planes.
    Hasta el aeródromo se acercó el dueño de un hangar cercano que vio aterrizar con dificultades al aeroplano. Les brindó su ayuda y les condujo a otro hangar donde, entre un montón de piezas, encontraron precisamente la que necesitaban para reparar su avión.
    En su libro Nada es azar , Richard Bach escribe:
    «Las probabilidades de encontrar la pieza que nuestro biplano requería en un pueblo pequeño en el que, por casualidad, residía un señor que tenía esa pieza tan antigua; las probabilidades de que dicho hombre se encontrara en la escena cuando sucedió la avería; las probabilidades de que empujáramos el avión justo hasta el hangar contiguo al de ese individuo, a tan sólo escasos metros de la pieza que necesitábamos; todas esas probabilidades eran tan impensables que pedir el milagro de una coincidencia era una locura».
    Pero sucedió. Y la vivencia —entre otras— sirvió para que años después, en 1988, desarrollara en Uno la idea de que cada bifurcación que nos plantea la vida abre un mundo alternativo que se desliza paralelamente a éste y que, eventualmente, puede cruzarse de nuevo en nuestra línea principal, dando lugar a las coincidencias significativas… cuando lo necesitamos de manera vital. Así, «los problemas son para solucionarlos, la libertad, para comprobarla; mientras conservemos la fe en nuestros sueños, nada nos sucederá por simple azar».

 Entre los grandes creadores, que son los grandes portavoces de los ideales éticos, ninguno más milagroso que el propio Confucio. Éste afirmaba que sus enseñanzas no procedían de una fuente divina y que, de hecho, su fuente de inspiración estaba al alcance de cualquiera. A diferencia de Moisés, Buda, Jesús o Mahoma no proclamó un conjunto de mandamientos. De la misma forma que el hinduismo es el nombre que se da a las religiones de la India, el confucianismo es el que se aplica a las creencias tradicionales de la familia china. Sus rituales o sacrificios «religiosos» no estaban presididos por un sacerdote profesional sino por el jefe de la familia y los sacrificios oficiales eran dirigidos por el jefe del Estado. Confucio insistía en que no hacía sino revivir enseñanzas antiguas.

    Confucio no fue crucificado ni martirizado, no sacó a su pueblo del desierto ni mandó un ejército en una batalla. No dejó una gran impronta en la vida de su época y reclutó pocos discípulos. En su condición de ambicioso burócrata de mente reformista terminó su vida sumido en la frustración. No es difícil verle como un antiguo Quijote. Pero de alguna manera la lucha sin éxito que libró durante toda su vida contra los males de los caóticos estados chinos de su época despertó de alguna forma a su pueblo y acabó por presidir dos mil años de cultura china.

jueves, 24 de noviembre de 2022

Dante Alighieri



 "Los lugares mas oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral."




 

     En 1725, Johann Heinrich Schulze trabajaba en un nuevo método para conseguir fósforo cuando descubrió que el recipiente donde mezclaba plata y yeso se ennegrecía por el lado expuesto al sol y, al colocar hojas de papel con palabras escritas, descubrió asombrado que éstas se quedaban grabadas en el recipiente. De forma fortuita había descubierto el fotograma. Más de un siglo después, John Wesley Hyatt trabajaba en un nuevo material compuesto por una mezcla de serrín y papel con cola cuando accidentalmente se hizo un corte en un dedo. Entonces se dirigió al botiquín a por un frasco de colodión que «desafortunadamente» cayó sobre la mezcla. Hyatt observó que el compuesto funcionaba mejor que la cola. De esta forma se inventó el celuloide.

    Con todo, la primera fotografía como tal no se obtuvo hasta 1822, cuando Joseph N. Niépce consiguió fijar una imagen de forma más o menos permanente utilizando asfalto o betún de Judea. En paralelo, otro francés, Louis-Jacques Mandé Daguerre, pasaría a la historia gracias a otra casualidad. Andaba enfrascado en un sistema para lograr que la luz incidiera sobre una suspensión de sales de plata, de modo que la oscureciera selectivamente y produjera un duplicado de alguna escena. Pero no había manera.
    Realizó numerosos experimentos con escaso éxito hasta que se dio por vencido. Malhumorado, guardó en un armario una placa expuesta en la que había una tenue imagen que había intentado lavar para usar de nuevo. Después de un tiempo, Daguerre abrió el armario y para su sorpresa encontró la placa luciendo en su superficie una imagen muy nítida. Concluyó que el «milagro» era obra de alguno de los productos que guardaba en el mueble. Así que, ni corto ni perezoso, probó los productos uno tras otro… Nada. Entonces reparó que en uno de los estantes había unas gotas de mercurio procedentes de un termómetro roto. Así es como dedujo que el vapor de este metal líquido era el artífice de la imagen. Nacían los daguerrotipos.

Frederick Douglass

 


Frederick Douglass, esclavo, fue enviado a Baltimore para trabajar como criado y trabajador en un astillero. De alguna forma aprendió a leer y a escribir, y, en 1838, a los veintiún años, escapó al Norte, donde se convirtió en el negro más famoso de su época, como conferenciante, director de periódico y escritor. En sus memorias, Narrative of the Life of Frederick Douglass, recordó los pensamientos que había tenido en su primera infancia sobre su condición: ¿Por qué soy esclavo? ¿Por qué algunos son esclavos, y otros amos? ¿Hubo alguna vez un tiempo en que esto no era así? ¿Cómo empezó la relación? Sin embargo, una vez que empecé mis indagaciones, no tardé mucho en descubrir la verdad sobre el tema. No era el color, sino el crimen; no Dios, sino el hombre el que proporcionaba la explicación verídica sobre la existencia de la esclavitud; tampoco tardé en averiguar otra verdad: lo que el hombre puede hacer, el hombre lo puede deshacer. Recuerdo claramente el hecho de quedar -incluso entonces muy impresionado con la idea de llegar a ser un hombre libre algún día. Este sentimiento reconfortante era un sueño innato de mi naturaleza humana -una constante amenaza a la esclavitud -y que todos los poderes de la esclavitud no podían silenciar ni aplastar.

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Nathaniel Branden



  En mi trabajo psicoterapéutico veo con frecuencia que las transformaciones más radicales ocurren después de que el paciente se da cuenta de que nadie va a acudir en su rescate. "No acude nadie" es una frase que oigo mucho en mi trabajo, en todos los niveles. Cuando al fin me permití asumir la plena responsabilidad de mi vida (me ha dicho más de un paciente), comencé a crecer. Empecé a cambiar. Y mi autoestima empezó a aumentar."

    La autorresponsabilidad comprende realizaciones como las siguientes:
    Soy responsable de mis elecciones y acciones.
    Soy responsable del modo en que utilizo mi tiempo.
    Soy responsable del nivel de conciencia que aplico a mi trabajo.
    Soy responsable del cuidado o la falta de cuidado con que trato a mi cuerpo.
    Soy responsable de mantener las relaciones que decido entablar o en las que elijo continuar.
    Soy responsable del modo en que trato a los demás: Mi cónyuge, mis hijos, mis padres, mis amigos, mis socios, mi jefe, mis subordinados, el vendedor de una tienda.
    Soy responsable del significado que doy o dejo de dar a mi existencia.
    Soy responsable de mi felicidad.
    Soy responsable de mi vida en lo material, lo emocional, lo intelectual y lo espiritual.
    Cuando hablo de "ser responsable" en este contexto, no quiero decir ser receptor de acusaciones o culpas morales, sino ser el principal agente causal de la propia vida y conducta. 

César Rendueles

 


Recuerdo una obra de teatro de Rodrigo García titulada: Compré una pala en IKEA para cavar mi tumba . No se me ocurre mejor resumen de la España de la década dorada, entre 1996 y 2006. El capitalismo se nos metió en el cuerpo como una enfermedad infecciosa. Y nos lo llevamos a nuestra casa y a nuestro trabajo. Y un día el escaparate se convirtió en un basurero:

    Si pensamos hoy en aquel tiempo lo vemos como un enorme desguace, un vertedero por cuya ladera rodó todo lo acumulado, todo lo adquirido y luego desechado, sustituido por nuevas adquisiciones que no tardarían en rodar ladera abajo: ahí, en la fosa, está el amasijo de hierros del viejo utilitario de los primeros sueldos reemplazado por un deportivo o un monovolumen a plazos; ahí también despanzurrados, los muebles de aglomerados y automontaje que cumplían su ciclo y dejaban su sitio a nuevos muebles que a menudo seguían siendo de aglomerado y automontaje pero más caros; ahí electrodomésticos, televisores, ordenadores, teléfonos condenados a la obsolescencia programada o desplazados por nuevas necesidades; ahí montañas de ropa prematuramente envejecida, pasada de moda, aburrida, arrojada a contenedores solidarios para que la acabasen vistiendo ancianos africanos; ahí restos de comida precocinada, comida a domicilio, comida japonesa, comida mexicana, restaurantes donde una cena cuesta medio salario mínimo pero una vez en la vida todos deberíamos regalarnos algo así; ahí botellas de cerveza internacional, botellas de vino altamente puntuado en una web, vasos con restos de ginebras exóticas y tónicas de importación, rodajas de pepino y hielo mineral; entradas amarillentas de multicines, teatros, conciertos, exposiciones, musicales, circos del sol, parques temáticos; ahí regalos especiales, escapadas románticas, cruceros por fiordos, balnearios, spa , masajes y envolturas de barro, de chocolate, de vino, de piedras volcánicas, juguetes de sex shop , joyas de aniversario, litografías numeradas; ahí carricoches y cunas y ropas amontonadas por edades y juguetes ennegrecidos y cuentos con todas las pestañas arrancadas .

Pablo Neruda

 Quiero que sepas

una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro la luna de cristal,
la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.


martes, 22 de noviembre de 2022

Pío Baroja



 "El pasado no es mejor que el presente pero se alumbra con una media luz crepuscular sugestiva, poética, distinta a la claridad cruda y agria del momento".



 No te detengas, no temas, no dudes de ti, tienes una fuerza sin límites para que por el camino del despertar llegues a ser lo que ya eres. Todo es neutro, todo es absoluto, cada cosa es lo que es, nosotros la hacemos parecer buena o mala según nuestras atracciones o rechazos. No permitas a tu mente suponer que algo hubiera podido ser de otra manera. El sufrimiento es el rechazo del dolor. El sufrimiento tiene su origen en la memoria, que son los restos del ayer. El fin del sufrimiento coincide con el nacimiento de la compasión.


Lucha por ser consciente de tu inconsciente. Es un combate donde el que se cree más fuerte que su adversario está perdido de avance. Lucha hasta que tus puños se conviertan en manos abiertas.

¡No seas como debes, sé como quieres ser!

KURT VONNEGUT

 




En el borde se ven muchas cosas que no se pueden ver desde el centro. Cosas grandes, insospechadas. La gente del borde es la primera que las ve. 


Ernesto Sabato

 


"Ninguna manifestación artística ha conseguido jamás evitar que un niño se muera de hambre. Sólo existe la literatura buena o mala. La literatura social no existe. Hay panfletos, proclamas, pero eso es otra cosa. La literatura grande debe indagar en la condición humana a través de los valores meta-históricos eternos: el miedo, el terror, la muerte, la juventud, la esperanza, la gratitud. Si se hace así, el arte nunca evitará la muerte de un niño, pero puede salvar a la humanidad entera".




viernes, 18 de noviembre de 2022

Gloria Fuertes


En las noches claras,
resuelvo el problema de la soledad del ser.
Invito a la luna y con mi sombra somos tres.

 


 

   Piense en alguna acción que haya realizado, o que no haya realizado, de la cual se arrepiente, algo lo bastante significativo como para haber hecho mella en su autoestima. Luego pregúntese: ¿según los parámetros de quién estoy juzgando? ¿Los míos o los de otro? Si esos parámetros no son en verdad suyos, pregúntese: ¿qué es lo que yo creo en realidad sobre esto? Si usted es un ser humano pensante y, con toda honestidad y plena conciencia, no ve nada malo en su conducta, quizás encuentre el coraje necesario para dejar de condenarse en ese mismo instante. O, al menos, tal vez comience a vislumbrar una nueva perspectiva en la evaluación de su conducta.

    "Yo solía hacerme reproches —decía Beatriz, en una de nuestras sesiones de terapia— porque nunca quise que mi madre viviera conmigo... es decir, conmigo, mi marido y nuestros hijos. Me educaron según el principio de que el deber hacia los padres es lo más Importante, y que el egoísmo es un pecado. Pero una de las cosas que conseguí con la terapia es prestar atención a lo que yo realmente pienso, más que a lo que a veces me digo que pienso. Y la verdad es que para mí esas enseñanzas no tenían ningún sentido, sobre todo al considerar que mi madre siempre dejó bien claro que yo no le gustaba mucho, y que yo sé que ella no me gusta mucho a mí. Nunca nos llevamos bien. Toda su vida estuvo inmersa en el abatimiento y la fatalidad. Si yo me mostraba demasiado feliz, solía decirme que algo no me funcionaba bien. Pensé que, si permitía que mi madre viniera a vivir con nosotros, iba a ser un infierno para mi y mi familia. Así que dije no. Ahora mis hermanas y mis hermanos no me hablan. Yo veo la vida de una manera diferente del resto de la familia. Además, es mi vida, no la de ellos. Así que haré lo que a mí me parece racional, y aceptaré las consecuencias."

Rafael Pérez Gay


 


Esto es lo que yo creo que es la hermandad: dos niños jugando a que son eternos.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Matsuo Bashó

 

«No hay nada que puedas ver que no sea una flor; no hay nada que puedas pensar que no sea la luna.»

 He aquí que en un país muy lejano, un joven, cansado de las adversidades que se encontraba en el trabajo y en la vida, se dirigió a un sabio anciano para pedirle consejo. ¿Cómo superar los obstáculos? ¿Cómo no caer en la desesperación? ¿Cómo seguir hacia adelante? Con la seguridad que da saber la respuesta, el sabio cogió tres cazuelas con toda la parsimonia del mundo y, sin decir ni una palabra, las llenó de agua y las puso a hervir. Metió una zanahoria en la primera cazuela, un huevo en la segunda y unos granos de café en la tercera. El joven, perplejo y sin comprender nada, le preguntó qué significaba todo eso. El sabio sonrió con condescendencia. Los tres alimentos experimentaban la misma adversidad, aclaró. El agua hirviendo escaldaba de la misma forma a los tres alimentos, pero cada uno reaccionaba de una forma muy diferente. Solo tenían que esperar unos minutos para comprobarlo.

Después de consultar el reloj y comprobar que habían transcurrido los minutos necesarios, el sabio sacó los alimentos de las cazuelas y se los mostró al joven. Esa zanahoria que había entrado segura, fuerte, dura e implacable, se había ablandado. La adversidad la había convertido en débil y vulnerable. Depresiva, había perdido toda la seguridad en sí misma.
    Ese huevo que había empezado con un corazón frágil y débil, también había cambiado. Había perdido el espíritu fluido. La adversidad, el agua hirviendo, lo había transformado. Por fuera tenía la misma apariencia, pero su interior, su corazón, se había endurecido para siempre.
    Los granos de café, a diferencia de la zanahoria y el huevo, no se habían dejado transformar por el agua hirviendo. Al contrario: eran ellos los que habían transformado la adversidad. Justo cuando el agua empezaba a hervir, los granos habían liberado toda su fragancia y sabor, y transformaron el agua impregnándola de nuevos olores y sabores.
    Como si fueran granos de café, tanto Beethoven como Mandela no solo no dejaron que las adversidades los ablandaran o los endurecieran, sino que las superaron y lograron transformar el mundo que les rodeaba con su actitud. Ambos se convirtieron en héroes.

 


Nos encontrábamos discutiendo animadamente acerca de si el mundo actual evoluciona en una particular dirección, o si por el contrario el universo perduraría en una constante renovación por toda la eternidad –Hay algo de crucial importancia, pero no sé como expresarlo de la mejor manera – Dije en medio de la conversación; y  repentinamente, me odie por decirlo.

Déjenme ponerlo de esta forma – el planeta tierra nunca ha sido tan pequeño como en la actualidad, el acelerado desarrollo de las comunicaciones lo ha reducido – por supuesto hablando en términos relativos. El tema había estado presente con anterioridad en nuestras conversaciones, pero nunca con tanto detalle como en esta oportunidad.

Hablamos de lo rápido que cualquiera en la tierra, puede saber en pocos minutos lo que yo o cualquier persona piensa, lo que hace, lo que quiere o lo que le gustaría hacer. Si hace años alguien me hubiera dicho que esto seria una realidad, habría pensado que solo seria posible con magia.

 Hoy vivimos en una tierra de fantasía, pero me decepciona un poco que esta tierra sea más pequeña de lo que pudiera ser el mundo real.

Chesterton quien retrato el mundo como un pequeño e íntimo universo, siempre estuvo negado a considerar al cosmos como algo realmente grande. Creo que esta idea es muy particular a la luz de los acontecimientos que vivimos en esta nueva era de las comunicaciones. While Chesterton quien renegó de la evolución y la tecnología, tuvo finalmente que verse en la obligación de admitir que el país de fantasía que soñaba podría llegar a través de la revolución científica a la que tan vehementemente se opuso.

 Todo se renueva, va y viene. La diferencia esta en como se ha acelerado inusitadamente el tiempo y el espacio. Ahora mis pensamientos pueden darle la vuelta al mundo solo en minutos y todos los acontecimientos de la historia hubieran podido suceder en tan solo un par de años.

 Algo debemos sacar de esta cadena de pensamientos. Si solo lo supiéramos! ( Sentí que tenia todas las respuestas sobre el tema, pero creo que las he olvidado, al final parece que mis certezas fueron superadas por la duda. Quizás estuve demasiado cerca de la verdad, como cuando estamos cerca del Polo Norte y la aguja de la brújula gira en círculos descontroladamente. Parece que lo mismo ocurre cuando nuestras creencias están demasiado cerca de Dios).

 Un juego fascinante surgió esta discusión. Uno de nosotros propuso realizar el siguiente experimento para demostrar que la población de la tierra está ahora más cercana que nunca antes. Hay que seleccionar a una persona de los 1,5 billones de habitantes de la tierra – cualquiera, en cualquier lugar-. La apuesta realizada consistió en tratar de contactar a esta persona a partir de no más de cinco individuos de los cuales solo uno de ellos puede ser un conocido personal. Por ejemplo “Usted conoce al Señor XY, pídale por favor que se ponga en contacto con el Señor QZ” y así sucesivamente de persona en persona. Cada persona debe preguntar a un amigo de su círculo si conoce al Señor XY y trasmitir el mensaje.

 Una idea interesante! – dijo alguien – Vamos a intentarlo ¿Podríamos contactar a Selma Lagerlöf?» (1)

 Bien, que sea Selma Lagerlöf

 Quien propuso el juego respondió – Pero sería demasiado fácil  – y en tan solo dos segundos dio al traste con la propuesta – Selma Lagerlöf acaba de ganar el Premio Nobel de literatura,  el cual fue anunciado por el rey Gustavo de Suecia, quien por regla general es quien le habría entregado el premio. Es bien sabido que al rey Gustavo le encanta jugar tenis y es un asiduo participante en los torneos internacionales, donde  seguramente ha Jugado con el Sr. Kehrling(2) , por lo que debemos suponer que ambos se conocen. Y resulta que yo también conozco bastante bien al Sr. Kehrling. (Quien habla es un buen tenista). Fíjense que en este caso solo necesitamos dos de los cinco enlaces, lo que no es sorprendente ya que siempre es más fácil encontrar a alguien que conoce una figura famosa o popular que alguna persona corriente, insignificante. ¡Venga, denme uno más difícil de resolver!

 Propuse un problema más difícil: encontrar utilizando uno de mis contactos la vinculación con un anónimo trabajador en la Compañía Ford Motor – y lo logré en tan solo en cuatro pasos. El trabajador conoce a su capataz, quien conoce al Señor Ford, quien es buen amigo del Director General del Imperio Publicitario Hearst. Yo tengo un amigo cercano el Señor Árpád Pásztor, quien recientemente habría entablado amistad con el Director de la Publicidad Hearst. Yo podría pedirle como favor a mi amigo que enviara un telegrama al Director de Hearst pidiéndole contactar al señor Ford, quien entraría en contacto con el capataz quien le solicitaría al trabajador ensamblar un nuevo automóvil, el cual estoy necesitando.

 Y así prosiguió el juego. Nuestro amigo estaba en lo correcto: nadie del grupo necesito más de cinco eslabones de la cadena para llegar  a relacionarse con una persona y sólo utilizando como método el conocimiento.

 Pero esto nos llevó a otra pregunta: ¿Existió alguna vez en la historia humana algún momento en el que esto hubiera sido imposible? Julio Cesar, por ejemplo, era un hombre popular, pero si a él se le hubiera ocurrido la idea de contactar con un sacerdote de una de las tribus mayas o aztecas que vivían en las Américas, en ese momento, no podría él haberlo logrado – ni en cinco pasos, y ni siquiera en trescientos. Los europeos en esos días sabían menos sobre América y sus habitantes que ahora nosotros sabemos acerca de Marte y sus habitantes.

 Así es que aquí algo importante está pasando, hay un proceso de contracción y expansión que va más allá de los cambios o las transformaciones. Algo se comprime, se reduce en tamaño, mientras que algo más fluye hacia afuera y crece. ¿Cómo es posible que toda esta expansión y crecimiento material pueda haber comenzado con una pequeña y brillante Chispa que estalló en  el entramado de nervios del cerebro de un ser humano primitivo hace millones de años?  Y ¿cómo es posible que por ahora, este crecimiento continuo tenga la capacidad de inundarnos y reducir a cenizas el mundo físico que conocemos? ¿Es posible que la energía puede conquistar la  materia, que el alma sea una verdad más poderosa que el cuerpo, que la vida tenga un significado que sobrevive a la vida misma, que perdure más allá de la muerte, que Dios, después de todo, sea más poderoso que el diablo?

 Me da vergüenza admitirlo –puede parecer absurdo- pero me he descubierto jugando este juego, conectando seres humanos como si fueran simples entidades. Me he vuelto muy bueno en eso. Es un juego inútil, por supuesto, pero creo que me he convertido en un adicto, soy como el jugador que apuesta todas sus ganancias, sabiendo que las perderá, solo por el gusto de ver las cartas de su oponente. Este extraño juego sacude constantemente mi de mente:  ¿Cómo puedo encadenar, con tres, cuatro, o un máximo de cinco eslabones lo trivial, lo cotidiano de la vida?  ¿Cómo puedo vincular un fenómeno con otro? ¿Cómo puedo unir lo conocido y lo efímero con cosas constantes, permanentes? ¿Cómo puedo enlazar la pieza con el todo?

 Sería agradable vivir, divertirse y tomar nota de la utilidad de las cosas sólo por el placer o el dolor que me causen. Por desgracia, no es posible. Espero que este juego me ayude a buscar otra cosa en los ojos que me sonríen o en lo primero que me llame la atención, algo más allá de la necesidad de acercarme a su realidad.

 Una persona me ama, otro me odia. ¿Por qué? ¿Por qué el amor y el odio?

 Hay personas que no se entienden, pero supongo que yo si las entiendo ¿Cómo?

Alguien está vendiendo uvas en la calle mientras mi hijo está llorando en la otra sala. La esposa de un conocido lo ha engañado, como a una multitud de cientos, mientras cincuenta mil relojes  Dempsey se sincronizan. La última novela de Romain Roland es criticada, mientras mi amigo Q cambia de opinión sobre el señor Y. “Ring-a-ring o’ roses, a pocketful of posies….”.(3) 

¿Cómo puede uno construir cualquier cadena de conexiones entre estas cosas al azar, sin llenar treinta volúmenes de filosofía haciéndolo sólo con suposiciones razonables. La cadena comienza con el asunto y su último vínculo conduce a mí como la fuente de todo.

Bien, al igual que este señor, que se acercó a mi mesa en la cafetería donde ahora estoy escribiendo, quien interrumpe mis pensamientos con algún problema insignificante haciéndome olvidar lo que iba a decir. ¿Por qué tiene que venir aquí y molestarte?

Mi primer enlace: A el realmente no le importa lo que pueda estar pensando la gente que se encuentra escribiendo.  Mi segundo enlace: En este mundo no se aprecia el conocimiento escrito como solía hacerse hace un cuarto de siglo. La nueva cosmovisión no valora las importantes ideas que marcaron el final del siglo XIX  Pensar es en vano, hoy se desdeña el intelecto.  El tercer enlace: Este desprecio es la fuente de la histeria, el miedo y el terror que hoy arrasa a  Europa. El cuarto enlace  El orden del mundo está destruido Bien, “Dejemos que un nuevo orden mundial aparezca! Dejemos que el nuevo Mesías venga al mundo! Que el Dios del universo se nos muestre una vez más a través de la zarza ardiente! Dejemos que haya paz, guerra,  revoluciones.  Y finalmente aquí está el quinto enlace:

Que nunca más se le ocurra a alguien atreverse a molestarme mientras  juego, cuando configuro los fantasmas de mi imaginación……. cuando creo!

martes, 15 de noviembre de 2022

Nadine Gordimer

 




¿Teniendo la palabra, cómo es que el escritor se convierte en uno? Soy, lo que supongo que podría llamarse, una escritora natural. No decidí convertirme en una. Y al principio, no creía ni esperaba poder vivir de ser leída. Escribía cuando niña con el gozo de aprehender la vida a través de mis sentidos –el cómo las cosas se veían, olían-; y pronto las emociones que me intrigaban o me enfurecían y que tomaban forma, encontraron una iluminación, solaz y gozo enmarcado en la palabra escrita […]. Mi escuela estaba en la librería local. Por nombrar solo algunos a los que debo mi propia existencia como escritor: Proust, Chekhov y Dostoyesky, fueron mis maestros. En ese periodo de mi vida yo era la evidencia de la teoría de que los libros están hechos de otros libros…[…]

Con la adolescencia […] Hay nuevas percepciones. El escritor comienza a ser capaz de entrar en otras vidas. El proceso de permanecer apartado y estar involucrado llega. Sin saberlo, había estado hablando de mi misma en el tema de la existencia, cuando en mis primeras historias había un niño contemplando la muerte y el asesinato y necesita terminar con un estallido violento, una paloma que es acometida por un gato, o donde hubiera una consternación y conciencia temprana del racismo que veía cuando caminaba a la escuela, y en el camino pasaba a tenedores de tiendas, ellos mismos inmigrantes del este de Europa, que tenían el rango más bajo en la escala social de la colonia angloparlante de los blancos en la ciudad minera, apenas más que aquellos que la sociedad colonial ponía hasta abajo de todos, vistos como menos que humanos: Los mineros negros que compraban en esas tiendas. Solo muchos años después me di cuenta de que si yo hubiera sido una niña de esa categoría –negra- podría no haberme convertido en escritora, pues lo que la librería me permitió hacer por mí le estaba negado a cualquier niño negro.

Hablarles de uno mismo a los demás es el siguiente paso del desarrollo del escritor. Publicar para quien quiera que leyera lo que escribía. Eso era lo que creía natural e inocentemente que significaba ser publicado, y aún lo creo, a pesar de que me doy cuenta de que la mayoría de las personas se rehúsan a creer que el escritor no tiene una audiencia especial en mente; y me doy cuenta también de las tentaciones, conscientes o inconscientes, que tientan al escritor a mantener en la esquina del ojo quien se ofenderá, quien aprobará lo que está en la página –una tentación que, como la mirada esquiva de Eurídice, llevará al escritor de nuevo a las Sombras de un talento destruido.[…] Borges dijo una vez que escribía para sus amigos y para pasar el tiempo. Creo que esto fue una respuesta frívola a la vulgar pregunta, con frecuencia acusación, de ¿para quién escribes?, casi como el consejo de Sartre de que había veces en que el escritor debía dejar de escribir y tomar acción cuando le llegara la frustración de un conflicto no resuelto entre la aflicción y la injusticia en el mundo, sabiendo que lo mejor que podía hacer, era ponerse a escribir. Tanto Borges como Sartre, desde sus extremos totalmente diferentes de negar el propósito social de la literatura, eran perfectamente conscientes de que la escritura tiene un rol social implícito e inalterable al explorar el estado de la existencia, del que se derivan los demás roles: personales, entre amigos, públicos y de demostración de protesta. Borges no estaba escribiendo para sus amigos, pues publicó y gracias a ello hemos recibido la recompensa de su trabajo. Sartre no dejó de escribir, aunque participó en las barricadas de 1968.

La cuestión de para quien escribimos persigue al escritor, como una lata amarrada a cada trabajo que publicamos. Tintinea sobre todo cuando interfiere de manera tendenciosa con la alabanza o denigración. En este contexto, Camus manejó la cuestión mejor. Dijo que a él le gustaban los individuos que tomaban bandos más de lo que la literatura podía hacer. “Uno sirve a a todos los hombres o no lo sirve para nada. Y si el hombre necesita pan y justicia, y si lo que debe hacerse se tiene que hacer para satisfacer sus necesidades, también necesita belleza pues esto es el pan del corazón”. Así Camus pedía “Valentía y talento en el propio trabajo” Y García Márquez redefinió la ficción tiernamente así: “La mejor manera en que un escritor puede servir a una revolución es escribir tan bien como pueda hacerlo”

Creo que estas dos declaraciones pueden ser un credo para los que escribimos. No resuelven los conflictos que habrán de venir, y continuarán llegando, a los escritores contemporáneos. Pero dejan ver llanamente una posibilidad honesta de hacerlo, toman la cabeza del escritor y la giran hacia su existencia: la razón de la existencia como escritor, y a la razón de la existencia como un ser humano responsable; actuando como cualquier otro dentro de un contexto social.

Estar aquí: en un tiempo y lugar particular. Esta es la posición existencial con implicaciones particulares para la literatura. Czeslaw Milosz una vez escribió: ¿Qué es la poesía si no sirve a las naciones o las personas? Y Brecht escribió de un tiempo donde “hablar de árboles es casi un crimen”. Muchos de nosotros hemos tenido esos pensamientos mientras vivimos y escribimos en tales épocas, y la solución de Sartre no nos hace sentido en un mundo donde los escritores eran, y todavía son, censurados y se les prohíbe escribir; donde, lejos de abandonar el mundo, las vidas estaban y están en riesgo y tienen que sacarse de las prisiones de contrabando en pedazos de papel. El estado de la existencia cuya ontogénesis hemos explorado ha incluido abrumadoramente tales experiencias. Nuestra visión, en palabras de Nikos Kazantzakis es “tomar una decisión que armonice con el imponente ritmo de nuestro tiempo”

Algunos hemos visto nuestros libros yacer sin ser leídos por años en nuestros propios países, prohibidos, y hemos seguido escribiendo. Muchos escritores han ido a la cárcel […]fueron a prisión porque fueron valientes al mostrar sus vidas, y han seguido tomando el derecho, como los poetas, de hablar de los árboles. Muchos de los grandes, desde Thomas Mann a Chinua Achebe, expulsados por un conflicto político y la opresión de diferentes ciudades, han soportado el trauma del exilio, del que nunca se recuperan como escritores, y algunos ni siquiera sobreviven (pienso en los sudafricanos Can Themba, Alex la Gunna, Nat Nakasa, Todd Matshikiza). Y algunos escritores, abarcando medio siglo desde Joseph Roth a Milan Kundera, han tenido que publicar nuevos trabajos primero en una lengua que no era la suya, en un lenguaje extranjero.

Y entonces en 1988 el ritmo aterrador de nuestro tiempo apresuró un frenesí sin precedentes en el que el escritor fue convocado al mundo. En el amplio periodo del tiempo moderno desde la Ilustración los escritores han sufrido el oprobio, prohibiciones e incluso el exilio no sólo por razones políticas. Flaubert fue llevado a la corte por indecencia por su Madame Bovary; Stindberg fue procesado por blasfemia por su Marrying; Lawrence y su Amante de Lady Chtterley fue prohibido –ha habido muchos ejemplos de la llamada ofensa a la burguesía hipócrita, así como ha habido traiciones en contra de las dictaduras políticas. Pero en un período donde no se hubiera creído escuchar en naciones como Francia, Suiza y Londres estos cargos en contra de la libertad de expresión, se ha levantado una fuerza que lleva su abominable autoridad más allá de las extendidas costumbres sociales, y mucho más poderoso que el dominio de un solo régimen político. Un edicto por parte de una religión ha sentenciado a un escritor a su muerte. Durante más de tres años, donde quiera que esté escondido, a donde quiera que vaya, Salman Rushdie vive bajo un edicto religioso o fatwa. No hay asilo para él en ningún lado. Cada mañana cuando este escritor se sienta a escribir, no sabe si vivirá para terminar el día, ni siquiera si alcanzará a llenar la hoja. Salman Rushdie es un brillante escritor, y la novela por la que se dio esto Los Versos Satánicos, es una exploración innovadora de una de las experiencias más intensas del ser en nuestra era: la personalidad individual transitando entre dos culturas obligadas a estar juntas en un mundo post-colonial. Todo se re-examina bajo la refracción de la imaginación; el significado del amor filial y sexual, los rituales de la aceptación social, el significado de la fe religiosa formativa de los individuos es despojada de su subjetividad por circunstancias de sistemas de creencias diferentes y opuestos, religiosos y seculares, en un contexto de vida diferente. Su novela es una verdadera mitología. Pero a pesar de que ha hecho por la consciencia post-colonial en Europa lo que Gunter Grass hizo por la post-Nazi con su libro El Tambor de Hojalata y Dog Years, quizá incluso trató de alcanzar lo que Beckett hizo por nuestra angustia existencial en Esperando a Godot, el nivel de su logro no debería importar. Incluso si fuera un escritor mediocre, su situación es de gran preocupación para cada compañero escritor, no sólo por su aprieto personal, sino por lo que implica, ¿qué nuevas amenazas para el porteador de la palabra hay? Esto debe preocuparles a todos los individuos y más que a nadie, a los gobiernos y las organizaciones de derechos humanos alrededor del mundo. Con las dictaduras aparentemente erradicadas, este dictado asesino invocando el poder internacional del terrorismo en el nombre de una gran religión, que es respetada, debe y puede ser vista por gobiernos democráticos y las Naciones Unidas como una ofensa contra la humanidad.

[…] En los gobiernos represivos en cualquier lugar -ya fuera en el bloque soviético, América Latina, África, China- la mayoría de los escritores en prisión han sido alejados de sus actividades como ciudadanos buscando la liberación de la opresión de la sociedad a la que pertenecen. Otros han sido condenados por gobiernos represivos por servir a la sociedad escribiendo tan bien como puedan hacerlo; pues esta empresa estética nuestra se convierte en subersiva cuando los pequeños secretos de nuestro tiempo se exploran con profundidad, a través de la integridad de la conciencia del ser del artista que manifiesta la vida que hay a su alrededor; y es entonces cuando los temas del escritor y sus personajes inevitablemente se forman por las presiones y distorsiones de esa sociedad tal como la vida del pescador está determinada por el poder el mar.

Hay una paradoja. Al retener esta integridad, el escritor muchas veces debe arriesgar tanto ser llamado a juicio por el estado bajo el cargo de traición, como por liberar las fuerzas de reclamo por un compromiso ciego. Como ser humano, ningún escritor puede rebajarse a la mentira del “balance” maniqueo. El diablo siempre tiene plomo en sus zapatos cuando se pone de un lado de la balanza. Sin embargo, parafraseando a García Márquez cuando habla de ser escritor y luchador de la justicia, el escritor debe tener el derecho de explorar, verrugas y todo, tanto al enemigo como al amado camarada de armas, ya que sólo una búsqueda de la verdad crea el estado de la existencia, sólo la búsqueda de la verdad se enfila hacia la justicia […] De manera literaria, de la vida “pasamos a través de los rostros de los otros, leemos en cada ojo que vemos…nos ha tomado vidas ser capaces de hacerlo” estas con las palabras de un poeta y luchador por la justicia y la paz sudafricano, Mongane Serote.

El escritor servirá a la humanidad mientras use la palabra en contra de sus propias lealtades, confíe en el estado de la existencia, como se vaya revelando, y sostenga en algún lugar sus filamentos complejos del cordón de la verdad, capaz de amarrar, aquí y ahí, artísticamente: confíe en el estado del ser para que ceda el paso a algunas frases de la verdad, que es la palabra final de todas las palabras, nunca cambiada por nuestros esfuerzos que tropiezan para pronunciarlo y escribirlo, nunca cambiado por mentiras, por sofismas semánticos, por medio de ensuciar la palabra con objetivos racistas, sexistas, prejuiciosos, dominantes, la glorificación de la destrucción, las maldiciones y las canciones de alabanza».

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