-Una pregunta que le obsesionaba a Carlos Monsiváis era:
“¿Cuál debe ser una relación ética y justa con los animales?”
-Para
él el acto de mayor barbarie era criar animales para torturarlos
públicamente, como en las corridas de toros y en los circos.
-Nuestra pasión compartida por los gatos (que se llama elurofilia) adquirió en Carlos dimensiones patológicas.
-Sus
gatos eran sus amos, lo manipulaban, le destrozaban todo, le impedían
dormir sin interrupciones, pero su goce elurofílico cancelaba cualquier
racionalidad.
-Esa
locura gatuna nos unía y teníamos largas charlas sobre nuestros felinos
que, con frecuencia, derivaban al doloroso tema de las emociones de los
animales...
-Él afirmaba:
"Los
animales tienen sentimientos y sienten dolor, alegría, amor y tristeza,
como nosotros". Y a continuación se preguntaba, y me preguntaba:
"¿Qué vamos a hacer para que no los lastimen?"
-Adorador de los gatos, Carlos compadecía a todos los animales vejados, hambrientos o abandonados que encontraba en la calle.
-En
alguna ocasión que fuimos a comer nos sorprendió al pedir un bistec,
pues todo mundo sabía de su vegetarianismo, para luego salir y
ofrecérselo al perro que estaba en la entrada de la fonda.
-Una
niña se pasea por la explanada semivacía del palacio de Bellas Artes,
de la que ha partido la multitud cargando el féretro para llevar a
Carlos a su último paseo por el Zócalo.
-Vestida con una camiseta verde de la selección de futbol de México, chupa una paleta de dulce.
-Sus padres la trajeron al velorio de Carlos Monsiváis.
http://vampiroerudito.blogspot.mx/2015/11/anecdotas-carlos-monsivais.html
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