Villeneuve-l’Etang, 1895) consiguió desarrollar, entre otras, la vacuna
preventiva contra la rabia. Dicha vacuna fue administrada por primera
vez, con éxito, a un niño alsaciano llamado Joseph Meister, que había
sido mordido en catorce partes de su cuerpo por un perro rabioso. Pues
bien, éste niño, con el paso de los años se convirtió en el conserje
del mismísimo Instituto Pasteur de París.
Pasteur decía que los filósofos nunca habían resuelto ningún problema:
-Un
filósofo es un hombre que sube a una cumbre, la encuentra envuelta en
una espesa niebla, y despúes, al bajar, explica todo lo que ha visto.
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