Desde los 12 años, Gonzalo Ramón Soberanes tuvo que salir a la calle a vender
periódicos, pues ante la falta de un padre necesitaba dinero para
ayudar a los gastos del hogar y pagarse sus estudios de secundaria.
Años después, para darle gusto a su mamá decidió estudiar la carrera de Contaduría Publica, sin embargo sólo la ejerció un año, ya que lo que ganaba era muy poco, por lo que volvió a los cruceros a vender periódicos, en donde lleva más de 32 años.
Actualmente está casado, tiene dos hijos y hasta compró su “vocho”, el
cual utiliza para buscar el periódico a las cuatro de la mañana, para
luego colocarse en los semáforos que están en la avenida Ruiz Cortines
esquina con la avenida Pagés Llergo, donde lleva casi 30 años y donde ha
conocido infinidad de amigos.
Trabaja desde pequeño
“A mí la necesidad me obligó a trabajar desde muy pequeño, con el dinero que ganaba me pagué mi secundaria y ayudaba a mi familia, dejé de vender
periódico un tiempo cuando comencé la prepa porque estudiaba de mañana,
pero me cambié de turno para seguir trabajando, estudié una carrera
porque consentir a mi madre, lo que fue Contaduría Pública, pero a pesar
de tener ofertas de trabajo cuando me gradué, lo que ganaba no era
mucho, y al año volví al crucero y desde entonces aquí sigo”, comentó.
Añade que aún de las desveladas que tiene que pasar, el trabajar como
voceador vale la pena, pues tiene tiempo para disfrutar un tiempo de sus
hijos, “con los años que he trabajado aquí he comprado mi casa, mi
coche, quizás lo malo es que no contamos con seguro social, pero hay gente que te echa la mano, por eso a mis hijos les digo que estudien, todo trabajo
es bonito, pero lo que vale es que seas una persona honesta y honrada,
hay gente que dice que no hay chamba, y yo pienso diferente, porque
chamba hay, la cuestión es pedalearle”, dijo.
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