jueves, 17 de octubre de 2024
Cuentan que siempre que entraba en su ashram un nuevo visitante Swami Muktananda le preguntaba si sabía la diferencia entre sentirse bien y sentirse Dios. Si el devoto sacudía la cabeza en señal de que la desconocía, Muktananda formaba un círculo con su índice y pulgar: el símbolo del cero, en señal de que la diferencia entre ambas cosas (Dios y el bien) era nula. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Génesis, 1:1). Treinta versículos más adelante está escrito en la Torá: «Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien» (Génesis, 1:31). Dios, y todo lo que creó, está bien. Cuando optas por sentirte bien, optas por sentir lo que he descrito antes como yo supremo, la unidad que recibe tanto el nombre de bien como el de Dios. Resuélvete a que sea esa tu realidad, reiterando tu intención de sentirte realizado en Dios. Dite a ti mismo: Pienso sentirme bien, o, como sinónimo de Dios, Pienso sentir amor.
Wayne Dyer .
Además de contemplar la muerte de los familiares, los estoicos creen que también deberíamos pensar en la pérdida de los amigos, debido a la muerte o a la enemistad . Por lo tanto, Epicteto aconseja que cuando nos despidamos de un amigo recordemos en silencio que esta podría ser la última vez que lo vemos. Si lo hacemos así , no daremos por sentados a nuestros amigos, y como resultado su amistad nos resultará más placentera.
Entre las muertes que hemos de contemplar, dice Epicteto, está la nuestra. En un tono similar, Séneca aconseja a su amigo Lucilio vivir cada día como si fuera el último. De hecho, Séneca lo lleva aún más lejos: deberíamos vivir como si este mismo instante fuera el último.
¿Qué significa vivir cada día como si fuera el último? Algunas personas creen que ello implica vivir salvajemente y perpetrar todo tipo de excesos hedonistas. Después de todo, si este es nuestro último día, no pagaremos ningún precio por nuestro desenfreno. Podemos tomar drogas sin temor a la adicción. Podemos gastar dinero con imprudente generosidad, sin preocuparnos por cómo pagaremos las facturas que llegarán mañana.
Sin embargo, esto no es lo que los estoicos tienen en mente cuando nos aconsejan vivir cada día como si fuera el último. Para ellos, vivir cada día como nuestro último día es una mera extensión de la técnica de visualización negativa: al afrontar nuestra jornada, deberíamos pararnos de vez en cuando a reflexionar sobre el hecho de que no viviremos para siempre y que, por lo tanto, este día podría ser el último. En lugar de convertirnos en hedonistas, esta reflexión nos hará apreciar lo maravilloso que es estar vivos y tener la oportunidad de llenar nuestros días con actividades. También hará menos probable que desperdiciemos la jornada. En otras palabras, cuando los estoicos nos aconsejan vivir como si fuera nuestro último día, su objetivo no es cambiar nuestras actividades, sino alterar nuestro estado mental mientras ponemos en práctica esas actividades. En particular, no pretenden que dejemos de planificar y pensar en el mañana; en cambio, su deseo es que, al pensar en el mañana, nos acordemos de valorar el día de hoy.
Entonces, ¿por qué los estoicos quieren que pensemos en nuestra propia muerte? Porque al hacerlo podremos mejorar en gran medida nuestro disfrute de la vida.
Y además de contemplar la pérdida de nuestra vida, dicen los estoicos, también deberíamos contemplar la pérdida de nuestras posesiones. La mayoría de nosotros pasa sus momentos de ocio pensando en lo que queremos y no tenemos. Estaríamos mucho mejor, afirma Marco Aurelio, si empleáramos ese tiempo pensando en todo lo que tenemos y reflexionando en cómo lo echaríamos en falta si no fuera nuestro. También deberíamos pensar en cómo nos sentiríamos si perdiéramos nuestras posesiones materiales, entre ellas nuestra casa, coche, ropa, animales de compañía y nuestra cuenta corriente; cómo nos sentiríamos si perdiéramos nuestras habilidades, entre ellas nuestra capacidad de hablar, escuchar, caminar, respirar y comer; y cómo nos sentiríamos si perdiéramos nuestra libertad.
La mayoría de nosotros está «viviendo su sueño», el sueño que una vez elaboramos para nosotros mismos. Podemos estar casados con la persona con la que una vez soñamos casarnos, tener los hijos y el trabajo que una vez soñamos y poseer el coche de nuestros sueños. Pero gracias a la adaptación hedónica, tan pronto como vivimos la vida de nuestros sueños, empezamos a darla por sentada. En lugar de pasar nuestros días disfrutando de nuestra buena fortuna, los malgastamos formando y persiguiendo deseos nuevos y de mayor envergadura. Como resultado, nunca estamos satisfechos. La visualización negativa puede ayudarnos a evitar este destino.
William B. Irvine
miércoles, 16 de octubre de 2024
Como demostró Karl Polanyi en La gran transformación , el mercado capitalista tuvo que deshacer todos los lazos sociales para poder imponer su falacia autorreguladora. El capitalismo necesita una sociedad de individuos que no tengan más remedio que vender su mano de obra en el mercado de trabajo al precio que este les ofrezca. Mientras en el feudalismo se imponía un modelo de extracción de carácter político (los súbditos entregaban parte de su trabajo al señor feudal por el pacto de vasallaje), el capitalismo independiza política y economía utilizando la gran falacia de un mercado donde todos son supuestamente iguales. El Estado, la política, no necesita intervenir pues la oferta y la demanda, la economía, se encarga de todo. La producción y los precios los indica el mercado. ¿Sociedad? ¿Para qué? Pese a todos los velos, Marx lo vio con la claridad del que estaba viviendo los cambios y percibía las novedosas mentiras. En su Contribución a la crítica de la economía política escribía:
Las robinsonadas no expresan en ningún modo, como se lo figuran los historiadores de la civilización, una simple reacción contra un excesivo refinamiento y el retorno a una vida primitiva mal comprendida. […] Estas anticipan más bien la sociedad burguesa que se preparaba en el siglo XVI y que en el siglo XVIII marchaba a pasos agigantados hacia su madurez.
En esta sociedad de libre competencia, el individuo aparece como desprendido de los lazos de la naturaleza, que en épocas anteriores de la historia hacen de él una parte integrante de un conglomerado humano determinado, delimitado.
Juan Carlos Monedero
'Un artista mexicano, Mario Moreno, en boca de “Cantinflas”, le dijo en cierta ocasión a un señor con el que discutía: “Pero oiga, mire nomás, ¡qué falta de ignorancia!”. Cantinflas era un maestro de la paradoja, pero su broma contenía una gran verdad.
martes, 15 de octubre de 2024
"Ahora que todas las regiones
quieren ser naciones
yo busco la tierra de nadie
un lugar sin nombre
que nadie reclame
un lugar de paso
transitorio como la vida misma
sin patria
sin banderas
sin fronteras
sin lengua identitaria
más que la lengua de la poesía.
Territorio de los sueños
donde todo está por empezar
donde todo está por explorar".
Cristina Peri Rossi
lunes, 14 de octubre de 2024
Ludwig Haberlandt, un fisiólogo austriaco, delgado, serio y con bigote, que utilizó la financiación de la Fundación Rockefeller para su trabajo de investigación sobre las hormonas, aportó una pista importante. Durante la década de 1920, era bien sabido que, por ejemplo, cuando una hembra queda embarazada, no puede volverse a quedar embarazada hasta que haya dado a luz. En términos científicos, es temporalmente estéril. Mientras están embarazadas, las hembras dejan de ovular (de liberar óvulos para que sean fecundados). Haberlandt descubrió que podía hacer que eso ocurriese en el laboratorio en las hembras de los animales utilizados en los ensayos, sin necesidad de que se produjese un embarazo, trasplantando trocitos de los ovarios de otras hembras embarazadas. Daba la impresión de que esos trocitos de tejido liberaban algo, alguna clase de mensajero químico — Haberlandt pensó que, probablemente, se trataba de una hormona — que impedía la ovulación. Logró que esas hembras fueran temporalmente estériles. Y supo cuál debería ser su objetivo: aislar la hormona, purificarla y convertirla en una píldora anticonceptiva.
Era un hombre adelantado a su tiempo, y tanto las instalaciones como las diversas tecnologías químicas relativamente primitivas con las que contaba el laboratorio no estaban preparadas para estudiar biomoléculas con el nivel de sofisticación necesario; esta falta de herramientas apropiadas y la temprana edad en la que se hallaba la investigación científica de la química del embarazo ralentizaron su progreso. Sin embargo, eso no le impidió publicar sus ideas. En 1931 escribió un pequeño libro sobre su trabajo en el que describía, según un experto, «con detalles asombrosos, la revolución de los anticonceptivos que se iba a producir unos treinta años después». Muchos consideran a Haberlandt «el abuelo de la Píldora».
Vio cómo su trabajo levantaba una oleada de críticas en Austria. «Acusado de un crimen contra la vida de los no nacidos — escribió su nieta — , atrapado en el fuego cruzado entre la moral, la ética, la religión y las ideas políticas de la época», se convirtió en la diana de aquellos que creían que la procreación era una tarea de Dios, no algo que los humanos debieran controlar. Justo después de la publicación de su libro profético, Haberlandt se suicidó.
Advice from María Sabina, Mexican healer and poet
"Heal yourself with the light of the sun and the rays of the moon. With the sound of the river and the waterfall. With the swaying of the sea and the fluttering of birds. Heal yourself with mint, neem, and eucalyptus. Sweeten with lavender, rosemary, and chamomile. Hug yourself with the cocoa bean and a hint of cinnamon. Put love in tea instead of sugar and drink it looking at the stars. Heal yourself with the kisses that the wind gives you and the hugs of the rain. Stand strong with your bare feet on the ground and with everything that comes from it. Be smarter every day by listening to your intuition, looking at the world with your forehead. Jump, dance, sing, so that you live happier. Heal yourself, with beautiful love, and always remember ... you are the medicine."
sábado, 12 de octubre de 2024
El 12 de octubre de 1936, en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, se celebró el día de la raza.
El dinero no proporciona la paz del alma, ni el saber disfrutar de la belleza, ni la fuerza de la amistad, ni el calor del amor, ni las pequeñas delicias de una vida familiar, ni el saber saborear las circunstancias sencillas y bonitas de cada día, ni el encuentro con Dios. No proporciona inteligencia ni conocimientos. No proporciona honradez, ni paz; no hace al hombre virtuoso, ni buen padre de familia, ni buen gobernante, ni buen cristiano.
viernes, 11 de octubre de 2024
Los pensamientos son cosas vivas, núcleos de energía, si lo prefieres. La mayoría de la gente no se para a pensar en la naturaleza de sus pensamientos y, sin embargo, la calidad de lo que piensas determina la calidad de tu vida. Los pensamientos forman parte del mundo material lo mismo que el lago al que vas a nadar o la calle por la que caminas. Las mentes débiles originan actos débiles. Una mente fuerte, disciplinada, que cualquiera puede conseguir mediante la práctica diaria, puede obrar milagros. Si quieres vivir la vida al máximo, cuida de tus pensamientos como cuidarías tus más preciadas posesiones. Esfuérzate por eliminar toda turbulencia interna. Las recompensas serán abundantes.
Robin Sharma
jueves, 10 de octubre de 2024
Ya sabéis que las musas eran nueve en la antigua Grecia. Hijas de Zeus. Nacieron en noches consecutivas. Y vivían en el monte Parnaso, en el templo de Apolo, que es el dios asociado a las artes. Pero es esa cosa del hombre purificándose en la fuente Castalia e inspirándose o buscando la inspiración en una mujer. Es una hermosa idea. Pero… Ha habido muchas mujeres que han sufrido ser musas. Muchísimas. Muchísimas mujeres que merecerían que se hablara de ellas mucho más de lo que hacemos. Pero al final, acabamos hablando siempre de las mismas personas. Así que me encanta poder tener la oportunidad de, por lo menos, comentar algunas de esas mujeres, de las muchas que se merecerían que estuviéramos aquí hablando de ellas. Musas que hayan sido artistas al mismo tiempo. Me gustaría más hablar de mujeres que han sido artistas, punto pelota. Pero, bueno, vamos a intentar hacer las dos cosas.
Jeanne Hébuterne, musa de Modigliani. Modigliani la conoció a ella en una academia de pintura. Ella pintaba muy bien. ¿Qué fue de Jeanne Hébuterne? Se defenestró, se tiró por una ventana, consumida por el amor tóxico de Modigliani, por la miseria, por la pobreza, por la psicosis. Una gran artista que se perdió. Camille Claudel. Camille Claudel, musa primero de Auguste Rodin y después de Debussy. Extraordinaria escultora. Su obra, ‘La ola’, es una escultura maravillosa que explica un montón de cosas sobre ella. Pero ni Rodin ni Debussy la valoraron como artista. La usaron, entre comillas, como musa. Y ella se consumió, acabó en la locura. No fue nadie a su entierro. Nadie. Lucia Joyce, hija de James Joyce. Del escritor, el que escribió ‘Ulises’. Como escritor, un diez, como padre… Su hija era su musa. Le puso Lucia porque el padre era un enamorado de la ópera ‘Lucia di Lammermoor’. Bailaba muy bien, le encantaba la danza. Empezó a estudiar danza en París. La vio Isadora Duncan y dijo: “Esta chica baila muy bien, esta chica tiene que estudiar”. Bueno, pues se consumió también por ser musa de su padre y también acabó de sanatorio en sanatorio, de sanatorio en sanatorio. Fatal. No sé, se me ocurren tantas. En el mundo de la música, Luisa Casagemas, hermana de Carlos Casagemas, el tipo que se fue con Picasso a París. Pero, ya, mirad cómo hablamos de esto. O sea, como nadie sabe quién es Luisa Casagemas, tenemos que decir: “Luisa Casagemas, hermana de Carlos Casagemas, que era el tipo que se fue con Picasso a París”. O sea, ya es suficientemente triste que, para ubicar a Luisa Casagemas, tengamos que hacer toda la retahíla que viene después. Lo realmente ideal sería que pudiéramos hablar de Luisa Casagemas como artista, como compositora. Fue la primera persona en España que compuso una ópera. Tenía 17 años, 17 años. Escribió una ópera que se llamaba ‘Schiava e regina’. Mira, estamos en el 2019. Todavía no se ha estrenado la ópera. ¿Cómo puede ser? Luisa Casagemas, Lucia Joyce, Camille Claudel, Frida Kahlo. Frida Kahlo también. Así que es muy bonita esa idea de las musas, esa idea de los hombres que necesitan una mujer que les inspire. Pero, a lo mejor, hay que empezar a dar la vuelta, de algún modo. Hay que empezar a pensar… Por ejemplo, otro ejemplo que se me ocurre: Marianne von Martines. “La española”, le llamaban en Viena. Descendiente de españoles, compositora. Contemporánea de Mozart, contemporánea de Salieri. Extraordinaria compositora. ¿Alguien sabe algo de ella? No. Ahora se están empezando a recuperar sus partituras. 2
Bueno, ojalá se pueda hacer este trabajo y se puedan empezar a recuperar las cosas, y podamos hablar de las mujeres que han hecho arte, que son muchas, no por el hecho de que sean mujeres, sino porque son muy buenas artistas.
Ramón Gener
miércoles, 9 de octubre de 2024
martes, 8 de octubre de 2024
"Yo había saltado desde el borde del acantilado y justo cuando estaba a punto de dar contra el fondo, ocurrió un hecho extraordinario: me enteré de que había gente que me quería. Que le quieran a uno de ese modo lo cambia todo.
lunes, 7 de octubre de 2024
Un sentimiento ya no es el mismo cuando se presenta por segunda vez. Se deforma por la percepción de su retorno. Nuestros sentimientos nos resultarían cansadores y aburridos si se presentaran con demasiada frecuencia o durasen demasiado. En el alma inmortal crecería un gigantesco hartazgo y una desesperación sin límites ante la certeza de que no se terminaría nunca, jamás. Los sentimientos buscan desarrollarse y nosotros, con ellos. Son lo que son porque rechazan lo que alguna vez fueron y porque fluyen en dirección a un futuro donde volverán a separarse de sí mismos. Si esta corriente fluyese hacia el infinito deberían aparecer miles de sensaciones en nosotros que, acostumbrados a un tiempo previsible, no podríamos imaginarnos. No sabemos, por lo tanto, qué nos están prometiendo cuando oímos hablar de la vida eterna. ¿Cómo sería ser, en la eternidad, nosotros mismos sin el consuelo de ser liberados, en algún momento, de la obligación de ser nosotros mismos? No lo sabemos y es una bendición que no vayamos a saberlo nunca. Pues sí sabemos una cosa: ese paraíso de la inmortalidad sería un infierno. Es la muerte lo que da al instante su belleza y su horror. El tiempo sólo se vuelve tiempo vivo con la muerte. ¿Por qué no lo sabe el Señor, el Dios omnisciente? ¿Por qué nos amenaza con una eternidad que sería un vacío insoportable? No quiero vivir en un mundo sin catedrales. Necesito el brillo de sus ventanas, su fresco silencio, su imperioso silencio. Necesito el fluir del órgano y la sagrada plegaria de los hombres que están orando. Necesito la santidad de las palabras, la superioridad de la poesía mayor. Necesito todo esto. Pero no menos necesito la libertad y la oposición a toda crueldad. Porque una no es nada sin la otra. Y nadie quiera obligarme a elegir.
Pascal Mercier
domingo, 6 de octubre de 2024
sábado, 5 de octubre de 2024
Hace mucho, mucho tiempo, una luna completamente calva se asomaba a un claro del bosque. Una liebre solitaria, se apoyaba junto a una roca.
De repente las orejas de la liebre se levantaron. Un hombre había tropezado en el claro, cayendo cerca de ella. La liebre olisqueó y se acercó un poco, los ojos del hombre permanecían fijos en el pequeño animal.
"Estás enfermo y cansado." - dijo la liebre.
"Sí, estoy cansado, pequeña amiga."
La liebre de un salto se acercó aún más.
"Pon tu mano sobre mi piel."
El hombre descansó su delgada mano sobre la espalda del animal.
La liebre notaba la amabilidad de aquel hombre, sin saber que era realmente Buda.
"Te has perdido, ¿verdad?."
"Me he perdido."
"Si quieres puedo llevarte al borde del bosque."
"No tengo con qué pagarte.", dijo el hombre
La liebre contestó:
"Seré yo quien esté en deuda contigo si caminas a mi lado y me hablas."
El hombre asintió lentamente. La liebre guió a su nuevo amigo hasta el borde del bosque y, tras una tranquila y amena conversación, ambos llegaron hasta una amplia llanura.
La luna brillaba completamente blanca sobre ellos.
La liebre miró al hombre y le dijo "Debes tener mucha hambre."
"Estoy famélico", contestó.
"Por favor, hazme el honor de cenarme. Estoy rellenita y soy lo suficientemente joven como para no estar dura", dijo la liebre.
Sin dejar que el hombre respondiera, la liebre preparó un fuego y dijo:
"Gracias por tu compañía, amigo mío, disfruta de la cena" y saltó al fuego. Pero Buda alargó a tiempo el brazo cogiendo a la liebre y dijo: "Una criatura tan buena no merece morir de esta forma. Hagamos que el mundo mire hacia arriba y te vea, amiga mía, la liebre en la Luna, y recuerde tu compasión por un viajero perdido y hambriento".
Y desde este día, la Luna brilla con la forma de una amable liebre. Los viajeros errantes encuentran esperanza y ánimo cuando la ven en el cielo.
¿Hay que ser optimista sin motivo?
Sí, especialmente en tiempos de crisis. Como dijo Einstein, la lógica te lleva de A a B, la imaginación te lleva a todas partes. Creo que el dinero te da muchas cosas, pero la imaginación y el optimismo te lo dan todo.
¿Cómo se cultiva la imaginación?
Si te sientas frente al televisor y permites que todo te llegue, la imaginación no está estimulada, pero si apagas la tele la imaginación se enciende. Hoy la vida es tan fácil que no tenemos que usar la imaginación ni tampoco el cuerpo.
Un bien que no cuestionamos.
Ir andando o en bici en lugar de en coche, subir por las escaleras en lugar de en ascensor, mirar el mar en lugar de la tele… Su forma física y su imaginación mejorarían. El fuego se apaga al sentarse en el sofá.
¿Y el optimismo?
Se necesitan ejemplos, el optimismo es contagioso. Hoy usted y yo vamos a ser optimistas para que todo el mundo a nuestro alrededor se contagie de este virus fecundo.
Extracto de una entrevista con Theo Jansen, artista y escultor cinético. La Vanguardia
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