La ultramaratonista Krissy Moehl habla de los tres pilares con los que supera las adversidades. "Mi estrategia fundamental es, primero que nada, sonreír. Amo lo que hago; amo correr. Entonces. ¿Por qué voy a andar por ahí gruñendo? Así que sonrío; es lo primero que hago. En segundo lugar, me aseguro de que todos los que me rodean disfruten con lo que hago pues es una oportunidad no sólo para inspirarme sino, con un poco de optimismo, inspirar a otros. En tercer lugar, y sólo cuando he conseguido los dos anteriores, soy competitiva. No puedo con ello. Es parte de mi maquillaje. No puedo dejar de contar las colitas de caballo que van subiendo la colina. Asegurarme de que aún estoy ahí arriba", cuenta a modo de introducción.
Y, antes de narrar su devenir en el Ultra-Trail de Mont Blanc, agrega: "Necesito correr en mi vida cotidiana, así lo siento. Incluso cuando acabo de comenzar a correr, he logrado algo. Y luego, cuando construyo sobre esa base, soy capaz de hacer mucho más. Correr es también una oportunidad para compartir. Cuando voy al sendero y me encuentro con mis compañeros o cuando estoy en la línea de partida en una carrera con otras 400 personas, estamos todos en short y remera, o en mi caso, en vestido o pollera y somos todos iguales. No importa de dónde viene cada uno, si somos abogados, doctores, secretarias o enfermeras; estamos todos ahí, somos todos iguales; nos desnudamos ante la real, la cruda y pura persona que somos en esencia".
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