miércoles, 23 de abril de 2025




 


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.”
El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda

 


Cada niño tiene en él un dios; nuestros intentos por moldearlo convertirán al niño en un demonio. Hay una hermosa película italiana dirigida por Federico Fellini, llamada 81/2. En una escena aparece un hermano cristiano en una excursión con un grupo de muchachos de ocho a diez años. Están en la playa, caminando, mientras el hermano viene detrás con tres o cuatro muchachos a su alrededor. Se encuentran con una mujer mayor que es prostituta, y le dicen: - Hola. Ella contesta: - Hola. Ellos preguntan: ¿Quién eres tú? Y ella dice - Yo soy una prostituta. Ellos no saben qué es eso, pero fingen saberlo. Uno de los muchachos que sabe más que los otros dice: - Una prostituta es una mujer que hace ciertas cosas si uno le paga. Ellos preguntan: -¿Haría ella esas cosas si le pagamos? ¿Por qué no? fue la respuesta. De manera que hacen una colecta, le dan el dinero y le dicen: -¿Haría ciertas cosas ahora que te hemos dado el dinero? Ella responde: - Por supuesto muchachos, ¿qué quieren que haga? Lo único que se les ocurre a los muchachos es que ella se quite la ropa. Y ella lo hace. Bueno, la miran; nunca habían visto a una mujer desnuda. No saben qué más hacer, de modo que le dicen: -¿Quieres bailar? ella dice: -Por supuesto Ellos se reúnen alrededor de ella cantando y batiendo palmas; la prostituta mueve el trasero, y ellos se divierten de lo lindo. El hermano ve todo esto. Corre por la playa y le grita a la mujer. La hace vestir, y el narrador dice: "En ese momento, los niños se corrompieron, hasta entonces eran inocentes, hermosos".

 «En 1930 recibí una grata sorpresa. Esto era que, a lo largo de ese año, se habían vendido veintisiete libros míos. Yo estaba tan emocionado que quería saber el nombre de cada uno de mis lectores para ir a agradecerles personalmente por haber comprado mi libro. Esto se lo conté a mi madre y ella se emocionó mucho. Veintisiete libros es una cantidad increíble, me dijo. Y agregó: Estás empezando a ser un hombre famoso».

 Jorge Luis Borges

lunes, 21 de abril de 2025




 

 La inquisicion y el índice fueron respuestas básicamente negativas por parte de la Iglesia católica. Esta actitud quedó ejemplificada en Pablo III, la persona que había concibido estos dos pavorosos instrumentos. En España, y durante mucho tiempo, el simple hecho de poseer un libro incluido en el Índice se castigaba con la muerte.[2111] (La lista continuó actualizándose hasta 1959, y fue abolida finalmente por el papa Pablo VI en 1966). Pablo IV fue igual de intransigente. Había sido el primer Inquisidor General y, tras haberse convertido en pontífice, fue quien ordenó que se colocaran hojas de parra a los desnudos de la famosa colección de estatuas antiguas del Vaticano y quien contrató a Daniele da Volterra, el pintor al que se encargó cubrir las «más flagrantes muestras de desnudez» del Juicio Final de Miguel Ángel.[2112] Pío V siguió su ejemplo. Como anota Bamber Gascoigne: «A Calvino se le conocía como el papa de Ginebra, pero Pío ciertamente demostró ser el Calvino de Roma». Otro antiguo Gran Inquisidor se propuso convertir el adulterio en crimen capital y realizó grandes esfuerzos para erradicar a las prostitutas de la ciudad, pero fracasó en ambos intentos. Con todo, acaso comprendió que las medidas negativas no eran suficientes y fue en gran parte el responsable de que se implementaran las decisiones del Concilio de Trento, que se había reunido de manera intermitente de 1545 a 1560.

Peter Watson 



 

 Los amigos de Jules Henri Poincaré  destacaban de este matemático francés su particular torpeza para dibujar el esquema más sencillo.

De ahí que le llamaran el ambidextro, ya que “podía dibujar igual de mal con la mano derecha que con la izquierda.”


 

sábado, 19 de abril de 2025

 Encontramos al primer científico verdadero, Tales de Mileto, una ciudad de la costa jónica, en el siglo VI a. C. No obstante, «ciencia» es una palabra moderna que sólo empezó a ser empleada con el significado que le damos actualmente a principios del siglo XIX: los antiguos griegos no la entendían de la misma manera. Para ellos no había límites entre la ciencia y los demás campos del conocimiento, y de hecho fueron quienes formularon las preguntas que dieron origen tanto a la ciencia como a la filosofía.[557] Tales no fue el primer personaje de la antigüedad que especuló sobre el origen y la naturaleza del universo, pero fue el primero «que expresó sus ideas en términos lógicos y no en términos mitológicos».[558] Como era mercader, había viajado a Egipto y había aprendido sobre la marcha suficientes matemáticas y astronomía babilónica para poder predecir un eclipse total de sol en el año 585 a. C., eclipse que ocurrió a su debido momento el día correspondiente a nuestro 29 de mayo. (Dos siglos más tarde, Aristóteles consideraría que este acontecimiento marcaba el inicio de la filosofía griega).[559] Sin embargo, Tales es recordado más a menudo por una pregunta que formuló: ¿de qué está hecho el mundo? La repuesta que ofreció —de agua— era incorrecta, pero el hecho mismo de plantear una cuestión tan fundamental para la ciencia y la filosofía era toda una innovación. Su respuesta también era nueva porque sugería que el mundo no consistía en una innumerable cantidad de cosas (un hecho obvio a simple vista) sino que, por debajo de esta apariencia de multiplicidad, estaba formado por un único elemento. En otras palabras, para Tales el universo no era sólo racional, y por tanto cognoscible, sino también simple.[560] Hasta este momento, se pensaba que el mundo había sido hecho por los dioses y que su propósito sólo podía conocerse de forma indirecta, a través de mitos, o, en el caso de los judíos, que no podía conocerse en absoluto. Este cambio marcó un hito en la historia del pensamiento (aunque, es importante señalarlo, en un principio afectó únicamente a un grupo muy reducido de personas).

Peter Watson 


 

 "Tal vez todo esto no sea más que una ilusión, pero no puedo poner en duda que lo sentí. El recuerdo es también una experiencia". 

Shohei Ooka 


 

 "No me llores, no, 

porque si lloras, yo peno. 

En cambio, si tú me cantas, 

yo siempre vivo y nunca muero..." 


— Andrés Henestrosa

miércoles, 16 de abril de 2025


 

 Otra cosa que podemos hacer durante nuestra meditación estoica es juzgar nuestro progreso como estoicos. Hay muchos indicadores a partir de los cuales medir este progreso. Para empezar , a medida que el estoicismo encuentre su lugar en nosotros , advertiremos que nuestras relaciones con otras personas han cambiado. Descubriremos , dice Epicteto, que nuestros sentimientos no se ven heridos cuando los demás nos dicen que no tenemos ni idea o que somos «tontos rematados» en relación con las cuestiones externas . También tendremos que encogernos de hombros ante cualquier elogio que nos sea dirigido. De hecho, Epicteto cree que la admiración de otras personas es un barómetro negativo de nuestro progreso como estoicos: «Si la gente te considera un personaje, desconfía de ti mismo». [5]

 Otros signos de progreso, según Epicteto , son los siguientes: dejaremos de culpar, censurar y elogiar a otros; no alardearemos sobre nosotros mismos ni nos jactaremos de nuestro saber; y nos culparemos a nosotros, y no a las circunstancias externas, cuando nuestros deseos no se cumplan. Y como hemos adquirido cierto grado de dominio sobre nuestros deseos , descubriremos que deseamos menos cosas que antes; Epicteto asegura que descubriremos que «nuestros impulsos hacia las cosas han disminuido». Y de forma significativa, si hemos progresado como estoicos nos consideraremos a nosotros mismos no como a un amigo cuyo deseo ha de ser satisfecho, sino «como un enemigo al acecho ». [6]

 Según los estoicos, la práctica de esta filosofía de vida no solo influirá en nuestros pensamientos y deseos en la vigilia, sino también en nuestra vida onírica. En concreto , Zenón sugería que a medida que progresemos en nuestra práctica dejaremos de tener sueños en los que sentimos placer ante situaciones deplorables. [7] Otra señal de progreso en nuestra práctica del estoicismo consiste en que nuestra filosofía consistirá en actos más que en palabras. Lo más importante, señala Epicteto, no es nuestra capacidad para hablar de los principios estoicos, sino nuestra capacidad para vivir de acuerdo con ellos. Por lo tanto, en un banquete un estoico aficionado podría pasar el tiempo hablando de qué debería comer un individuo filosóficamente iluminado ; un estoico que ha avanzado más en el camino se limitará a alimentarse así. Análogamente, un aprendiz de estoico puede jactarse de su sencillo estilo de vida o de haber renunciado al vino por el agua; un estoico más avanzado , después de haber hecho exactamente lo mismo, no sentirá la necesidad de comentarlo. De hecho, Epicteto cree que en nuestra práctica del estoicismo hemos de ser discretos para que los demás no nos etiqueten como estoicos, y ni siquiera como filósofos. [8]

 Sin embargo, la señal más importante de que estamos progresando como estoicos es un cambio en nuestra vida emocional. No es, como los que ignoran la verdadera naturaleza del estoicismo suelen creer, que dejemos de experimentar emociones. Por el contrario, lo que experimentaremos son menos emociones negativas. También invertiremos menos tiempo deseando que las cosas sean de otro modo y más disfrutando de las cosas tal como son . En líneas generales, disfrutaremos de un grado de serenidad del que carecíamos previamente. Asimismo, descubriremos, quizá para nuestra sorpresa, que nuestra práctica del estoicismo nos ha hecho susceptibles a pequeños estallidos de alegría: de pronto nos complacerá ser la persona que somos, vivir la vida que vivimos, en el universo que habitamos.

 Sin embargo, para la prueba última del progreso realizado en el estoicismo tendremos que esperar a afrontar la muerte. Solo entonces, dice Séneca, sabremos si nuestro estoicismo ha sido verdadero. 

William Irvine

 "No sé lo que era pero teníamos algo especial y lo sabíamos. Lo podías ver en el modo que nos movíamos y hablábamos. No hablábamos mucho, lo dábamos todo por sobreentendido, y eso era lo que ponía negro a todo el mundo, el aire de seguridad que despedíamos."

CharlesBukowski


 

 Quien permanece en el Tao al gobernar a los hombres

    no intenta forzar un resultado
    ni derrotar al enemigo por la fuerza de las armas.
    Para cada fuerza hay una contrafuerza.
    La violencia, aunque bienintencionada,
    siempre recae sobre uno mismo.
    El Maestro hace su tarea
    y después se detiene.
    Comprende que siempre el universo
    escapa a todo control
    y que intentar dominar los eventos
    es ir a contracorriente del Tao.
    Puesto que cree en sí mismo,
    no intenta convencer a nadie.
    Puesto que está contento consigo,
    no necesita la aprobación de otros.
    Puesto que se acepta a sí mismo,
    el mundo entero lo acepta.

Lao Tse

miércoles, 9 de abril de 2025



 

 En el mundo occidental, y la mayor parte del globo, es un secreto bien guardado: es el SEGUNDO CEREBRO. Todos los que practicamos algún tipo de adiestramiento taoísta, por ejemplo, Chi Kung, Tai Chi, o alguna de las variedades de meditación chi o prácticas curativas, hemos oído con frecuencia el consejo: «Toma conciencia del Tan Tien». Pero, ¿somos conscientes de las implicaciones que encierra ese consejo? Posiblemente no. Y otra cosa: ¿utilizamos ese segundo cerebro plenamente? Sin duda, la respuesta es negativa. Desde la perspectiva occidental, ¿se entiende ese consejo como una forma de adiestrar la consciencia y la percepción de un cerebro, cuya sede está en la región abdominal? Posiblemente, tampoco es así. En todo el mundo hallamos instituciones que se encargan de adiestrar el cerebro de la cabeza, y eso es bueno. Pero ¿qué ocurre con el adiestramiento del segundo cerebro, ubicado en la región abdominal? En términos occidentales nunca me lo había planteado de esa manera aunque, desde el punto de vista de mi práctica y enseñanzas taoístas, eso era exactamente lo que he estado haciendo toda mi vida.

De repente comprendí algunas cosas muy simples, pero muy importantes, y voy a compartirlas con los lectores. Todo empezó en 1994, en Los Ángeles, cuando un psicólogo, el Dr. Rhonda Jessum, me pidió que me sometiese a algunas pruebas para él. Accedí gustoso, pero las máquinas de entonces no me revelaron demasiado. No obstante, se observó que mientras realizaba la meditación de la sonrisa interior, las ondas cerebrales se reducían de forma drástica; pero al mismo tiempo, las ondas beta alcanzaban niveles muy altos. Esto quería decir que, según las ondas, en ese momento podría estar conduciendo un coche, pero a la vez, en teoría, mi cerebro estaba descansando o dormido. Las personas que realizaban la prueba me preguntaron: «¿Cómo lo haces?». Yo tampoco lo comprendía, porque no estaba claro. Posteriormente, el Instituto de Investigación Biocibernética Aplicada y de Feedback de Europa me invitó a llevar a cabo algunas pruebas. Soy bastante conocido en Europa, porque enseño mucho en este continente. En Viena se encuentra uno de los institutos más importantes para el entrenamiento de atletas profesionales. En dicha institución han desarrollado un instrumento capaz de medir la energía potencial del cerebro, que representa la energía de todo el cuerpo. Los médicos también afirman que dicha medición es una prueba para el sistema occidental de que el chi, la energía, la fuerza vital, recorre el cuerpo. El instrumento mide la energía en el cerebro e indica la energía potencial que una persona tiene a su disposición. También determina la cantidad de energía disponible para todo el día, en la forma de claridad mental y de fortaleza física. Este instrumento se emplea para medir el estado físico y mental de los atletas. Todo esto me resultó muy interesante porque los científicos estaban midiendo, ni más ni menos, la energía que yo describía en mis enseñanzas. Así pues, me desplacé hasta el centro para que hiciesen las pruebas. Practiqué la sonrisa interior, es decir, le sonreí al abdomen. Rápidamente recogieron las señales y comentaron: «Las ondas del cerebro están descendiendo a niveles muy bajos, de descanso; es como si estuviera a punto de dormirse». Igualmente, la tensión muscular había descendido, el corazón latía muy despacio y la resistencia epidérmica también era muy reducida. Después de eso, dirigí la energía hacia el cerebro y los científicos pudieron registrar cómo éste se cargaba. Cuando pensamos, nos preocupamos, sentimos enojo, vergüenza o sentimientos de culpabilidad, los niveles de energía en el cerebro descienden y el cerebro no se carga. Estaban realmente sorprendidos y afirmaron: «Esto es exactamente lo que estábamos buscando». Me preguntaron qué estaba haciendo para provocar ese efecto. Les contesté: «Le sonrío al abdomen». Continuaron hablando y haciéndome preguntas. Observaron que el cerebro (en la cabeza) parecía bastante inactivo, es decir, no se registraba demasiada actividad en el mismo. Todavía se hallaba en un estado de reposo ligero. Y, sin embargo, ¿cómo era posible que contestase a sus preguntas? Exclamaron: «Mirad, el Maestro Chia nos está hablando en sueños. ¿Cómo puede hablar con nosotros mientras duerme?». Después de aquello lo comprendí todo. En todas las prácticas taoístas se repite incesantemente el mismo precepto: «Adiestra el segundo cerebro para utilizar el segundo cerebro». La mentalidad occidental ha tardado mucho en comprender lo que esto significa. Así pues, cuando el artículo sobre «el cerebro oculto en el vientre» apareció en el New York Times* empecé a entender la situación. Podemos sentirnos contentos o desdichados y todo tipo de cosas. Pero, según este artículo, se ha descubierto que el cerebro del vientre, el sistema nervioso entérico, desempeña muchas otras funciones. Se decía que este cerebro puede mandar y recibir impulsos; registrar experiencias y responder a las emociones. Así pues, es como otro cerebro. Se acababa de descubrir, según el artículo, que el intestino delgado y el grueso poseen el mismo tipo de neuronas que el cerebro. Después del artículo, se publicó un libro llamado El Segundo Cerebro4. La ciencia médica, me gustaría añadir, también está ahora descubriendo que existe una forma de conciencia y percepción en el corazón. Se ha descubierto que este órgano es capaz de registrar un suceso, ya que posee su propio cerebro. Un médico ha escrito un libro llamado The Heart Code [Código del corazón. Se ha observado que las personas que reciben trasplantes de corazón también «heredan» las emociones del donante. De hecho, experimentan lo que éste experimentaba. En un caso concreto, el corazón pertenecía a un chico que había sido brutalmente asesinado, pero desconocía la identidad del asesino. Puesto que el corazón no había sufrido daños, se utilizó para un trasplante en otro chico. Después de la operación, este último empezó a sufrir pesadillas, en las que alguien lo asesinaba y podía describir con precisión el aspecto del asesino. Finalmente, la madre llevó al chico a un psiquiatra, quien, a su vez, se puso en contacto con la policía. El chico describió el aspecto de la persona que veía en sus sueños, y se realizó un retrato de la misma. Con la información proporcionada, la policía pudo arrestar al hombre. Posteriormente, tras escuchar detalles muy específicos del crimen, éste se confesó autor del asesinato. A partir de esta experiencia, científicos del campo de la medicina y otros han tomado conciencia de que el corazón puede registrar un suceso y recordarlo. En la segunda página del artículo publicado en el Times, se mencionaba que incluso el colon está cargado de neuronas y formulaba la siguiente pregunta: ¿Puede aprender? A eso yo respondo: «Este tema nos remonta a más de 4.700 años en las prácticas taoístas, en las que se dice: ‘Adiestra los órganos; adiéstralos para que hagan diferentes cosas’». Cuando no estemos utilizando el cerebro de la cabeza, podemos dejarlo descansar; y utilizar el cerebro del vientre. ¿Por qué es tan importante? Porque en la cabeza tenemos el «cerebro de mono», cargado de dudas, vergüenza, culpabilidad y una mente sospechosa. Piensa sin parar. Se preocupa, intenta averiguar cosas, pero sólo en la cabeza: y continúa haciendo eso una y otra vez, sin detenerse. Para ser un dios, olvídate del pasado y vacía la mente. Ahora estamos en la época de información; cualquier cosa que llega a la cabeza, nos pone a pensar. Una sola palabra y nos lanzamos a pensar. Basta que alguien nos diga una sola palabra desagradable, para que pasemos tres días y sus noches pensando al respecto: ¿Cómo voy a vengarme? ¿Cómo voy a vengarme? Los científicos han descubierto que cuando la gente se preocupa, piensa o planifica demasiado, el cerebro (de la cabeza) utiliza gran cantidad de energía. No obstante, depende del tipo de persona que sea: algunas son más bien físicas y utilizan muy poca energía cerebral, pero su cuerpo consume mucha. No obstante, la mayoría de la gente piensa sin parar y los científicos nos ofrecen una cifra de la energía consumida por el cerebro. No es exacta, pero nos sirve para establecer una comparación. Nos dicen que este cerebro de la cabeza puede utilizar hasta el 80 por ciento de toda la energía corporal; es decir, para el resto de los órganos, sólo nos queda un 20 por ciento. Volviendo al artículo, según estos hallazgos, el cerebro de la cabeza y el del vientre pueden realizar funciones muy similares. Por ejemplo, podríamos decir que el cerebro abdominal hace las veces de cerebro emocional y de los sentimientos. En occidente existen muchas expresiones que confirman esta idea: «Lo siento en las entrañas»; «Me revuelve las tripas». ¿Por qué dice la gente este tipo de cosas? Obviamente, las siente en el abdomen. Es curioso que toda la práctica taoísta gire alrededor del sentir, del tomar conciencia y ser consciente: la utilización del vientre para sentir, tomar conciencia y ser consciente. Mientras usamos el cerebro abdominal, es posible darle un respiro al cerebro de la cabeza. Es el primer paso. Lo primero que aprendemos en el Tao es a perdonar y desprendernos del pasado. Si continuamos alimentando las emociones negativas del pasado, no podremos ver la verdad. Abandonar el pasado es vaciar la mente y utilizar la mente abdominal, la percepción y la consciencia. Un punto interesante en el camino del Tao es que el cerebro abdominal puede realizar muchas de las funciones sencillas que desempeña el cerebro ce la cabeza. Se trata de un modo de funcionamiento, de sensación y conciencia similar al desarrollado por el hemisferio cerebral derecho, «el cerebro derecho». No obstante, aún necesitamos utilizar el cerebro de la cabeza para realizar acciones más complejas, tales como el razonamiento, planificación y cálculos. Las funciones racionales, actividades del "hemisferio izquierdo, precisan del cerebro de la cabeza. Para funcionar en la vida diaria con consciencia y sentimiento, podemos utilizar cualquiera de los dos cerebros. A medida que utilicemos menos el cerebro de la cabeza, será más fácil cargarlo con energía, y su poder aumentará; y, además, el cuerpo tendrá a su disposición más energía. Por eso decimos en taoísmo que hay que adiestrar al cerebro abdominal, para utilizarlo mientras el otro descansa. Cuando éste último está en reposo, podemos recargarlo y pueden tener lugar las funciones de mantenimiento y reparación. Además, eso fomenta el crecimiento de nuevas células cerebrales. Al tener más energía, tendremos más fuerza para la creatividad o cualquier cosa que deseemos. Si así lo deseamos, podemos utilizarla para desarrollar nuestra naturaleza espiritual superior. Para comprender mejor la situación, podemos utilizar una analogía. Digamos que para realizar un trabajo que ambos cerebros pueden llevar a cabo, la cabeza cobra diez mil pesetas, mientras que el vientre lo realiza por sólo cinco mil. Así pues, ¿cuál vamos a utilizar? Obviamente, en la vida no somos tan necios como para contratar a la persona que cobra más para realizar el mismo trabajo. Sin embargo, en la vida diaria, no sabemos discriminar y siempre utilizamos la mente de la cabeza, el cerebro que más cuesta. Y continuamos utilizándolo una y otra vez hasta apurar toda su energía y quedarnos agotados. Cuando se alcanza un cierto nivel, el cerebro se vacía. Las mediciones de la energía cerebral no sólo indican los niveles de energía mental a nuestra disposición, sino la condición energética para todo el cuerpo y el espíritu. Siempre que sonrío al abdomen, las ondas cerebrales descienden con gran rapidez, y la energía transformada, procedente del Tan Tien y los órganos, cargan el cerebro de la cabeza. El sencillo acto de modificar los músculos faciales para que adopten una sonrisa verdadera tiene el mismo efecto sobre el sistema nervioso que el desencadenado ante el sentimiento espontáneo. De hecho, si sacamos provecho de este mecanismo humano automático podemos lograr relajación y alegría. Es natural. ¡Sólo tienes que ponerlo en la práctica! El primer paso para adiestrar el segundo cerebro es aprender a sonreír a la región abdominal y mantener la conciencia de esa sensación sonriente y relajada en el Tan Tien. Piensa al respecto: la consciencia y percepción directa pueden cambiar las actitudes y emociones transportadas por el ADN. Recuerda: 1) «Vacía la mente, concéntrate en el Tan Tien y llénalo de chi» . En el Tao existe un axioma que dice «Donde la mente va, el chi sigue. 2) «Cuando la mente está vacía, se puede llenar». Esto significa que cuando los órganos tienen energía extra, ésta ascenderá y llenará el cerebro de chi.

Mantak Chia

lunes, 7 de abril de 2025

 Dadas las dimensiones de Atenas, su democracia fue un logro extraordinario y único. No a todos les gustaba (Platón, de hecho, la condenó) y su funcionamiento era diferente del de las democracias parlamentarias de nuestros días. (Repitamos el argumento de Peter Jones: las democracias modernas son oligarquías electivas). Y ésta es una de las razones por la que otra idea griega, la retórica, no sobrevivió. Retórica era una forma de hablar, discutir y persuadir, que era esencial en una democracia de grandes asambleas que carecían de micrófonos y en las que era necesario convencer a los demás durante el debate. La retórica desarrolló sus propias reglas y fomentó espectaculares exhibiciones de elocuencia y mnemotecnia, lo que ejerció una profunda influencia sobre la evolución de la literatra clásica. En las oligarquías electivas, en cambio, la etiqueta política está más interiorizada (y es más cínica) y ello hace que la retórica carezca de verdadero espacio: para los oídos modernos, cualquier ejercicio retórico suena forzado y artificial.

Peter Watson 


 

sábado, 5 de abril de 2025

 “Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.

Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.

Que no se enoje la felicidad por considerarla mía. (…) 

Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.

Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.

Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.

Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.

Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.

Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces”.


- Wisława Szymborska


 

 Todo el mundo recuerda que Copérnico desplazó a la tierra del centro del universo pero, como puede advertirse en el fragmento que acabamos de citar, hay otras dos cosas sobresalientes. La primera es que él sólo estaba diciendo lo que había dicho Aristarco dos mil años antes. La segunda es que afirmaba que los cielos —la esfera de las estrellas fijas— estaban muchísimo más allá de lo que todos pensaban (cuarto postulado), algo que en términos teológicos no era menos importante que su idea de que la tierra no era el centro del universo. Ésta era una propuesta escandalosa y desconcertante pero, a diferencia de Aristarco, antes de que pasara mucho tiempo a Copérnico se le creyó. Una razón para su alta credibilidad era un conjunto de argumentos adicionales que conseguían dar cuenta de las observaciones de la gente. Copérnico afirmaba que la tierra tenía tres movimientos diferentes. En primer lugar, el planeta giraba cada año describiendo un gran círculo alrededor del sol. En segundo lugar, giraba sobre su propio eje. Y en tercer lugar, hay una variación en la posición de la tierra con respecto al sol. Todo esto, afirmó Copérnico, implicaba que el movimiento aparente del sol no era uniforme. En cierto sentido, ésta era la parte más ingeniosa de su razonamiento: durante siglos, la gente se había preguntado por qué el verano no duraba lo mismo que el invierno, y por qué los equinoccios no ocurrían a medio camino a lo largo del año, o a medio camino entre los solsticios. La respuesta verdadera, por supuesto, era que los planetas, incluyendo la tierra, no se movían en órbitas circulares sino en órbitas elípticas. Pero sin la observación de Copérnico sobre los movimientos relativos de la tierra y el sol habría sido imposible comprender este hecho crucial (sobre el que volveremos a continuación).

Las nuevas ideas de Copérnico, sistematizadas en su Sobre las revoluciones de los orbes celestes, al que comúnmente se conoce por su título latino como De revolutionibus, tenían muchos vacíos. Por ejemplo, todavía creía en la idea medieval de que los planetas estaban fijados a las superficies de gigantescas esferas de cristal huecas y concéntricas. Más allá de eso, sin embargo, Copérnico consiguió lo que se proponía: librarse del desorden y reemplazar los complicados epiciclos de Ptolomeo.[2150]

Aunque De revolutionibus iniciaría una revolución, en un primer momento no se lo consideró un libro incendiario. Tras decidirse a poner sus ideas por escrito, Copérnico envió el manuscrito al papa y el pontífice hizo circular el texto entre clérigos estudiosos, que recomendaron su publicación. Y aunque al final su impresor fuera protestante, las novedosas ideas de Copérnico fueron consideradas «perfectamente respetables» durante todo el siglo XVI. No fue hasta 1615 que alguien se quejó de ellas afirmando que contradecían la teología convencional

Peter Watson 


 

 Nos despedimos en silencio. Pero cuando se había alejado unos pasos, se detuvo por un instante, se dio vuelta a medias, casi con timidez, y en su mirada me pareció advertir 

pena, ternura y desesperación. Pensé en correr hacia ella y en besar su cara ajada, sus ojos llorosos, su boca amargada; y en pedirle, en rogarle, que nos viéramos, que me 

permitiese estar cerca. Pero me contuve. Bien sabía que era utópico y que nuestros destinos tendrían que proseguir sin encontrarse, hasta la muerte. 

Ernesto Sabato



 

viernes, 4 de abril de 2025

 Hay muchos autores romanos a quienes ahora veneramos como clásicos por derecho propio: Apuleyo en la novela; Catulo, Virgilio, Horacio, Ovidio y Marcial en la poesía; Terencio, Séneca y Plauto en el teatro; Cicerón, Salustio, Plinio y Tácito en la historia. Cada uno de estos autores consiguió, de algún modo, superar a sus predecesores griegos. Pero pese a lo instructivos y entretenidos que puedan ser, sus obras no constituyen las innovaciones intelectuales más importantes del mundo romano. En lo que se refiere a nuestras vidas cotidianas, las dos ideas más valiosas de Roma son el republicanismo, o democracia representativa, y el derecho. La democracia directa, como hemos visto, fue una invención griega, pero debemos reconocer que tal modelo no cuenta con imitadores en el mundo moderno, mientras que la democracia representativa se ha incorporado a las constituciones de las distintas repúblicas que empezaron a surgir desde el siglo XVIII y que hoy se extienden desde Argentina hasta Rusia y Estados Unidos de América. En la antigua Roma, la política era acordada por el senado y era puesta en práctica por los magistrados con imperium, una noción especialmente romana.[895] Los antiguos reyes, y después la aristocracia, y después los magistrados, tenían todos imperium, «un concepto clave que designa el derecho reconocido a dar órdenes a quienes tenían un estatus inferior y a esperar ser obedecido… Este poder nunca estuvo bien definido y era demasiado amplio y arbitrario. Desde el principio, un modo fundamental de expresar este imperium era imponer mediante la guerra la autoridad de quien lo tenía y la de Roma en las comunidades vecinas que, se consideraba, lo desafiaban». La conquista fue un elemento integral de la idea que los romanos tenían sobre sí mismos.

Peter Watson 

 Si cierras tu mente con juicios

    y traficas con deseos,
    tu corazón se turbará.
    Si libras tu mente de juicios
    y no te dejas arrastrar por los sentidos,
    tu corazón hallará paz.
    Ver en la oscuridad es claridad.
    Saber ceder es fortaleza.
    Usa tu propia luz
    para retornar a la fuente de la luz.
    Esto es practicar la eternidad.

Lao Tse


 


«Las casualidades nos empujan a diestra y siniestra, y con ellas construimos nuestro destino, porque somos nosotros quienes lo trenzamos como tal. Hacemos de ellas nuestro destino porque hablamos. Creemos que decimos lo que queremos, pero es lo que han querido los otros, más específicamente nuestra familia, que nos habla. Este 'nos' debe entenderse como un complemento directo. Somos hablados y, debido a esto, hacemos de las casualidades que nos empujan algo tramado. Hay, en efecto, una trama - nosotros la llamamos nuestro destino.»


*Jacques Lacan,

lunes, 31 de marzo de 2025

 



 Haruki Murakami preguntó una vez:

"¿Acaso existe un anhelo humano más triste que desear una segunda oportunidad en algo?"

Y la respuesta es simple: no, no la hay.

Porque nada duele más que querer volver atrás,
pero saber que el tiempo no hace excepciones.
Querer decir lo que callaste.
Corregir el error que te persigue.
Abrazar a quien ya no está.

Pero la vida no pone pausa.
No espera. No regresa.

Solo sigue. Y sigue. Y sigue.

Y un día despiertas y entiendes que lo que perdiste…
se perdió para siempre.

Así que si aún tienes tiempo, úsalo.
Si hay algo que necesitas decir, díselo.
Si hay algo que quieres hacer, hazlo.

Porque cuando el momento se va…
lo único que queda es el anhelo más triste de todos.

 


domingo, 30 de marzo de 2025






 

 A la mente orgullosa y racional, instalada en sus certezas y embriagada de su brillantez, no le cuesta nada ignorar el error y barrer todo debajo de la alfombra. Los filósofos existencialistas, empezando por Søren Kierkegaard, señalaron este modo de vida como «inauténtico». Una persona inauténtica sigue percibiendo las cosas y actuando de formas que su propia experiencia ha demostrado que son falsas. No habla con su propia voz. «¿Ha ocurrido lo que quería? No. Entonces, o bien mi objetivo o bien mi estrategia no eran adecuados. Me quedan todavía cosas por aprender». Esa es la voz de la autenticidad.

«¿Ha ocurrido lo que quería? No. Entonces, el mundo es injusto, y la gente, celosa y demasiado estúpida como para comprender. Es culpa de algo o de alguien». Esa es la voz de lo inauténtico. De ahí no queda mucho para llegar a «tendrían que desaparecer», «hay que hacerles daño» o «hay que destruirlos». Cuando escuchas cosas que resultan de una brutalidad incomprensible, entonces es que este tipo de ideas se ha manifestado.
No puede achacarse nada de esto a la inconsciencia o a la represión.
Cuando un individuo miente, lo sabe. Puede que quiera ignorar las consecuencias de sus acciones, puede que sea incapaz de analizar y articular su
pasado y que así no lo entienda, puede incluso que olvide que ha mentido y no
sea por tanto consciente. Pero en ese preciso instante, cuando cometió cada uno
de los errores en cuestión o cuando obvió cada una de sus responsabilidades, sí a la mente orgullosa y racional, instalada en sus certezas y embriagada de
su brillantez, no le cuesta nada ignorar el error y barrer todo debajo de la
alfombra.
 Alfred Adler sabía que las mentiras eran un caldo de cultivo para las enfermedades. C. G. Jung sabía que sus pacientes estaban aquejados de problemas morales y que estos los causaba la falsedad. Todos estos pensadores, todos ellos estudiosos de las patologías individuales y culturales, llegaron a la
misma conclusión: la mentira pervierte la estructura del Ser. La falsedad corrompe tanto el alma como el Estado, puesto que una forma de corrupción alimenta la otra.
Peterson


 


 

 Cuando éramos niños

los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía.

luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era un océano
la muerte solamente
una palabra

ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en los cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros.

ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.

Mario Benedetti


 

sábado, 29 de marzo de 2025


 

 Rayo de luz destruye la oscuridad

Verdad flotando en la habitación fugaz
Ella es
Un felino de amor que sale a comerse la ciudad

 


La costumbre de numerar los versículos bíblicos, introducida en 1551 en Ginebra por el impresor Robert Stephanus, también desempeñó un papel importante, pues permitió que la gente recorriera el texto con más facilidad e identificara sus muchas inconsistencias y verdades encontradas. Mientras algunos anabaptistas radicales señalaban que el Génesis aprobaba la poligamia, sus opositores anotaban que en el Nuevo Testamento Jesús la prohibía al decir que el hombre «se adherirá a su mujer» (Marcos 10,7). El divorcio se permite en Deuteronomio, pero no en Mateo.[2323] El libro de los Reyes insta a no pagar impuestos, mientras que el evangelio de Mateo dice que es necesario hacerlo. Muchas otras prácticas y tradiciones santificadas por el tiempo y que el laicado daba por hecho que se encontraban en las Escrituras no aparecían por ningún lado: la autoridad papal, el celibato sacerdotal, la transubstanciación, el bautismo infantil, la canonización de los santos y la imposibilidad de salvarse fuera de la Iglesia católica, entre otras.

Peter Watson

viernes, 28 de marzo de 2025

 



 Cuando debí acudir, sólo supe dudar;

Cuando debí llamar, callé.

Demasiado tiempo persistí en mi camino, solitaria;

Nunca imaginé que fueras a morir.


Nunca preví que fuera a secarse la fuente

Donde uno se refresca y se baña,

Ni supe que existieran en el mundo

Misteriosas frutas que maduran al morir.


Obstinada, siempre busqué en la ruta del sol tu sombra;

Ahora el amor es una palabra, el tiempo un número

Y mis penas chocan contra los ángulos de una tumba.


La muerte, menos indecisa, supo cómo acercarse a ti;

Si ahora piensas en nosotras, tu corazón debe

compadecernos.

Uno se ciega cuando muere una antorcha.


Marguerite Yourcenar


 

 Ateo es una palabra de origen griego. El primer ateo del que la historia nos proporciona noticias fue Anaxágoras de Clazomene (activo c. 480-450 a. C.), quien por su libertad de pensamiento fue acusado de ateísmo, procesado y condenado.[2326] No obstante, Sócrates nos dice que los libros de Anaxágoras podían conseguirse fácilmente en Atenas y que cualquiera podía comprarlos por un dracma, en otras palabras, no se lo consideraba ningún maniático.[2327] También fue acusado de ateísmo el poeta Diágoras de Melos, quien había llegado a la conclusión de que Dios no podía existir si tantos actos de injusticia quedaban impunes.[2328] (Se nos informa además de que Diágoras destruyó una estatua de Hércules y la usó como leña, animando con insolencia al dios a realizar su decimotercer trabajo: cocinar nabos). En las obras de Eurípides encontramos a más de un personaje que niega a los dioses e insiste en que no puede haber verdad en los «miserables cuentos de los poetas».[2329] En la antigua Roma, el librepensamiento era menor que en Atenas. No hay referencias a temas religiosos en la correspondencia privada de Cicerón y los personajes del Satiricón de Petronio se complacen en ridiculizar a los sacerdores que celebran misterios que en realidad no comprenden.[2330] Pero esto es más una muestra de escepticismo que de ateísmo en sentido estricto.

Peter Watson 


 


Pero de vez en cuando pasan cosas extrañas, De vez en cuando los sueños se cumplen, Y el patrón de la vida al completo se ve alterado, De vez en cuando la Luna se hace Azul. 


jueves, 27 de marzo de 2025


 

Ardo en el infierno,
hay una parte de mí que no encaja en ningún lugar,
mientras otra gente encuentra cosas
que hacer
con su tiempo,
sitios a donde ir,
unos con otros,
cosas que decirse
unos a otros.

Yo
ardo en el infierno
en algún lugar, 
aquí no crecen flores.

No soy como
los demás.
Los demás son como
los demás.

Todos son iguales:
toman parte
se agrupan
se arraciman
se les ve
risueños y satisfechos,
y yo
ardo en el infierno.

Mi corazón tiene un millar de años.

No soy como
los demás.

Moriría en sus merenderos
ahogado por sus banderas
aporreado por sus canciones
aborrecido por sus soldados
corneado por su sentido del humor
asesinado por su inquietud.

No soy como
los demás.
Ardo
en el infierno.

el infierno que
yo mismo soy.

Charles Bukowski
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