La frase de Roberto Arlt, “Sin embargo, se tolera, se sonríe y se saluda... porque así es la vida,” encierra una profunda reflexión sobre la condición humana y la dinámica social que atraviesa la existencia cotidiana. Más allá de su aparente simplicidad, sugiere una verdad compleja sobre cómo las personas enfrentan la realidad, las tensiones sociales y la coexistencia con el otro. Este ensayo filosófico explorará la dimensión ética, existencial y social implícita en esta frase, proponiendo que la tolerancia y la sonrisa no son meros gestos superficiales, sino respuestas fundamentales ante la condición trágica y paradójica de la vida humana.
La vida como escenario de conflicto y contradicción
La vida humana se manifiesta como un entramado de relaciones sociales donde el encuentro con el otro es inevitable y, a la vez, conflictivo. Filósofos como Hegel y Sartre han enfatizado la dialéctica del reconocimiento: para ser plenamente humanos necesitamos al otro, pero ese encuentro genera tensiones, luchas por el reconocimiento y conflictos de voluntad. La tolerancia, entonces, se convierte en un acto ético que permite la convivencia en medio de la fricción. No se trata de una simple pasividad o indiferencia, sino de una actitud activa que reconoce la pluralidad y la diversidad del mundo social.
En la frase de Arlt, el verbo “tolerar” implica un esfuerzo consciente por soportar aquello que genera incomodidad o rechazo. Es el reconocimiento de que no todo en la vida es justo, agradable o auténtico, pero que aun así, por necesidad o por sabiduría, se debe aceptar el peso de lo que no podemos cambiar.
La sonrisa y el saludo: máscaras o puentes
Sonreír y saludar pueden entenderse como mecanismos sociales, a veces considerados máscaras que ocultan el verdadero sentir. Pero desde una perspectiva fenomenológica —como la propuesta por Maurice Merleau-Ponty— estas expresiones no son solo signos falsos, sino gestos corporales que mediatizan la relación entre el individuo y el mundo. La sonrisa, más allá de su función social, puede ser un acto de afirmación de la vida, una forma de mantener la esperanza y la conexión a pesar del sufrimiento.
Sin embargo, también es posible interpretar estas acciones como una forma de resignación o conformismo, donde se disfraza la alienación o el descontento con un gesto amable que facilita la convivencia superficial. Aquí se revela una paradoja: la vida social exige una apariencia de armonía que muchas veces oculta la fragmentación interna.
“Porque así es la vida”: aceptación y resignación
El cierre de la frase plantea una cuestión esencial en la filosofía existencial: la aceptación del absurdo y la contingencia. La vida no siempre responde a nuestras expectativas éticas o emocionales. Camus, en su ensayo sobre el absurdo, muestra que la conciencia de la falta de sentido absoluto no debe conducir a la desesperanza, sino a una rebeldía que abraza la vida tal cual es.
De esta manera, “porque así es la vida” implica una actitud que no desconoce el dolor, la injusticia o la dificultad, sino que asume la existencia con sus contradicciones y limitaciones. Es un acto de sabiduría práctica que reconoce que la lucha constante, el conflicto y la necesidad de simular armonía son parte intrínseca de la experiencia humana.
Conclusión
La frase de Arlt, en apariencia sencilla, contiene una filosofía profunda sobre la coexistencia humana. Tolerar, sonreír y saludar son actos que expresan la complejidad de la vida social: son, a la vez, herramientas de supervivencia emocional, gestos de reconocimiento del otro y símbolos de la aceptación del absurdo existencial. Esta frase invita a reflexionar sobre cómo navegamos en un mundo donde la autenticidad se entrelaza con la máscara, donde el conflicto convive con la necesidad de paz y donde la vida se revela en su infinita contradicción.
Aceptar que “así es la vida” no significa rendirse, sino comprender la naturaleza paradójica de la existencia y elegir la actitud con la que se enfrenta, recordándonos que en esa sonrisa y ese saludo se encuentra una forma silenciosa pero poderosa de afirmación humana.
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