Ralph
Waldo Emerson escribió: “Una tonta coherencia es el duende de las
mentes pequeñas.” Con esta frase denunció un miedo muy común: el temor a
cambiar de opinión. Muchas personas se aferran a sus creencias solo
para parecer firmes, aunque la vida les muestre que estaban equivocadas.
Esa clase de “consistencia” no nace de la convicción, sino del miedo al
juicio ajeno.
El ser
humano evoluciona cuando se permite cuestionar sus ideas, replantear sus
principios y decir con honestidad: “Antes pensaba distinto, ahora
comprendo mejor”. Cambiar no es traicionar el pasado; es honrar el
crecimiento. Emerson nos recuerda que la coherencia auténtica no
consiste en repetir la misma versión de uno mismo, sino en mantenernos
fieles a la verdad que vamos descubriendo.
A
veces, la contradicción aparente es solo el signo de que nuestra mente
está viva. Y si hay algo que merece respeto no es quien nunca cambia,
sino quien tiene el coraje de hacerlo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario