martes, 25 de noviembre de 2025

 


 La frase de Emerson, “El dinero a menudo cuesta demasiado”, es mucho más profunda de lo que parece a simple vista. No habla solo del precio literal de adquirir dinero, sino de todo lo que sacrificamos para obtenerlo: tiempo, libertad, relaciones, salud y a veces hasta nuestra integridad.

En otras palabras, Emerson nos advierte que el dinero, que debería ser un medio para vivir mejor, se convierte con frecuencia en un fin que nos consume. Pasamos horas, años, e incluso nuestra paz interior, persiguiéndolo, y al final descubrimos que el “costo real” no está en los billetes o monedas, sino en lo que perdimos mientras los acumulábamos.

Hay también una crítica implícita a la sociedad: un sistema que nos empuja a medir el éxito solo en términos monetarios, sin valorar el tiempo para pensar, crear, disfrutar o simplemente ser. Emerson nos recuerda que a veces lo que más valor tiene —la libertad, la alegría, la plenitud— no tiene precio, y perseguir dinero a expensas de ello puede ser demasiado caro.

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