martes, 4 de noviembre de 2025

Jordan Peterson nos enfrenta a una paradoja inquietante: somos capaces de cuidar mejor a los demás que a nosotros mismos. Pensemos en un medicamento que debemos tomar: solemos asegurarnos de que nuestros hijos, nuestra pareja o incluso un amigo lo haga, mientras que a nosotros mismos nos cuesta cumplir la dosis. Esta regla, aparentemente sencilla, es un llamado a reconocer nuestro valor intrínseco y asumir la responsabilidad de nuestra propia vida.

El núcleo del mensaje es profundo: la autocompasión no es indulgencia ni egoísmo, sino una obligación ética. Si no nos cuidamos, si no nos nutrimos, si no establecemos límites y buscamos nuestro propio bienestar, estamos condenando nuestro potencial. Peterson argumenta que tratarnos con la misma seriedad y respeto con que trataríamos a alguien querido genera un círculo virtuoso: cuando nos fortalecemos, podemos ayudar mejor a otros, porque no partimos de la escasez, sino de la plenitud.

La vida está llena de caos y sufrimiento, pero también de oportunidades para crecer. La regla nos recuerda que el primer paso para navegarlo es sostenernos a nosotros mismos. Esto implica decisiones prácticas: descansar lo suficiente, alimentarse bien, aprender, enfrentar los miedos y reconocer nuestros errores sin auto flagelarnos. Pero también implica un compromiso más profundo: reconocer que nuestra existencia tiene valor, que nuestra persona merece cuidado y respeto.

Al final, tratarse a uno mismo como alguien que merece ayuda es una declaración radical: “No soy negligente conmigo mismo; merezco atención, esfuerzo y dedicación”. Es un acto de valentía silenciosa frente al desorden del mundo. Porque solo cuando nos sostenemos podemos extender la mano y sostener a otros sin vaciar nuestra fuerza vital.


📚 Referencia:
Peterson, J. B. (2018). 12 Rules for Life: An Antidote to Chaos. Toronto: Random House Canada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog