sábado, 2 de agosto de 2025

 "El yo es una mosca atrapada en la red de la sociedad"— desde el enfoque de la filosofía existencialista, especialmente a través de autores como Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus. 

🕸️ El yo como mosca: una visión existencialista

“El yo es una mosca atrapada en la red de la sociedad.”
Una frase que parece salida de una pesadilla kafkiana, pero que encierra, con exactitud simbólica, uno de los grandes dilemas del pensamiento existencialista: la tensión entre libertad individual y condicionamientos sociales.

I. La libertad condenada – Sartre

Para Jean-Paul Sartre, el ser humano está condenado a ser libre. No porque la libertad sea un privilegio, sino porque no puede evitar elegir. Sin embargo, esa libertad se ejerce en un mundo que no hemos escogido: nacemos en una época, una familia, un país, una clase social, una lengua. Es decir, nacemos ya enredados.

La mosca no eligió la red, pero ahí está. Igual nosotros: el "yo" busca definirse, pero lo hace en medio de los ojos de los otros, sus palabras, sus juicios. Sartre diría que el "yo" en esa red todavía es libre, pero su libertad es angustiosa, porque debe decidir incluso en condiciones adversas. Y si se queda quieto, si se deja atrapar, entonces vive en la mala fe: renuncia a su libertad pretendiendo que no tiene elección.

II. El Otro como trampa – Sartre y Beauvoir

El otro es, al mismo tiempo, espejo y prisión. Sartre lo ilustra en El ser y la nada: cuando alguien nos mira, nos convertimos en objeto. De pronto dejamos de ser sujetos para ser “eso que el otro cree que soy”. La mirada del otro es parte de la red: nos atrapa, nos reduce, nos aliena.

Simone de Beauvoir, por su parte, muestra cómo esta red es mucho más asfixiante para quienes han sido históricamente reducidos a “lo Otro”: las mujeres, los oprimidos, los excluidos. El yo atrapado en la red no es solo individual, sino histórico y estructural. La mosca no solo lucha contra los hilos, sino contra el hecho de que otros moscones más grandes hicieron esa red.

III. La mosca rebelde – Camus

¿Y si la mosca no se escapa, pero tampoco se rinde? Aquí entra Albert Camus, con su idea del absurdo: el ser humano busca sentido en un universo indiferente. Ser libre en una red es absurdo, pero esa es precisamente la condición humana. Camus no propone resignarse, sino rebelarse contra lo absurdo: vivir con dignidad, aunque atrapados.

Como Sísifo empujando su piedra una y otra vez, la mosca puede agitar sus alas, puede zumbar, puede resistir. Esa acción inútil, pero consciente, es una forma de libertad. El yo no se salva, pero se afirma.


Conclusión

Desde la perspectiva existencialista, el yo no es un ser fijo ni predeterminado. Es una construcción en constante lucha con el entorno, con los otros y consigo mismo. Es una mosca, sí, pero una mosca que decide si quedarse inmóvil o seguir intentando romper la red.

Y esa lucha, aunque nunca garantice la liberación total, es precisamente lo que nos hace humanos.

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