La mayoría de la gente no está preparada para la muerte, ni la suya ni la de nadie. Les sobresaltaba, les aterra. Es como una gran sorpresa. Demonios, no debería serlo. Yo llevo a la muerte en el bolsillo izquierdo. A Veces la sacó y habló con ella - hola nena, ¿qué tal? ¿Cuando vienes por mi?
Estaré preparado.
Bukowski
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