El Maestro no persigue el poder,
y así es verdaderamente poderoso.
El hombre ordinario siempre busca poder,
y así nunca tiene suficiente.
El Maestro no hace nada;
sin embargo, nada deja por hacer.
El hombre ordinario siempre está haciendo;
sin embargo, mucho más deja sin hacer.
El hombre bueno hace algo;
sin embargo, algo queda por hacer.
El hombre justo hace algo,
y deja mucho sin hacer.
Lao tse
No hay comentarios:
Publicar un comentario