Vivimos rodeados de hechos que parecen azarosos: un mensaje que llega justo cuando pensábamos en alguien, un libro que nos cae de las manos abiertas en el momento exacto, un encuentro improbable en una ciudad inmensa. Pero, ¿y si no fueran coincidencias? ¿Y si todo tuviera un pulso secreto?
Carl Jung lo llamaba sincronicidad: un principio que une la psique con el mundo, donde dos eventos se cruzan no por causa, sino por sentido. No es superstición ni magia, es otra lógica, más cercana al símbolo que a la estadística.
Cuando Sabato dice “He pensado en usted varios meses”, no se refiere a una obsesión, sino a una presencia que insiste. Como si alguien —o algo— nos pensara a través de otro. Como si el pensamiento, cuando se repite con intensidad y autenticidad, pudiera convocar al otro a la realidad. No como un conjuro, sino como un eco inevitable.
¿Y si pensar mucho en alguien, profundamente, con cierta vibración del alma, fuera una forma de llamarlo?
Muchos lo han sentido: la impresión de que alguien nos "estaba pensando", justo antes de que suene el teléfono, de que vuelva después de años, de que aparezca en un sueño. Desde la racionalidad, todo eso parece tontería. Desde el corazón, es sabiduría antigua. Una red invisible nos sostiene: pensamientos, intenciones, anhelos no pronunciados, todo eso que no se ve pero se entrelaza.
Hay personas que llegan a nuestra vida como respuestas que no sabíamos haber formulado. Y otras que se cruzan fugazmente, pero dejan una huella imposible de explicar. En ambos casos, la sensación es la misma: esto no fue casualidad.
“La casualidad es tal vez el seudónimo de Dios cuando no quiere firmar.”— Anatole France
Tal vez hay hilos que se tensan en lo invisible, y cada encuentro que nos sacude tiene raíces que no vemos. Quizá, como decía Rilke, “lo que nos sucede nunca ha sido otra cosa que nosotros mismos, desde siempre, viniendo a nuestro encuentro”.
La frase de Sabato no es una confesión, es una revelación: lo que creíamos un accidente, era parte del mapa. El otro —usted— era destino. Aunque parezca extraño, algunas personas nos piensan desde lejos con la fuerza suficiente para encontrarnos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario