miércoles, 9 de julio de 2025


 Hay días en los que se corre tan rápido que la muerte parece un precio justo. No porque uno quiera morir, sino porque se decide vivir sin reservas. Ese es el suicide pace: un ritmo en el que cada músculo arde, cada pensamiento se calla, y sólo queda la voluntad. Es una forma de decirle al mundo: no vine a dosificarme, vine a entregarme.

"Hoy es un buen día para morir" no suena a rendición, sino a declaración de guerra. Significa que si este fuera el último día, quiero haberlo vivido con tal intensidad que no haya nada que lamentar. Sin ahorrar energía para mañana, sin esconder el fuego, sin bajar la mirada.

Muchos viven cuidando su paso, guardando energía, repartiéndose en cuotas. Prefontaine nos recuerda lo opuesto: que hay una belleza en quemarse entero, en darlo todo, en correr aunque el alma se te salga por la boca.

El suicide pace es una filosofía: si vas a hacer algo, hazlo como si no hubiera mañana. No solo correr. Amar, escribir, hablar, crear, defender. Lo que sea que hagas, hazlo con furia. No te reserves. Hoy es un buen día para morir… y por eso mismo, es un mejor día para vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog