domingo, 31 de agosto de 2025

 Y sé muy bien que no estarás.

No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.

Julio Cortázar 

-
 

 

🧠 El hombre que confundió a su mujer con un sombrero

Autor: Oliver Sacks
📅 Publicado en 1985 | 🧬 Género: Neuropsicología narrativa | 📚 24 casos clínicos reales



👨‍⚕️ ¿Quién fue Oliver Sacks?

Médico neurólogo británico, pianista, escritor y, sobre todo, un humanista de bata blanca.
Sacks no solo trataba cerebros, trataba personas. Su mirada era científica, sí, pero también literaria, compasiva y casi poética.

> “La enfermedad no es solo un error del cuerpo: es una historia que merece ser contada.” – Oliver Sacks

📖 ¿De qué trata este libro?

Es una colección de 24 relatos clínicos reales, todos extraídos de la experiencia directa de Sacks como neurólogo. Cada capítulo es un caso único y profundamente humano, donde se revela cómo un daño cerebral puede alterar radicalmente la percepción, la memoria, el cuerpo o la identidad… sin borrar la dignidad de quien lo padece.


🔍 Casos destacados

🧢 El hombre que confundió a su mujer con un sombrero

El caso más famoso. Un músico de gran talento que sufre agnosia visual: no reconoce objetos ni rostros, aunque puede describirlos.
Literalmente intenta "tomar" la cabeza de su esposa como si fuera su sombrero.

👉 Reflexión: ¿Qué pasa cuando el mundo deja de tener sentido visual pero uno sigue siendo culto, amable y musical?
Sacks no se burla, no se horroriza: escucha, observa y narra.


🕊 La dama desencarnada

Una mujer pierde por completo la sensación de su cuerpo. No sabe si está de pie o cayendo, si mueve el brazo o no.
Y sin embargo, poco a poco desarrolla una nueva forma de "sentir": con la vista, la memoria, la voluntad.

👉 Reflexión: El cuerpo también tiene conciencia, y cuando se apaga, tenemos que reinventar nuestra identidad física.


🧠 El marinero perdido

Jimmy, exmilitar, cree estar aún en los años 40… cada minuto olvida dónde está y qué ha dicho. Vive en un presente perpetuo.
Sacks descubre que, pese a eso, Jimmy puede anclarse a la realidad durante la comunión o cuando escucha música religiosa.

👉 Reflexión: Aunque la memoria se rompa, hay lugares internos donde el alma se sostiene.


✨ ¿Por qué te va a encantar?

Porque cada caso es una historia existencial.

Porque Sacks escribe con un tono cálido, íntimo y respetuoso. No hay morbo ni superioridad, hay empatía.

Porque verás que la mente humana puede romperse de formas extrañas, pero siempre conserva una chispa de humanidad.

Porque cada capítulo te deja pensando: ¿y si eso me pasara a mí? ¿quién sería entonces?


📌 Cita inolvidable

> “A veces sentimos que lo único que podemos ofrecer es nuestra presencia, nuestra atención, nuestro respeto… y sin embargo, eso puede ser más que suficiente.”


¿Cómo leerlo?

Puedes leerlo de a poco, como si visitaras a cada paciente. No necesitas leerlo en orden. Cada historia es una pequeña joya.


 

sábado, 30 de agosto de 2025

 «Lo esencialmente confuso, intrincado, es la realidad vital concreta, que es siempre única. El que sea capaz de orientarse con precisión en ella; el que vislumbre bajo el caos que presenta toda situación vital la anatomía secreta del instante; en suma, el que no se pierda en la vida, ese es de verdad una cabeza clara. Observad a los que os rodean y veréis cómo avanzan perdidos por su vida, van como sonámbulos, dentro de su buena o mala suerte, sin tener la más ligera sospecha de lo que les pasa. Les oiréis hablar en fórmulas taxativas sobre sí mismos y sobre su contorno, lo que indicaría que poseen ideas sobre todo ello. Pero si analizáis someramente esas ideas notaréis que no reflejan mucho ni poco la realidad a la que parecen referirse, y si ahondáis más en el análisis hallaréis que ni siquiera pretenden ajustarse a tal realidad. Todo lo contrario: el individuo trata con ellas de interceptar su propia visión de lo real, de su vida misma. Porque la vida es por lo pronto un caos donde uno está perdido. El hombre lo sospecha; pero le aterra encontrarse cara a cara con esa terrible realidad, y procura ocultarla con un telón fantasmagórico donde todo está muy claro. Le trae sin cuidado que sus «ideas» no sean verdaderas; las emplea como aspavientos para ahuyentar la realidad.


«Vivir es sentirse perdido», por JOSÉ ORTEGA Y GASSET


 

 "No basta con estar aquí. Hay que habitar el cuerpo, sentir cómo el aire entra y sale sin prisa, notar el sabor del pan antes de tragarlo, entregarse al sueño como quien cruza un umbral hacia otro mundo y no solo hace una pausa. Vivir no es moverse de un día a otro, no es llenar calendarios ni coleccionar fechas. Es reír sin medir el volumen, llorar sin pedir permiso, enojarse sin miedo a parecer frágil. Es abrazar el frío, tocar la lluvia con las manos desnudas, mirar el cielo sin esperar respuestas. La vida no es un ensayo ni un borrador, no hay segundas versiones. Un día, sin previo aviso, el telón caerá, y entonces desearás haber pronunciado todas tus líneas, haber sentido cada escena con el corazón ardiendo. Porque la muerte no avisa, pero la vida sí, a cada segundo. Y aún así, a veces olvidamos escucharla."


-Francisco J. Zárate


 

 

👁️ El ego: espejo, disfraz y prisión

Una exploración desde el infierno cotidiano

Hay un personaje en El abogado del diablo que no necesita presentación, ni pentagramas, ni cuernos: el ego. No es una figura que se nombre, pero está en todas partes. Habla con la voz de Milton, se viste con los trajes de Kevin, se desliza en los halagos del mundo. Es el protagonista oculto, el titiritero silencioso. Y si uno no lo ve, es precisamente porque el ego odia ser observado.

¿Pero qué es el ego, realmente?

El ego es una construcción mental. Una imagen que armamos de nosotros mismos: lo que creemos que somos, lo que queremos que otros vean, lo que tememos no ser. Es una ficción, sí, pero una ficción tan bien escrita que terminamos confundiéndola con nuestra verdadera identidad.

Y el problema no es tener ego. Todos lo tenemos. El problema es vivir para él. Alimentarlo, defenderlo, construir castillos alrededor de su miedo. Porque el ego, aunque se muestre arrogante, es profundamente inseguro. Necesita validación constante, aplausos, reconocimiento. No se basta a sí mismo: necesita el reflejo de los demás para existir.

Kevin lo encarna perfectamente. Su identidad depende de ser el mejor. No puede perder un solo caso, porque perder sería “ser menos”. El ego le exige perfección, éxito, poder… y cuando lo obtiene, no se calma. Pide más. El ego nunca se sacia. Siempre quiere otro escalón más alto.

Este patrón no es exclusivo del cine. Es nuestro pan de cada día:
– El influencer que mide su valor en likes.
– El abogado que solo se siente alguien cuando gana juicios.
– El artista que ya no crea por pasión, sino por validación.
– El hombre común que calla su vulnerabilidad por miedo a parecer débil.

Vivimos en una cultura que confunde el ego con el ser, y eso nos deja vacíos.

¿Y qué hace el ego con nuestras relaciones? Las convierte en escenarios. Uno ya no escucha para comprender, sino para responder. Ya no ama para compartir, sino para poseer. El otro se vuelve un espejo o una amenaza. Y si no alimenta nuestro ego, lo descartamos.

El ego también es hábil: se disfraza de ética, de espiritualidad, de compromiso. Puede ir a misa, puede donar dinero, puede decir cosas nobles… mientras en el fondo solo busca ser admirado. Puede incluso fingir humildad, porque nada seduce más que el reconocimiento de lo “humilde” que uno es.

Por eso el ego es prisión. Porque vivir para la imagen es vivir con miedo. Miedo a perder estatus, a equivocarse, a ser criticado. El ego no tolera la verdad, porque la verdad es simple, y él necesita complejidad para sentirse importante.

La paradoja es que cuanto más inflamos el ego, más nos alejamos de lo que somos. La libertad real comienza cuando uno ya no necesita probar nada, ni ganar siempre, ni impresionar a nadie. Cuando puedes decir: “esto soy, con mis luces y mis sombras, y está bien”.

Tal vez el infierno moderno no sea un lugar de castigo, sino una forma de vivir desconectado de uno mismo. Y si eso es cierto, entonces el ego no es el pasaporte al infierno: es el infierno mismo.


 

 Cuando caigo al abismo, lo hago por completo, de cabeza: y me gusta caer así, encuentro belleza en esta caída. Y desde el seno de la vergüenza entono una canción. (…) 

¡Cuantos misterios trastornan al hombre! Mi corazón encuentra belleza hasta en la vergüenza ¿comprendes este misterio? Es el duelo entre dios y el diablo, y el corazón humano es el campo de batalla. La escala del vicio es la misma para todos. 

Fiódor Dostoyevski

viernes, 29 de agosto de 2025

"𝗠𝗼𝗿𝗶𝗿 𝗲𝘀 𝘁𝗿𝗲𝗺𝗲𝗻𝗱𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗹𝗮 𝗶𝗱𝗲𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝗲𝗻𝗲𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗼𝗿𝗶𝗿 𝘀𝗶𝗻 𝗵𝗮𝗯𝗲𝗿 𝘃𝗶𝘃𝗶𝗱𝗼 𝗲𝘀 𝗶𝗻𝘀𝗼𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗯𝗹𝗲"

_____________________

"Una forma de esta ansiedad es el miedo a la muerte; no el miedo normal a morir que todo ser humano experimenta al contemplar la muerte, sino un horror a morir que puede poseer constantemente a las personas. 

Este miedo irracional a la muerte resulta del fracaso de haber vivido; es la expresión de nuestra conciencia culpable por haber desperdiciado nuestra vida y haber perdido la oportunidad de utilizar productivamente nuestras capacidades. 

Morir es dolorosamente amargo, pero la idea de tener que morir sin haber vivido es insoportable". 

― Erich Fromm


 

 


🌀 Pitágoras de Samos (c. 570 – 495 a.C.)

📜 ¿Quién fue?

Lo conoces por el teorema, pero Pitágoras fue mucho más que un matemático: fue filósofo, místico, líder espiritual, músico, científico, vegetariano estricto y fundador de una orden filosófico-religiosa que vivía según reglas muy precisas. No escribía, pero su influencia fue tan profunda que durante siglos se le atribuyeron ideas matemáticas, cósmicas y éticas.

🧠 Enseñanza clave:

> "Todo es número"
Y no solo en sentido cuantitativo, sino como principio de orden, proporción y armonía.


Pitágoras descubrió que los sonidos agradables al oído (como los acordes musicales) seguían relaciones matemáticas simples. ¡La belleza era matemática!


💡 ¿Qué nos deja hoy?

1. La armonía es la base de todo.

No hay caos puro: incluso lo que parece confuso obedece a leyes de proporción y relación.

> ¿Te sientes desordenado internamente?
Busca el ritmo, la medida, la coherencia. Alinea tus acciones con tus principios.


2. La vida tiene música... si sabes escuchar.

Pitágoras creía en la música de las esferas: que los planetas giraban emitiendo sonidos inaudibles pero armónicos. Eso nos deja una imagen poderosísima:

> El universo entero es una sinfonía, y tu alma puede afinarse a ella.


¿No te parece una forma poética y profunda de hablar de equilibrio espiritual?

3. Vivir bien es vivir con proporción.

Ni excesos ni carencias. Ni rigidez ni desorden. Pitágoras proponía una vida austera, ordenada, con una ética exigente.

> “No comas demasiado, ni muy poco. No hables sin pensar. No reacciones sin escuchar.”


🛠️ Ejercicio práctico:

Encuentra tu proporción dorada del día.

1. Escoge una actividad que hagas de forma desordenada (comer, dormir, usar el teléfono, hablar, incluso pensar).


2. Pregúntate:

¿Qué proporción sería justa?

¿Cuánto es suficiente para no caer ni en el exceso ni en la carencia?


3. Ajústalo hoy. Vive como si fueras una melodía buscando su nota justa.


📓 Por la noche:
Escribe una frase que resuma tu día como si fuera un verso musical. Algo como:

> “Hoy le di ritmo a mi descanso, y mi mente dejó de correr.”


🧘‍♂️ Frase pitagórica para meditar:

> “Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.”




 

jueves, 28 de agosto de 2025

 🌪️Cuando el arte rompió el espejo: Surrealismo, Dadaísmo, Cubismo y Futurismo

✨ 

A inicios del siglo XX, el mundo se sacudía entre guerras, avances científicos, crisis sociales y transformaciones vertiginosas. En medio de ese caos —o quizás gracias a él—, el arte decidió rebelarse. Ya no bastaba con imitar la realidad o seguir las reglas clásicas. Era momento de romper moldes, de explorar lo invisible, de cuestionarlo todo.

Así nacieron las vanguardias artísticas, movimientos que buscaban ir más allá de lo establecido, cada uno con una voz distinta, pero todos con una misma necesidad: despertar a la conciencia dormida del arte y del hombre moderno.

Entre estas vanguardias destacan el cubismo, el futurismo, el dadaísmo y el surrealismo, cuatro corrientes que cambiaron para siempre la forma en que miramos el mundo. Cada una representa una ruptura, una declaración y un intento por traducir la complejidad de una época en imágenes, palabras o símbolos.


🔷 Cubismo: la realidad descompuesta

Nacido en Francia entre 1907 y 1914, el cubismo rompió con la perspectiva tradicional para mostrar los objetos desde varios puntos de vista al mismo tiempo. No se trataba de pintar lo que se ve, sino lo que se sabe del objeto. Una cara ya no es una cara: es una suma de ángulos, planos y geometría.

Pablo Picasso y Georges Braque fueron los pioneros de este enfoque revolucionario que, más que representar la realidad, la reconstruía como si se tratara de un rompecabezas mental.

> "Ver más allá del ojo: la esencia, no la apariencia."


🚀 Futurismo: velocidad y modernidad

En 1909, el poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti lanzó el Manifiesto Futurista, una exaltación de la velocidad, las máquinas, la juventud y el progreso. El futurismo glorificó la era industrial y despreciaba el pasado, los museos y las bibliotecas. El arte debía ser tan dinámico como un motor rugiendo.

Este movimiento buscaba capturar el movimiento, el vértigo de las ciudades y el poder de lo nuevo. Los futuristas no miraban atrás: avanzaban como trenes sin freno.

> "Un coche de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia."


🎩 Dadaísmo: el arte de la negación

En plena Primera Guerra Mundial, un grupo de artistas se reunió en Zúrich para fundar el dadaísmo, un movimiento nacido del absurdo y la indignación. ¿Cómo seguir creyendo en el arte, en la belleza, en el sentido, cuando el mundo entero parecía haber enloquecido?

El dadaísmo lo negó todo: el orden, la lógica, el lenguaje, la estética. En su lugar propuso el juego, el caos, el azar y la provocación. Marcel Duchamp colocó un migitorio en una galería y lo firmó como R. Mutt: así, el arte ya no dependía del objeto, sino de la mirada.

> "Todo es arte, nada es arte. La broma es el mensaje."


🧠 Surrealismo: el lenguaje del sueño

Influenciado por las teorías de Freud sobre el inconsciente, el surrealismo surgió en los años veinte como una exploración del deseo, los sueños y lo irracional. El arte debía liberarse de las cadenas de la lógica y permitir que lo inconsciente hablara sin censura.

André Breton, su principal teórico, propuso una escritura automática, sin control racional. Salvador Dalí, René Magritte y otros crearon mundos imposibles, paisajes oníricos y escenas donde todo es posible, incluso lo más absurdo.

> "La lógica duerme para que el deseo sueñe."


🎭 Conclusión

El arte del siglo XX no quiso darnos respuestas, sino lanzarnos preguntas como flechas al pecho. El cubismo rompió la forma; el futurismo, el tiempo; el dadaísmo, la lógica; y el surrealismo, la frontera entre sueño y realidad.

Estos movimientos no fueron solo estilos estéticos, sino formas de ver el mundo cuando el mundo mismo se desmoronaba. Sus creadores no buscaban complacer, sino incomodar, sacudir, abrir grietas en la mirada cotidiana.

Hoy, más de un siglo después, sus ecos aún nos alcanzan. Nos recuerdan que el arte no es un espejo fiel, sino un campo de batalla donde chocan lo visible y lo invisible, lo que somos y lo que podríamos ser.

Comprender estas vanguardias es entender que, en el fondo, cada ruptura artística es una apuesta por la libertad. Una forma de decir: “No todo está dicho. Aún podemos imaginar otra realidad.”

 


 ELVIS: ECO DE UN TRUENO QUE NO SE APAGA


Una elegía para el hijo del trueno, el Orfeo eléctrico, el ángel caído de Memphis

> “Algunos hombres nacen con un fuego adentro.
Otros nacen para arder en público.”


I. EL CANTO DE ORFEO EN UNA IGLESIA DE MADERA

Antes del oro, antes del temblor de las adolescentes, antes del Rey, existió un niño pobre que cantaba a Dios en los templos de madera. Tupelo, Misisipi. 1935. Tierra roja, voces negras, y una madre que tejía el destino con hilos de ternura.

Elvis no aprendió la música: fue elegido por ella. Su voz era lumbre sagrada, herencia de los salmos negros, de los espirituales que cruzaban los campos como susurros de libertad. Como Orfeo, su canto tenía el poder de hacer llorar a los árboles y de hacer bailar al dolor.

Era blanco, pero lo poseía el alma del blues. No lo imitaba: lo encarnaba. Su voz no era puente entre razas: era herida compartida.

II. FAUSTO CON PANTALONES DE CUERO

El joven de ojos grandes y mandíbula triste subió al escenario sin saber que acababa de vender algo más que discos. Se movía como si cada hueso gritara. No era erotismo: era electricidad. Como si el trueno bajara al cuerpo de un hombre de provincia.

Elvis no pactó con el diablo en un cruce de caminos como Robert Johnson. Lo hizo en camerinos, estudios y limusinas. Cambió el alma por un contrato. Por la ilusión de ser amado por millones sin ser conocido por ninguno.

Y así, el muchacho se volvió mercancía. Hollywood lo convirtió en parodia. Le dieron papeles vacíos, pastillas de colores, falsas sonrisas, y una jaula que brillaba demasiado para notarla al principio.

Fausto no siempre quiere el poder: a veces solo quiere que no lo abandonen.

III. GRACELAND: LA CÁRCEL QUE LLAMÓ HOGAR

Graceland no fue palacio: fue santuario y celda. Ahí dormía un hombre roto entre retratos de sí mismo. Lo rodeaban amigos de alquiler, médicos obedientes y espejos que devolvían imágenes borrosas.

Elvis comía para callar el hambre que nunca era del cuerpo. Se llenaba de pastillas para no sentir el peso de la soledad que llegaba con cada aplauso. Era el Rey, sí… pero un rey exiliado dentro de sí mismo.

Como Ícaro, voló demasiado cerca del sol. Pero no fue por soberbia: fue por miedo a quedarse abajo, donde nadie lo recordara.

IV. EL ÁNGEL CAÍDO QUE CANTABA DESDE LAS SOMBRAS

Elvis no murió a los 42 años. Murió lentamente. En cada show donde su voz era un grito disfrazado de melodía. En cada traje blanco que ocultaba la melancolía. En cada nota que decía “I can't help falling in love with you” como si fuera súplica.

Murió como mueren los ángeles caídos: no en el infierno, sino en el silencio que dejan después. Su cuerpo lo encontraron solo, vencido por el propio peso de haber sido leyenda.

Pero los mitos no obedecen a las reglas de los hombres. Elvis no desapareció. Se escurrió entre la realidad y el símbolo. Hoy no sabemos si canta desde alguna estrella, o desde un tocadiscos viejo en una casa triste.

V. LA ETERNIDAD TIENE VOZ DE ELVIS

Lo ves. Lo escuchas. Lo sientes. Está en los besos que se dan con música de fondo. En el imitador gordo de Las Vegas. En la madre que pone un casete para recordar su juventud. En los ojos llorosos de quien canta Love Me Tender sin saber por qué tiembla.

Elvis es polvo cósmico con ritmo. Es el eco de un tiempo que ya no existe, pero aún vibra.
No está vivo. Está despierto.
No está muerto. Está cantando bajito.

> “Elvis fue más que hombre.
Fue herida abierta en forma de canción.”

 🌋 Empédocles de Agrigento (c. 495 – 435 a.C.)



📜 ¿Quién fue?

Empédocles fue poeta, médico, político, filósofo y... una figura casi legendaria. Se decía que sanaba con las manos, hablaba con los muertos y que murió al arrojarse al cráter del Etna para probar su divinidad (aunque parece que solo dejó su sandalia como pista dramática).

Pero lo más importante es su pensamiento: fue el primero en proponer que todo en el universo se compone de cuatro elementos eternos: tierra, agua, aire y fuego.
Y además, que dos fuerzas eternas —Amor y Odio— los combinan o los separan.


🧠 Enseñanza clave:

> Todo es mezcla, todo se transforma. Pero los ingredientes son eternos.



Empédocles no se quedó en el debate entre Heráclito (todo cambia) y Parménides (nada cambia):
Propuso una síntesis:

> “Los elementos no cambian. Lo que cambia es su mezcla.”
Y esa mezcla es movida por dos fuerzas profundas: Amor (fuerza que une) y Odio (fuerza que separa).


💡 ¿Qué nos deja hoy?

1. La vida es alquimia.

Tus emociones, relaciones, decisiones... todo es una mezcla de elementos internos.

> ¿Tierra? Estabilidad, firmeza, rutina.
¿Agua? Emoción, intuición, fluidez.
¿Fuego? Pasión, impulso, fuerza.
¿Aire? Ideas, palabras, ligereza.
Conocerte es aprender qué proporción de cada uno predomina en ti.


2. Dos fuerzas te habitan siempre: Amor y Odio.

No como emociones pasajeras, sino como principios eternos.

El Amor integra, te abre, te une a otros, da vida.

El Odio aísla, divide, rompe, separa.
Ambos están dentro de ti. La pregunta diaria es:

> ¿Qué fuerza guiará hoy mis actos?


3. La unidad es frágil y preciosa.

Empédocles veía el universo como un ciclo:

Cuando predomina el Amor, todo se une en armonía.

Cuando domina el Odio, el mundo se fragmenta. Y este ciclo se repite eternamente.

Aprender a mantener el Amor activo en medio del caos es una práctica vital.


🛠️ Ejercicio práctico:

Detecta tu mezcla de elementos y fuerzas.

1. Hoy obsérvate:

¿Te sentiste más fuego, agua, aire o tierra?

¿Qué momentos fueron guiados por el Amor?

¿Cuáles fueron guiados por el Odio (enojo, juicio, separación)?


2. Reflexiona:


> “¿Qué ingredientes necesito equilibrar mañana?”


📓 Escribe al final del día:

> “Hoy el Amor se manifestó en mí cuando…
El Odio apareció cuando…
Y mi alma fue más (fuego, aire, agua, tierra).”


🔥 Frase para meditar:

> “Por el odio los hombres se separan, por el amor se unen.”

 


 La irracionalidad predecible: ¿somos realmente dueños de nuestras decisiones?


Pensamos que somos racionales… pero no siempre es así

Nos gusta creer que elegimos con lógica y control. Sin embargo, nuestra mente está llena de atajos, sesgos y trampas que nos llevan a actuar de manera sorprendentemente predecible. Dan Ariely lo llama “irracionalidad predecible”: hacemos cosas que no son racionales, pero siguen patrones claros que se repiten una y otra vez.

Cuando el contexto decide por nosotros

¿Has comprado algo caro solo porque estaba junto a algo aún más caro? ¿O elegiste un producto solo porque decía “gratis”? Ariely demuestra que no somos completamente libres en nuestras decisiones: el contexto, la presentación y nuestras emociones influyen más de lo que creemos.

No es un fallo personal, es un fenómeno colectivo

Esta irracionalidad afecta la economía, la política y nuestras relaciones. Vendedores, publicistas e incluso políticos saben cómo aprovechar nuestros sesgos. Nos seducen con precios engañosos, ofertas irresistibles y promesas de exclusividad, manipulando nuestra percepción sin que lo notemos.

Tomar conciencia es poder

Reconocer estos patrones nos da una ventaja enorme. Podemos frenar compras impulsivas, mejorar nuestra salud y evitar errores que afectan nuestra vida y la de quienes nos rodean. Aceptar nuestra irracionalidad no es resignarse, sino aprender a vivir de manera más inteligente y consciente.

Reflexión final

Somos humanos, y la irracionalidad está en nuestra naturaleza. Pero cuando entendemos nuestros sesgos, ganamos la oportunidad de transformar nuestra vida cotidiana, un pequeño paso a la vez.


Referencia bibliográfica
Ariely, D. (2008). Las trampas del deseo: por qué hacemos lo que hacemos y cómo podemos evitarlo. Barcelona: Ariel.

miércoles, 27 de agosto de 2025

 «¿Han soportado la tortura de los insomnios en los que se percibe cada instante de la noche, en los que estamos solos en el mundo y sentimos que vivimos el drama esencial de la historia; esos instantes en los que ni siquiera ella tiene ya la mínima significación y deja de existir para nosotros, pues notamos que se elevan en nuestro interior llamas terribles: esos momentos en los que nuestra propia existencia nos parece ser la única en un mundo nacido para vernos agonizar - han experimentado esos innumerables instantes, infinitos como el sufrimiento, en los que el espejo refleja la imagen misma de lo grotesco?». 


Emil Cioran


 


🏛️ La invención de la belleza: arte griego y helenístico

Antes, el arte era para los dioses. Ahora, también es para el cuerpo humano.

En la Grecia antigua, el arte no solo se volvió más libre: se volvió más exacto, más bello, más consciente de sí mismo. Las esculturas ya no eran rígidas, ni los templos solo refugio de lo divino. Ahora importaba cómo se movía un cuerpo, cómo caía la tela, cómo brillaba la inteligencia en un rostro esculpido.

Grecia inventó no solo el arte como lo entendemos hoy, sino la idea de que el arte puede aspirar a la perfección.


🧬 Contexto histórico

Periodo Arcaico (s. VIII–VI a.C.): influencias egipcias, figuras rígidas (kuroi y korai).

Periodo Clásico (s. V–IV a.C.): auge de Atenas, equilibrio entre razón y armonía.

Periodo Helenístico (s. IV–I a.C.): tras Alejandro Magno, el arte se expande, se vuelve más emocional y realista.


🏺 Características del arte griego

1. Antropocentrismo: el ser humano es la medida de todas las cosas (como diría Protágoras).


2. Idealización: no se representa lo que es, sino lo que debería ser. La belleza está en la proporción.


3. Canon y simetría: reglas matemáticas para alcanzar la armonía visual.


4. Movimiento contenido: los cuerpos parecen estar por moverse, como si respiraran mármol.


5. Desnudo masculino: no como provocación, sino como exaltación del ideal.


🗿 Obras clave del periodo clásico

El Discóbolo (Mirón): tensión perfecta antes del lanzamiento.

El Doríforo (Policleto): canon de proporciones humanas.

El Partenón (Atenas): templo de Atenea, fusión de arte, política y geometría.

Fidias: escultor de los dioses, creador del Zeus de Olimpia y las metopas del Partenón.


El arte griego clásico es una búsqueda de equilibrio entre lo físico y lo espiritual. No quiere conmover: quiere elevar.


🎭 Arte helenístico: la emoción entra en escena

Con el imperio de Alejandro Magno, el arte griego se expande por Asia y África. El idealismo se transforma: ya no basta la proporción, ahora se busca drama, movimiento, pasión.

Características:

Realismo extremo: arrugas, gestos, cuerpos en tensión.

Dinamismo: composiciones diagonales, acción en desarrollo.

Diversidad de temas: niños, ancianos, borrachos, derrotados.


Obras clave:

Laocoonte y sus hijos: angustia en mármol, serpientes que asfixian, mirada que grita.

Victoria de Samotracia: alas abiertas, túnica al viento, como si hubiera bajado del cielo.

Venus de Milo: sensualidad, asimetría, belleza que ya no es perfecta, pero sí irresistible.


🧠 ¿Qué nos enseña el arte griego?

Nos enseña que la belleza no está en copiar la naturaleza, sino en interpretarla con inteligencia y sensibilidad. Nos recuerda que el cuerpo no es pecado, sino forma noble de expresión.
En el clasicismo griego nace la idea de que el arte puede educar, ennoblecer, eternizar.


✍️ Reflexión final

El arte griego nos mira desde la piedra, pero no como dioses inaccesibles, sino como humanos que aspiraron a ser más que carne.
Tal vez por eso seguimos reproduciendo esas esculturas en museos y plazas. No son reliquias: son espejos de lo que aún queremos ser.

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