domingo, 25 de mayo de 2025

 Vamos a desarrollar cómo distinguir si una persona realmente no puede cambiar o si simplemente no ha sabido (o querido) hacerlo aún. Para eso, hay que considerar cinco factores:


1. Grado de conciencia

¿La persona reconoce el problema?

Si no lo reconoce, difícilmente cambiará.

Si sí lo reconoce, pero no actúa, ya hay algo de responsabilidad.

> Ejemplo: alguien que dice "sé que bebo demasiado, pero no me importa" está decidiendo no cambiar, y eso indica una falta de voluntad más que una incapacidad.

2. Acceso a recursos y estrategias

¿Sabe cómo cambiar?

Muchos no cambian porque no tienen herramientas mentales, apoyo o información suficiente.

¿Ha probado métodos o solo lo ha intentado "a su manera"?

> Ejemplo: alguien con sobrepeso que dice "ya intenté todo", pero solo dejó de cenar durante una semana, no ha intentado realmente lo que se sabe que funciona.


3. Condicionamientos fuertes o trastornos

¿Tiene un trastorno (adicción, depresión, TCA, etc.)?

En esos casos, la capacidad de decisión está limitada, y juzgar sin matices es injusto.

Pero incluso aquí, la persona sigue teniendo responsabilidad en buscar ayuda o permitir que la ayuden.

> La diferencia clave es que el cambio requiere más apoyo externo y tiempo, pero no es imposible.


4. Ambiente y contexto

¿Está rodeado de personas, lugares o situaciones que lo empujan al mal hábito?

El contexto puede ser tan potente como una droga.

Pero incluso así, buscar cambiar de ambiente o reducir su influencia también es parte de la responsabilidad personal.


5. Nivel de esfuerzo sostenido

¿Lo ha intentado de forma seria, constante y prolongada?

Si nunca ha sostenido el esfuerzo, es precipitado decir que "no puede".

El cambio casi siempre requiere incomodidad, recaídas y paciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog