miércoles, 3 de diciembre de 2025

 La historia como brújula moral

Vivimos en un mundo que corre hacia adelante como si el pasado fuera un lastre innecesario, cuando en realidad es la brújula que nos indica hacia dónde no debemos ir. David McCullough, en History Matters, nos recuerda que la historia no es un museo de fechas y nombres, sino un mapa de decisiones humanas, errores y aciertos que aún hablan desde sus sombras. Ignorarla es condenarse a tropezar una y otra vez con los mismos obstáculos, con los mismos dilemas morales que ya hemos enfrentado.

La lección más poderosa de McCullough es que la historia enseña ética de manera indirecta. No necesitamos manuales de moralidad cuando podemos observar las consecuencias de acciones humanas: líderes que actuaron con arrogancia y precipitación, sociedades que ignoraron los signos de crisis, individuos que defendieron la justicia contra la corriente. Cada evento documentado es un espejo que refleja no solo lo que ocurrió, sino lo que podríamos o deberíamos hacer en circunstancias similares.

Tomemos, por ejemplo, los grandes líderes que McCullough rescata del olvido. Sus decisiones no se presentan como fórmulas perfectas; muchas veces se equivocaron. Pero estudiar sus errores y aciertos nos permite reconocer patrones: la importancia de la paciencia, la prudencia y la integridad. La historia nos recuerda que la ética no es abstracta, sino práctica y cotidiana, y que nuestras elecciones de hoy configuran las narrativas que otros estudiarán mañana.

Además, la historia como brújula moral nos obliga a cuestionar la memoria oficial. Los relatos hegemónicos suelen glorificar triunfos y ocultar fracasos; la reflexión histórica exige mirar más allá de la superficie, reconocer los matices, escuchar las voces silenciadas y aprender de ellas. En este sentido, McCullough nos insta a no conformarnos con la versión fácil, sino a buscar la verdad histórica que ilumine nuestros valores y acciones.

En última instancia, el llamado de McCullough es simple pero radical: conocer la historia no es un lujo académico, es un acto de responsabilidad moral. Cada página leída, cada biografía estudiada, cada batalla y decisión examinada nos permite navegar la complejidad del presente con mayor claridad. Ignorar la historia es cerrar los ojos en un terreno minado; abrazarla es caminar con conciencia, guiados por las lecciones de quienes vinieron antes.


Bibliografía:

McCullough, D. History Matters. Simon & Schuster, 2016.

Diamond, J. Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed. Viking, 2005.

Tuchman, B. The March of Folly: From Troy to Vietnam. Random House, 1984.

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