martes, 16 de diciembre de 2025

 ¿Tenía razón Rousseau? ¿Somos buenos por naturaleza y la sociedad nos corrompe?

Rousseau no tenía toda la razón, pero tampoco estaba equivocado. Dio en un punto esencial: el ser humano común no es naturalmente violento; la violencia surge de estructuras sociales, económicas y políticas que deforman la convivencia.



1. ¿Qué decía Rousseau exactamente?

Rousseau afirmaba que:

  • El ser humano en estado natural es pacífico, curioso, compasivo.
  • La sociedad (propiedad privada, desigualdad, jerarquías) lo pervierte.
  • La violencia, la ambición, la crueldad no vienen del interior humano, sino de las estructuras sociales que obligan a competir, someter y acumular.

Y esto, aunque no sea completamente cierto, tiene una intuición poderosa.


2. La evidencia moderna: el humano común no es un monstruo

Estudios de antropología, psicología social y neurociencia muestran que:

  • Las personas tienen tendencias fuertes a la cooperación, la empatía y la reciprocidad.
  • La violencia interpersonal espontánea es rara, muy rara.
  • La mayoría de los humanos evita el conflicto físico.
  • La agresión suele aparecer por presión de grupo, desigualdad, instituciones fallidas, miedo o ideologías, no por impulso natural.

Lo que observamos —la ausencia de peleas callejeras, la gente haciendo su vida sin agredir a nadie— es evidencia cotidiana de que la brutalidad no es la norma, sino la excepción.

En esto, Rousseau estaba muy cerca de la verdad.


3. ¿Dónde se equivocó Rousseau?

En idealizar demasiado al “buen salvaje”, como si el humano sin sociedad fuera perfecto. No:

  • Hay agresión territorial en grupos humanos antiguos.
  • Hay impulsos gregarios que pueden volverse violentos.
  • La competencia por recursos también genera conflictos.

Pero incluso ahí, la violencia no es la primera reacción.
Es situacional, no esencial.

Rousseau no entendió todas las complejidades, pero sí atinó a algo fundamental:
no nacemos malos; la estructura social puede deformarnos.


4. Entonces, ¿somos buenos o malos?

La ciencia contemporánea dice algo muy parecido a Rousseau:

  • La bondad y la cooperación son la base.
  • La maldad surge en condiciones específicas: desigualdad extrema, pobreza, humillación, sistemas corruptos, instituciones que fallan, violencia estructural, miedo colectivo.

Es decir:

El ser humano promedio que cuida a su familia, hace tortillas, lava su ropa, va a trabajar, ayuda a un desconocido…
no es violento.
La violencia viene de otro lado: del sistema, no de la esencia humana.

Ahí Rousseau la clavó.


5. En términos actuales

  • La gente común no es violenta.
  • Lo violento es el modelo económico criminal, la desigualdad, las políticas corruptas, las disputas de poder.
  • Los medios inflan la percepción, pero la vida cotidiana es relativamente pacífica.

Esto es puro Rousseau:

La sociedad mal organizada genera los monstruos que luego culpa al pueblo.


Conclusión 

**Rousseau tenía la intuición correcta:

el ser humano común tiende a la paz;
la violencia nace, mayormente, de las condiciones sociales.**

No somos un mundo, ni una especie, naturalmente violenta.
Somos una especie moldeada —y a veces deformada— por el entorno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog