lunes, 8 de diciembre de 2025

 «Teniendo en cuenta lo mucho que se puede obtener a través de la generosidad —dice Robb Willer—, los científicos sociales se preguntan cada vez menos por qué las personas son generosas y más por qué son egoístas».[125]Décadas de mensajes como «la codicia es buena» han tratado de eliminar la vergüenza de ser beneficiarios de una desigualdad económica escandalosa. En cualquier caso, la vergüenza persiste porque esos mensajes tropiezan con uno de los valores innatos más profundos de nuestra especie. Las instituciones que intentan justificar un sistema económico fundamentalmente antihumano se dedican a reproducir una y otra vez el mensaje de que ganar el juego del dinero traerá satisfacción y felicidad, cuando en realidad tenemos cerca de trescientos mil años de experiencia ancestral que nos dicen que esto no es así. Puede que el egoísmo sea esencial para la civilización, pero ello nos lleva a preguntarnos si una civilización tan desfasada con nuestras predisposiciones evolucionadas tiene sentido para los seres humanos que la habitan.

Christopher Ryan 

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