El doctor estadounidense Loren Cordain ha acuñado el término paleodieta para resumir la alimentación humana preagrícola: es la que nuestra especie ha frecuentado durante el 95% de su existencia, la que nos ha modelado, a la que estamos adaptados. Carlos Pérez, máster en Psiconeuroinmunología, ha llegado a la conclusión de que la paleodieta (más la paleogimnasia y otros hábitos que nos han esculpido durante milenios) es la clave para recuperar la salud y el bienestar. Y Pérez predica con la práctica..., y lo cierto es que lo veo en excelente forma. A sus pacientes (www.regenera.cat) les aplica los mismos principios paleolíticos..., y asegura que todos mejoran su calidad de vida.
Qué es la paleovida?
El estilo de vida que modeló a la especie humana.
¿En qué consiste?
En movernos y en comer según cierta dieta.
¿Movernos?
Con los ejercicios que hacían nuestros ancestros: caminar, correr, saltar, empujar, arrastrar, escalar, trepar, reptar... Esfuerzos breves e intensos nos han modelado.
¿Y qué dieta nos hizo como somos?
La del hombre paleolítico: la paleodieta.
¿Qué comía el hombre paleolítico?
Pescado y crustáceos. Verduras, bulbos, bayas y frutas. Y carne y tuétano.
¿Somos carnívoros o vegetarianos?
¡Carnívoros! Las grasas de la carne nos dieron energía, acortaron el intestino y acrecentaron el cerebro. ¡Necesitamos grasas!
Pero la grasas nos engordan...
¡Falso! Las grasas de buena calidad... ¡nos adelgazan! El aceite de oliva virgen extra crudo, los frutos secos y el aguacate, grasas del pescado y de la carne de caza... o de animales que hayan correteado por el campo.
¿Y la carne de animales estabulados?
Es grasa insana. Si el animal corretea, su grasa se infiltra en la carne ¡y es saludable!
¿Y dónde puedo encontrar esa carne?
Puede encontrar carne de calidad: busque por internet y verá. ¡Y evite esa carne que suelta agua al freírla... y queda en nada!
Ah, sí, eso me da mucha rabia.
Es de animal estabulado y cargado de antidiuréticos para retener agua y ganar peso.
Resumo: carne y pescado, y verduras y fruta. ¿Eso es la paleodieta?
Sí. ¡Es lo que habíamos comido siempre!
¿Qué entiende por "siempre"?
Desde que somos humanos, ¡hace 76.000 generaciones! Porque hace sólo 200 generaciones que comemos como ahora. Ah, y hace sólo siete generaciones que comemos azúcares refinados y grasas trans (bollería).
¿Y estos periodos son relevantes?
Mucho: nuestro genoma necesita miles de años para adaptarse a cambios del entorno. Por eso padecemos intolerancias alimentarias: ¡en 200 generaciones no hemos tenido tiempo para adaptarnos a lo que comemos!
¿Qué sucedió hace 200 generaciones que modificó la dieta paleolítica?
Comenzó la agricultura y la ganadería: el paleolítico deja paso al neolítico... y empezamos a comer alimentos nuevos.
Enumere esos alimentos nuevos.
Cereales (trigo, cebada, centeno, arroz...), harinas (de cereales o legumbres), lácteos, azúcares y ciertos aceites vegetales.
Pan, pasta... ¡Es lo que como cada día!
Metabolizar eso nos desgasta y causa intolerancias, cefaleas, malestares, inflamaciones, acné, obesidad, diabetes, patologías...
¿Y la paleodieta evita esas dolencias?
¡Sí! Yo como y bebo según la paleodieta... y me siento rebosante de energía y vitalidad.
¿Cómo se bebe según la paleodieta?
¡Con sed! Somos hijos de la sed, pero hoy estamos matándola. ¡Recupera la sed! Con sed, beber agua es un placer inolvidable.
No suelo tener sed...
Porque te pasas el día bebiendo: un café con leche, un refresco, una copa de vino, otro café, una caña... ¡Estás matando tu sed!
¿Qué me aconseja?
No ingieras líquido alguno (ni fruta jugosa) durante un día: recuperarás la sed. Y entonces..., ¡ah, bebe agua! Sentirás tanto placer... que no querrás ya beber otra cosa, seguro.
O sea: nada de ir bebiendo a cada rato.
Ni nada de ir comiendo varias veces al día.
¿Ah, no? ¿No dicen que es saludable?
Comer un poquito cada pocas horas... fatiga el intestino. ¡Déjalo reposar! El hombre paleolítico pasaba largas horas sin comer nada..., buscando comida. La sed y el hambre nos modelaron. ¡Come con hambre! Será un placer... y sentará bien a tu intestino.
¿Lo hace usted así cada día?
¡Sí! Por la mañana me levanto y me muevo, hago ejercicio paleolítico... y no desayuno. O apenas, quizá un poco de fruta...
¿Qué dice? ¡Siempre me habían dicho que lo más saludable es desayunar fuerte!
Pues el hombre paleolítico no lo hacía. Salía en busca de comida... ¡y se movía! Porque desayunar fuerte te pide luego reposar...
¿Y cuándo podré comer?
A mediodía, ¡con hambre y alegría! Y abundantemente: estamos diseñados para comer mucha cantidad de golpe cuando se puede.
¿Y luego?
Un reposo. Y ya no necesito comer nada durante seis o siete horas. Y mi intestino me lo agradece. Ya de noche, una cena ligerita.
Póngame un ejemplo de ingesta paleolítica, algo concreto que usted coma.
Me como cuatro hamburguesas y un melón. O 300 o 400 gramos de carne o pescado con una escalivada, o con una ensalada, o con verduras salteadas. ¡Y me quedo muy feliz!
¿Se permite comer huevos?
Sí, pero huevos de corral, los que lleven impreso en la cáscara el número 0 (ecológicos) o el 1 (gallinas que se mueven).
¿Qué más incluye la paleovida?
Que nos dé un poco el sol en la piel. ¡Todo esto es la base para tener energía, salud y recursos para ser más feliz! Por desgracia, estamos involucionando como especie...
¿Qué hago para seguir la paleodieta?
Destierra lácteos, pan, pasta, galletas y azúcares: te causan una inflamación subclínica que tiene a tu organismo siempre alerta, agotado, lo que generará patologías autoinmunes, diabetes... ¡La mejor medicina es comer como tus ancestros paleolíticos!
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