miércoles, 16 de abril de 2025

 Otra cosa que podemos hacer durante nuestra meditación estoica es juzgar nuestro progreso como estoicos. Hay muchos indicadores a partir de los cuales medir este progreso. Para empezar , a medida que el estoicismo encuentre su lugar en nosotros , advertiremos que nuestras relaciones con otras personas han cambiado. Descubriremos , dice Epicteto, que nuestros sentimientos no se ven heridos cuando los demás nos dicen que no tenemos ni idea o que somos «tontos rematados» en relación con las cuestiones externas . También tendremos que encogernos de hombros ante cualquier elogio que nos sea dirigido. De hecho, Epicteto cree que la admiración de otras personas es un barómetro negativo de nuestro progreso como estoicos: «Si la gente te considera un personaje, desconfía de ti mismo». [5]

 Otros signos de progreso, según Epicteto , son los siguientes: dejaremos de culpar, censurar y elogiar a otros; no alardearemos sobre nosotros mismos ni nos jactaremos de nuestro saber; y nos culparemos a nosotros, y no a las circunstancias externas, cuando nuestros deseos no se cumplan. Y como hemos adquirido cierto grado de dominio sobre nuestros deseos , descubriremos que deseamos menos cosas que antes; Epicteto asegura que descubriremos que «nuestros impulsos hacia las cosas han disminuido». Y de forma significativa, si hemos progresado como estoicos nos consideraremos a nosotros mismos no como a un amigo cuyo deseo ha de ser satisfecho, sino «como un enemigo al acecho ». [6]

 Según los estoicos, la práctica de esta filosofía de vida no solo influirá en nuestros pensamientos y deseos en la vigilia, sino también en nuestra vida onírica. En concreto , Zenón sugería que a medida que progresemos en nuestra práctica dejaremos de tener sueños en los que sentimos placer ante situaciones deplorables. [7] Otra señal de progreso en nuestra práctica del estoicismo consiste en que nuestra filosofía consistirá en actos más que en palabras. Lo más importante, señala Epicteto, no es nuestra capacidad para hablar de los principios estoicos, sino nuestra capacidad para vivir de acuerdo con ellos. Por lo tanto, en un banquete un estoico aficionado podría pasar el tiempo hablando de qué debería comer un individuo filosóficamente iluminado ; un estoico que ha avanzado más en el camino se limitará a alimentarse así. Análogamente, un aprendiz de estoico puede jactarse de su sencillo estilo de vida o de haber renunciado al vino por el agua; un estoico más avanzado , después de haber hecho exactamente lo mismo, no sentirá la necesidad de comentarlo. De hecho, Epicteto cree que en nuestra práctica del estoicismo hemos de ser discretos para que los demás no nos etiqueten como estoicos, y ni siquiera como filósofos. [8]

 Sin embargo, la señal más importante de que estamos progresando como estoicos es un cambio en nuestra vida emocional. No es, como los que ignoran la verdadera naturaleza del estoicismo suelen creer, que dejemos de experimentar emociones. Por el contrario, lo que experimentaremos son menos emociones negativas. También invertiremos menos tiempo deseando que las cosas sean de otro modo y más disfrutando de las cosas tal como son . En líneas generales, disfrutaremos de un grado de serenidad del que carecíamos previamente. Asimismo, descubriremos, quizá para nuestra sorpresa, que nuestra práctica del estoicismo nos ha hecho susceptibles a pequeños estallidos de alegría: de pronto nos complacerá ser la persona que somos, vivir la vida que vivimos, en el universo que habitamos.

 Sin embargo, para la prueba última del progreso realizado en el estoicismo tendremos que esperar a afrontar la muerte. Solo entonces, dice Séneca, sabremos si nuestro estoicismo ha sido verdadero. 

William Irvine

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog