viernes, 14 de febrero de 2025

 Cito a Freud.

La meta final de toda vida siempre es la muerte.
Hemos dicho que la vida es un breve período de existencia que navega entre dos grandes inexistencias. Que nada éramos antes de nacer y nada seremos después de morir.
La pulsión de muerte lo sabe y quiere retornar a ese vacío inanimado que éramos antes de nacer. Por eso intenta alcanzar su fin, la muerte, lo antes posible.
La pulsión de vida le dará batalla apostando al placer que puede generarnos la experiencia de la vida.
Estas dos pulsiones están mezcladas y en permanente lucha dentro de cada ser humano. A veces se impone una, a veces la otra. Esta lucha es tan encarnizada que nuestro nivel de salud o enfermedad depende de su resultado.
En una persona sana la pulsión de vida domina sobre la pulsión de muerte. Cuando la balanza se inclina en favor de esta última, el precio es la enfermedad, las malas elecciones y el sufrimiento.

Gabriel Rolon

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