lunes, 6 de septiembre de 2021

 


La expresión latina “tempus fugit” (el tiempo huye, el tiempo vuela) hace referencia explícita al transcurso veloz del tiempo, a la fugacidad de la vida.

 La locución tiene su origen en un verso del poeta Virgilio (70-19 a.C.), que escribe en las “Geórgicas: Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus” (pero huye entretanto, huye irreparablemente el tiempo) (Georg. III, 2, 84).

La expresión tuvo gran fortuna desde época clásica y comenzó a inscribirse ya en la Edad Media en relojes de sol y meridianas; en el Barroco acompañó en cartelas y filacterias a calaveras y relojes de arena; en época moderna comienza a inscribirse también en relojes de péndulo y piezas decorativas, que se exhibían en palacios y casas nobles, llamando la atención a ricos y personajes de la nobleza sobre cómo comportarse ante una vida que se acaba (recuerdan en cierto modo a aquel esclavo romano que solía ir en las ceremonias públicas detrás del emperador susurrándole de vez en cuando al oído: “Respice post te, hominem esse te memento”, (Mira tras de ti, recuerda que solo eres un hombre).

 Con esta expresión se invitaba al espectador a la reflexión sobre la fugacidad de la vida. Por ello, el lema fue vinculado desde un principio a la idea de la muerte. En algunos casos, podemos encontrar una versión ampliada de la expresión: “Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra” (el tiempo se escapa como las nubes, como las naves, como las sombras).

Esta frase no pertenece ya a Virgilio, sino que tiene tres añadidos extraídos del libro de Job, del Antiguo Testamento. En la literatura universal esta frase se ha utilizado por muchos autores, como por ejemplo Lewis Carroll en su obra “Alicia en el país de las maravillas”.

La interpretación del “tempus fugit” suele asociarse con otras expresiones latinas que desprenden el mismo pensamiento, como son “carpe diem” (aprovecha el momento presente) del poeta latino Horacio (Odas 1, 11, 8), o “memento mori”.

En buena lógica, “si tempus fugit, carpe diem”; es decir, si el tiempo vuela, aprovechemos el momento presente. Finalmente, hemos de consignar que en nuestros días puede verse cada una de estas tres frases, o varias de ellas combinadas, en tatuajes de personas góticas o de tribus urbanas que llevan en su cuerpo además atuendos relacionados con la muerte, como relojes de arena, guadañas, etc.

Autor: Javier del Hoyo

http://www.revistaadios.es/ampliacion/11/Tempus-fugit.html

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