Habiendo perdido la habilidad de coser, pescar y encender fuego, los indígenas de Tasmania vivían de un modo aún más simple que los aborígenes del continente australiano, de quienes habían quedado aislados unos diez mil años antes debido al crecimiento del nivel del mar. Cuando los barcos portadores de colonos europeos arribaron a Tasmania en 1772, los indígenas no parecieron notar su presencia. Incapaces de procesar algo para lo que nada los había preparado, siguieron con sus costumbres. No tenían defensa alguna contra los colonos. Hacia 1830, su número se había reducido de aproximadamente cinco mil a 96 sólo setenta y dos. En los años previos habían sido utilizados como fuerza de trabajo esclava y fuente de placer sexual, torturados y mutilados. Se los había cazado como alimañas y se habían vendido sus pieles a cambio de una recompensa del gobierno. Los hombres eran asesinados; a las mujeres que sobrevivían se las dejaba marchar con las cabezas de sus esposos atadas alrededor del cuello. Los hombres que no morían de esa forma solían ser castrados. Los niños morían apaleados. Poco después de que el último varón tasmanio indígena, William Lanner, muriera en 1869, un miembro de la Royal Society of Tasmania, el doctor George Stokell, abrió su tumba y se hizo una petaca con su piel. Con la muerte, pocos años después, de la última mujer indígena «de pura sangre», se dio por concluido el genocidio.
jueves, 16 de marzo de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2024
(940)
- ► septiembre (107)
-
▼
2023
(855)
- ► septiembre (72)
-
▼
marzo
(63)
- Rutger Bregman
- Hermann Hesse
- Todo el mundo es responsable, totalmente responsa...
- Osho
- Yanis Varoufakis
- KONSTANTIN KOROTKOV
- César Rendueles
- Cuando una vez le preguntaron a Tales que por qu...
- Sam Kean
- Cuando saquéis lo que hay dentro de vosotros, eso...
- Siempre ha sido evidente que en ciertas circunsta...
- John N Gray
- Rafael Alberti
- Un joven monje llegó a un famoso monasterio. Era ...
- Respetar profundamente la realidad implica acepta...
- León Tolstói
- JOHANN WOLFGANG VON GOETHE
- Cesare Pavese
- Alvaro Scaramelli
- Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo...
- Shakespeare
- Rainer Maria Rilke
- Raghava KK
- Hafez
- Louise Michel
- Mario Alonso Puig
- Ousman Umar
- Habiendo perdido la habilidad de coser, pescar y ...
- Paracelso
- Rafael Santandreu
- Jordi Sierra i Fabra
- Hay un relato muy sugerente que procede de Jap...
- Oliver Sacks
- Hermann Hesse
- Juan José MIlás | Fotografía de un sueño | imagina...
- Alvaro Neil
- Fiódor Dostoievski
- Sabato y Borges. Estuvieron distanciados casi 20 a...
- Ernesto Sabato
- Isabel Allende
- Zygmunt Baumann
- Maximiliano Voloshin
- María Sabina
- Solum certum nihil esse certi Et homine nihil mis...
- SÉNECA
- Gary Cox
- Malvidio Malatesta
- EDNA ST. VINCENT MILLAY
- PLATÓN
- Carta de Virginia Woolf a su esposo Leonard antes...
- BERTRAND RUSSELL
- Alan Watts
- Juan Villoro
- Jorge Luis Borges
- "En la primavera de 1938 estaba trabajando por el...
- El ejemplo más asombroso de este tipo de coincide...
- Oliverio Girondo
- Milan Kundera
- Manolo Chinato
- «Un día me dirigía a una importante reunión con u...
- John Gray
-
►
2022
(630)
- ► septiembre (27)
-
►
2021
(1053)
- ► septiembre (59)
-
►
2020
(1232)
- ► septiembre (75)
-
►
2017
(272)
- ► septiembre (28)
-
►
2016
(153)
- ► septiembre (29)
-
►
2015
(385)
- ► septiembre (4)
-
►
2014
(562)
- ► septiembre (15)
-
►
2013
(1055)
- ► septiembre (68)
-
►
2012
(769)
- ► septiembre (108)
No hay comentarios:
Publicar un comentario