jueves, 30 de abril de 2020

Jordan Peterson

Accept the terrible responsibility of life with eyes wide open ...
A partir de ese punto, desarrollé mis principales conclusiones morales. Apunta hacia arriba. Presta atención. Arregla lo que puedas arreglar. No seas arrogante. Esfuérzate por ser humilde, porque el orgullo totalitario se manifiesta en la intolerancia, la opresión, la tortura y la muerte. Sé consciente de tus propios defectos: tu cobardía, tu perversidad, tu resentimiento, tu odio. Ten en cuenta tu potencial asesino antes de atreverte a acusar a los demás y antes de tratar de enmendar la naturaleza del mundo. Quizá el mundo no tenga la culpa, quizá la tengas tú. No has estado a la altura, has errado el tiro. Te has quedado muy por debajo de la gloria divina. Has pecado. Y todo eso representa tu contribución a las carencias, al mal del mundo. Y por encima de todo, no mientas. No mientas por nada, nunca. La mentira conduce al infierno. Fueron las grandes y pequeñas mentiras de los Estados nazis y comunistas lo que causó las muertes de millones de personas.
Lo conveniente dicta seguir el impulso ciego. Es el beneficio a corto plazo, es estrecho y egoísta. Miente para salirse con la suya y no tiene nada en cuenta. Es inmaduro, irresponsable. Frente a él, el significado es su recambio maduro. El significado emerge de la interacción entre las posibilidades del mundo y la estructura de valores que opera en ese mundo. Si la estructura de valores tiene como objetivo la mejora del Ser, el significado que revelará servirá para sostener la vida. Proporcionará el antídoto contra el caos y el sufrimiento. Hará que todo cuente, hará que todo sea mejor. Si actúas de forma recta, tus acciones te permitirán estar psicológicamente integrado tanto hoy como mañana y también a medida que avances hacia el futuro, mientras sacas provecho, al mismo tiempo que tu familia y todo el mundo que te rodea. Todo se acumulará, se alineará sobre un mismo eje, se fundirá en un conjunto. Esto produce el máximo significado. Esta acumulación es un lugar en el espacio y en el tiempo cuya existencia podemos detectar mediante nuestra habilidad para experimentar más de lo que simplemente nos revelan nuestros sentidos aquí y ahora, sentidos que están obviamente limitados a la hora de recoger información y en su capacidad de representación. El significado triunfa sobre lo conveniente. El significado satisface todos los impulsos, ahora y siempre. Por eso podemos detectarlo. Si decides que tu resentimiento contra el Ser no está justificado, a pesar de su desigualdad y su dolor, quizá empieces a advertir cosas que podrías arreglar para disminuir, aunque solo sea un poco, parte del sufrimiento y el dolor innecesarios. Puede que te preguntes: «¿Qué debería hacer hoy?», de una forma que quiere decir: «¿Cómo podría utilizar mi tiempo para que las cosas sean
mejores y no peores?». Este tipo de tareas puede anunciarse bajo la forma de un montón de papeles pendientes de los que te podrías ocupar, de una habitación que podrías hacer algo más acogedora o de una comida que podrías preparar más sabrosa y podrías servir a tu familia con mayor gratitud. Te darás cuenta de que si te ocupas de estas obligaciones morales, una vez que hayas colocado ese «haz el mundo mejor» en lo más alto de tu jerarquía de valores, podrás experimentar el significado más profundo. No es una dicha, no es la felicidad, es más bien una redención del hecho criminal que supone tu Ser fracturado, dañado. Es el pago de la deuda que has contraído por el milagro horrible y malsano de tu existencia. Es como puedes recordar el Holocausto, como puedes compensar la patología de la historia. Es adoptar la responsabilidad de ser un habitante potencial del infierno. Es la voluntad de servir como ángel del paraíso. La conveniencia es como esconder todos los esqueletos en el armario. Es cubrir la sangre que acabas de derramar con una alfombra. Es evitar la responsabilidad. Es cobarde, es superficial y está mal. Está mal porque la conveniencia, puesta en práctica muchas veces, produce el carácter del demonio. Está mal porque la conveniencia se limita a traspasarle la maldición con la que cargas a otra persona o a ti mismo en el futuro, de una forma que hará que tu futuro, y el futuro en general, sea peor y no mejor. No hay fe, valentía ni sacrificio al hacer lo que resulta conveniente. No hay ninguna reflexión minuciosa acerca de que las acciones y los supuestos cuentan, o de que el mundo está hecho de aquello que cuenta. Contar con significado en tu vida es mejor que tener aquello que deseas, porque puede que no sepas qué es lo que deseas ni lo que de verdad necesitas. El significado es algo que te sale al encuentro por su propia decisión. Puedes preparar los requisitos, puedes seguir el significado cuando se manifiesta, pero no puedes producirlo deliberadamente. El significado indica que te encuentras en el lugar adecuado, en el momento adecuado, en el equilibrio justo entre orden y caos, allí donde todo se alinea de la mejor forma posible. Lo que es conveniente tan solo funciona en el presente. Es inmediato, impulsivo y limitado. Lo que tiene significado, por el contrario, es la organización de todo aquello que de otra forma sería solo conveniente en una sinfonía del Ser. El significado es aquello que transmite, con mucha más fuerza que las palabras, el Himno de la alegría de Beethoven, una creación triunfante que emerge del vacío con una sucesión de hermosos patrones en el que cada instrumento cumple su papel y sobre la que aparece un coro de voces afinadas
para cubrir todo el registro de emociones humanas posibles desde la desesperación al júbilo.
El significado es el equilibrio definitivo entre, por un lado, el caos de la transformación y la posibilidad y, por otro, la disciplina de un orden impoluto, cuyo objetivo es producir a partir del caos actual un nuevo orden que sea inmaculado y capaz de generar un caos y un orden todavía más equilibrados y productivos. El significado es el camino, es el sendero de la vida más abundante, es el lugar donde vives cuando te guía el amor, cuando dices la verdad y cuando nada de lo que quieres ni de lo que puedas querer pasa por delante de eso mismo. Dedica tus esfuerzos a hacer cosas con significado, no aquello que más te convenga.

Malvidio Malatesta

Día internacional la felicidad: aprender a ser felices desde la ...
La felicidad se oculta

en las cosas cotidianas

en el andar de todos los días


en las mismas personas


la arrastra la rutina


abre los ojos


mira con amor

Carl Jung

45 Clever Quotes from Carl Jung - MagicalQuote
Me interesaba oír las opiniones de Freud sobre la pre-
cognición y sobre parapsicología en general. Cuando le
visité en 1909 en Viena le pregunté qué pensaba acerca de
ello. De acuerdo con su prejuicio materialista, rechazó ra-
dicalmente la cuestión como algo absurdo, basándose en
un positivismo tan superficial, que me fue difícil no res-
ponderle con acritud. Transcurrieron todavía algunos años
hasta que Freud reconoció la importancia de la pa-
rapsicología y la autenticidad de los fenómenos «ocultos».
Mientras Freud exponía sus argumentos, yo sentí una
extraordinaria sensación. Me pareció como si mi diafrag-
ma fuera de hierro y se pusiera incandescente —una cavi-
dad diafragmática incandescente. Y en este instante sonó
un crujido tal en la biblioteca, que se hallaba inmediata-
mente junto a nosotros, que los dos nos asustamos. Creí-
mos que el armario caía sobre nosotros. Tan fuerte fue el
crujido. Le dije a Freud: «Esto ha sido un fenómeno de
ex-teriorización de los denominados catalíticos.»
«¡Bah —dijo él—, esto sí que es un absurdo!»
«Pues no», le respondí, «se equivoca usted, señor pro-
fesor. Y para probar que llevo razón le predigo ahora que
volverá inmediatamente a oírse otro crujido». Y, efectiva-
mente: ¡apenas había pronunciado estas palabras se oyó el
mismo crujido en la biblioteca!
No sé aún hoy por qué tenía tal certeza. Pero sabía
con toda exactitud que el crujido iba a repetirse. Freud me
miró horrorizado. No sé qué pensaba o qué miraba. En
todo caso, este hecho despertó su desconfianza hacia mí y
yo tuve la sensación de haberle hecho algo. Nunca más
volví a hablarle de esto.

Xavier Velasco


Diablo Guardian, Xavier Velasco, Frases, Violetta | Frases bonitas ...
La pena y el cansancio también tienen sus límites. Uno recobra el ánimo o las energías al poco de temerse que no resiste más. Tocar fondo es también una forma de rebotar. Aligerarse. Enterarse que en lo hondo del agujero también soplan de pronto nuevos aires. Según quien la inventó, la guillotina debe de producir en el ajusticiado una súbita sensación de frescura. ¿Quién sabe si la muerte no es un segundo aire?
Éstos eran los ánimos que yo me daba en la noche de mi segundo arresto. Dos en una semana tenían que ser irreales. Encima de eso me faltaban las fuerzas para empujar otra bola de nieve de ideas idiotas. Los celadores cuentan con esos pensamientos. Antes de que te pongan número y uniforme necesitan quebrarte los huesos del espíritu. Que cuando llegue la hora del retrato tengas toda la pinta de patibulario. Esa noche me dije que no iba a darles gusto.
Antes había temido que me lo merecía. Que era tan criminal como cualquiera de los facinerosos obligados a hacerme compañía. Y esta vez prefería repetirme que me lo había buscado. Sería quizá lo mismo, pero yo lo veía diferente. Habérmelo buscado no dejaba de ser un acto caprichoso de la voluntad. Tenía lo que quería, ¿no era cierto? Y al fin quería tan poco que ya me daba igual.
No lo pensaba así, aunque hoy supongo que me estaba rindiendo. O en fin, aclimatando. Como esos reincidentes fotogénicos que inclusive sonríen a la hora de la foto. Igual que el labregón que ya con dieciocho años vuelve feliz a aquella misma escuela de la que tantas veces lo expulsaron, a cursar nuevamente el segundo año de secundaria. Si van a despreciarte porque eres lo peor, de una vez que se enteren que no tienes arreglo. Que digan ay, qué cínico, pero nunca qué hipócrita. Me lo busqué, señoras y señores. Soy mi propio gurú en las ciencias ocultas del autoperjuicio.

Lorena Pronsky

Ya no la quiero — Lorena Pronsky
A todos nos abandonaron un día. Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario.
Traumático. No. Es más simple. Pero duele igual.

A todos nos abandonaron en el medio de un quilombo.
En el inicio de un proyecto.
En el placer del logro cumplido.
En el momento menos pensado.
En el momento más esperado.

A veces pasa, que te das vuelta y no tenés quien te junte los mocos, quien te dé la palmada en la espalda, quien te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quien te limpie las rodillas cuando te fuiste al pasto.

Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos.
Porque todos fuimos abandonados un día.

Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.

Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarrillos,
el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho.
Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante.
Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que lo que se intenta matar, no es el hambre.
O por lo menos , no ese.
Pibes que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas.
El otro se pone a jugar lo que no tiene.
Vos comprarás compulsivamente cosas que no necesitás, para sentirte un poco vivo por un instante.
Y yo me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar adentro.

Es que somos tan jodidos con nosotros mismos que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos.

Porque todo eso que te comés, te come a vos.
Te pone peor.
Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabés que no es genuino.
Que no es lo que querés.

No comés así por hambre.
No corrés por deporte, cuando te estás rajando de vos.
No te intoxicás por placer.
No te acostás con esa mina por amor.
Tapás.
Escondés.
Tirás abajo de la alfombra.
Cerrás los ojos.
Te ponés un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón.

Date cuenta.
Te estás comiendo a vos.
Y quizá, el secreto esté en frenar.
En sentir.
En recordar, que en ese abandono lo que te falta, es lo que tenés que buscar.

Amor.

Quizá sea hora de pedir ese abrazo.
De acostarte en las rodillas de tu mamá.
De poner la pava y llamar diciendo, sí, te juro que te necesito.
Es ahora. Después no. Ahora.

Andá a esa casa. Hablá con quién te escucha. Llorá. Gritá.
Decí. Vomitá. Pedí. Da.

Ahora.

Hacer malabares, en medio del despelote, no tiene más que un resultado despelotado. Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo una curita.
Y las curitas no curan.
Las curitas tapan.
Y vos sabés muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado.

Pará un poquito. Mirá en el espejo de tu alma. Frená.
Mirá lo que te falta y salí a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar. De verdad.

No revolotees como mosca en platos vacíos.
Pedí lo que necesitás si ves que solo no podés.

Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo. 
Con eso no se juega. 
No tenés derecho.

Oliverio Girondo

Oliverio Girondo | Literatura Wiki | Fandom
¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asomado a la angustia,
al engaño,
a lo verde?...
No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco,
adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror,
al delirio.
No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,
en el fondo del sueño,
del eco,
del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.

miércoles, 29 de abril de 2020

Mary oliver

LITERATURE II / Mary Oliver — The Story of Virago

Instrucciones para vivir una vida:
Prestar atención.
Asombrarse.
Contarlo.

Friedrich Nietzsche

A menudo la sensualidad apresura el crecimiento del amor, de modo que la raíz queda débil y es fácil de arrancar.

Leonora Carrington

TOP 19 QUOTES BY LEONORA CARRINGTON | A-Z Quotes
Leonora usó la escritura para relatar ese pasaje por el mundo de la locura, relató su encierro en un escrito: “Memorias de abajo”. Escrito durante cinco días y producto de su colapso nervioso, fruto del mundo hostil al que se vio enfrentada. ¿Qué mundos visitó Leonora en ese lapso en que se le acusó de loca? ¿Qué vio en esa crisis que la arrastró a ver dioses y demonios, al descender al mundo de la alucinación del que pocos regresan? ”Memorias de abajo” es un diario de un viaje al inframundo: la difusa frontera que separa fantasía de realidad.

Leonora habló para conservar la lucidez y mientras se debatía entre un mundo exterior de guerra y otro interior de soledad, el mundo real parece desdibujarse y su situación nerviosa es cada vez más grave. En sueños cree haber encontrado la fórmula para frenar el avance del fascismo, su angustia creció y se reflejó en su propio cuerpo la miseria de la guerra.  

Su psiquiatra le pidió que dibujara su viaje por el mundo de la locura, ella no pudo; sin embargo, escribió, sus memorias. Infestada de somníferos y tranquilizantes, apenas logró estar consciente para escribir, pero lo logró y relató la violencia con la que fue tratada:
“En Covadonga, me arrancaron brutalmente las ropas y me ataron con correas, desnuda, a la cama. […] No sé cuánto tiempo permanecí atada y desnuda. Yací varios días y noches sobre mis propios excrementos, orina y sudor, torturada por los mosquitos, cuyas picaduras me pusieron un cuerpo horrible: creí que eran los espíritus de todos los españoles aplastados, que me echaban en cara mi internamiento, mi falta de inteligencia y mi sumisión”.
Asolada por la culpa y la desesperación por no poder salvar su propia situación personal y la de España, alucinó y deliró inducida por el Cardiazol, medicina que le provocó un acelere mental. Sus deseos de huir crecieron, pero su voluntad fue violentada por el encierro, pese a todo dijo: “Estoy creciendo. Estoy creciendo… y tengo miedo; porque nada escapará a la destrucción”.
 El surrealismo de Leonora es ese mundo de los sueños que ella transitó, a ratos lugares mágicos, pero también reflejo del tormento por el que se movió. 
En su búsqueda por resolver la situación de la liberación de Max, se había condenado al encierro ella misma. Su culpa y desesperación por solucionar los problemas del mundo violento que la consumía, amenazaba con aniquilarla o dejarla vagando en el limbo: “Pensé que era mi reino; que su tierra roja era la sangre seca de la Guerra Civil. Me asfixiaban los muertos, su densa presencia en ese paisaje lacerado”.
https://culturacolectiva.com/arte/max-y-leonora-dos-surrealistas-un-amor-de-manicomio

Fácil

Es fácil besar en París,yo buscó quien me ame en Vietnam.

Jaime Sabines

LA TOVARICH 

Es mi cuarto, mi noche, mi cigarro.
 Hora de Dios creciente. 
Obscuro hueco aquí bajo mis manos.
 Invento mi cuerpo, tiempo, y ruinas de mi voz en mi garganta. 
Apagado silencio. 

He aquí que me desnudo para habitar mi muerte. 

Sombra en llamas hay bajo mis párpados. 
Penetro en la oquedad sin palabra posible, 
en esa inimaginable orfandad de la luz 
donde todo es intento, aproximado afán y cercanía. 

Margie (Maryi) se llama. 

Estaba yo con Dios desde el principio. 
El puso en mi corazón imposibles imágenes 
y una gran libertad desconocida. 

Voces llenas de ojos en el aire 
corren la obscuridad, muros transitan. 
(Lamento abandonado en la banqueta. 
Un grito, a las once, buscando un policía.) 
En el cuarto vecino dos amantes se matan. 

Y música a pedradas quiebra cristales,
 rompe mujeres encintas.
 En paz sereno, 
fumo mi nombre, recuerdo. 

Porque caí, como una piedra en el agua, 
o una hoja en el agua, 
o un suspiro en el agua.
Caí como un ojo en una lágrima. 

Y me sentí varón para toda humedad, 
suave en cualquier ternura, 
lento en todo callar. 
Fui el primero hasta el último 
en ser amor y olvido, ni amor ni olvido. 
(Porque soles opuestos... 
Siempre el mismo y distinto.
Igual que sangre en círculo. al corazón, igual.) 

El porvenir que cae me filtra hasta perderse. 
Yo soy: ahora, aquí, siempre y jamás. 

Un barranco y un ave. 
(Dos alas caminan en el aire
 y en medio un madrigal.) 

Un barranco. 
(Ya no lo dijo. Calló, de pronto, 
hoscamente, para callar.) 

Un 
(quién sabe. Yo). 

Cualquier cosa que se diga es verdad.
Antes de mi suicidio estuve en un panal. 

(Rosa Maryi que ya rosal, 
cualquier muerte es mortal.) 

Ahora voy a llorar


p.d por si no se lo preguntaron, por si tienen curiosidad:
Tovarishch o tovarisch es una palabra rusa que significa compañero, amigo, colega o aliado.

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