sábado, 23 de noviembre de 2024

 Una de las más importantes decisiones de nuestra vida, según Epicteto, tiene que ver con preocuparnos por las cuestiones externas o internas. La mayoría elige centrarse en el exterior porque cree que los daños y beneficios proceden de ahí. Sin embargo, según Epicteto , un filósofo — considera como tal a quien tiene cierta comprensión de la filosofía estoica — hará justo lo contrario. Considerará que «todo daño y beneficio procede de sí mismo». [1] En particular, renunciará a las recompensas que el mundo exterior puede ofrecernos para alcanzar «la serenidad, la libertad y la calma ». [2]

 Al ofrecer este consejo, Epicteto invierte la lógica del cumplimiento de los deseos. Si preguntas a la gente cómo quedar satisfecha, la mayoría te dirá que hay que trabajar para conseguirlo: conviene diseñar estrategias para cumplir nuestros deseos y luego implementar esas estrategias. Pero, como señala Epicteto, «es imposible que la felicidad y el anhelo por lo que no está presente se unan alguna vez». [3] Una mejor estrategia para conseguir lo que quieres, dice, es convertir en tu objetivo solo aquello que puedes conseguir; e, idealmente, desear solo aquello que estás seguro de obtener.

 Ahí donde la mayoría de la gente pretende alcanzar la satisfacción cambiando el mundo a su alrededor, Epicteto aconseja cambiarnos a nosotros mismos; más exactamente, cambiar nuestros deseos. Y no está solo al ofrecer este consejo; de hecho, es el consejo ofrecido por, virtualmente , todo filósofo y pensador religioso que ha reflexionado sobre el deseo y sobre las causas de la insatisfacción humana. [4] Todos están de acuerdo en que si buscas la felicidad , es mejor y más fácil cambiarte a ti mismo y lo que deseas que cambiar el mundo que te rodea .

 Tu deseo fundamental, dice Epicteto, debería ser el de no verte frustrado por la formación de deseos que no podrás cumplir. Tus otros deseos deberán conformarse a este otro, y si no ocurre así, tendrás que esforzarte por desterrarlos. Si lo consigues, dejarás de experimentar ansiedad respecto a alcanzar lo que quieres o no; ni te sentirás decepcionado si no obtienes lo que quieres. De hecho, asegura Epicteto, serás invencible : si te niegas a participar en una competición que puedes perder, jamás perderás competición alguna.

William B. Irvine

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