lunes, 29 de marzo de 2021




 Bioy entablaría enseguida una relación muy estrecha con Borges; encuentros en los que ambos ponían a prueba su ingenio y su inmensa cultura (en ocasiones, jugaban a hablar en una jerga anglo-ítalo-española), y conversaban durante horas sobre sus referentes: Johnson, De Quincey, Stevenson... Charlas y anécdotas que Bioy recogería en su monumental Borges, publicado post-mortem (en 2006) por expreso deseo del autor.

Fruto de esa amistad y complicidad intelectual fueron los relatos policiales de Honorio Bustos Domecq, el autor ficticio bajo cuyo nombre firmarían varios libros de cuentos. "Qué extraña gente sin Dios eran los dos cuando estaban juntos", expresó en su día el escritor Juan Forn. Siempre se respetaron los dos genios mutuamente pero en el ocaso de la vida de Borges, éste se distanció de Bioy Casares (y algo influiría en ese alejamiento María Kodama, la última compañera del poeta). Una anécdota recogida por Arias en su biografía muestra a las claras el enojo de Bioy por un comentario del autor de El jardín de los senderos que se bifurcan. Corría el año 1983 y a Borges le preguntaron si podía pedir la firma de Bioy para una declaración tras el atentado contra la redacción de una revista. "Pero es más bien tímido ese hombre, ¿no?", zanjó Borges. Cuando Bioy leyó esas palabras en la prensa, se quedó boquiabierto. Después de tantos años, su gran amigo se refería a él como "ese hombre".

https://www.elmundo.es/cultura/2016/06/07/575709a4468aeb6b248b461f.html

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