martes, 26 de octubre de 2021

 Hay algo que molesta. Siempre molestó. Hay algo que molesta aquí adentro, pero no es algo que venga desde afuera. Es como una incomodidad, un agujero sin fondo, una ansiedad. Puede ser una ansiedad, pero una ansiedad ciega. Algo a lo que quiero llegar pero no puedo. Y no puedo porque no lo hay. Siento que hay algo a donde quiero llegar, pero no puedo porque no existe. Algo que es algo porque no lo puedo casi determinar, algo que se me esfuma cuando intento concentrarme en alcanzarlo. Se me va. Quiero llegar, pero no puedo porque está en su ser el irse. O sea, algo que ni siquiera sé, en realidad, si lo hay o no lo hay, ya que, en tanto lo enfoco, se desvanece. O peor, cuanto más lo enfoco, más se desvanece. Su búsqueda me interpela, pero a la vez me frustra. Y por eso molesta. ¿Cómo se calma la ansiedad? ¿Se calma? Siento un malestar, pero sobre todo «siento». Eso es importante: es un malestar en el cuerpo, pero en el cuerpo no tengo heridas. ¿Qué es esta herida en el cuerpo que es sin cuerpo y que no puede calmarse? Siento que todo se me vuelve estrecho, angosto. ¿Será realmente ansiedad? ¿O será tedio? ¿Será aburrimiento? ¿Será depresión? ¿Será melancolía, será enojo? Una vez más, la necesidad de constituir esta sensación como un algo. Comprender para tranquilizarme. Creo que estoy huyendo de la palabra clave. Creo que huyo. Pero ¿se puede huir de la angustia? ¿O es la angustia la conciencia de que no somos más que huida? Angustia viene de angosto, pero ¿qué es lo que se angosta? ¿Qué se estrecha? ¿Las respuestas, el sentido? ¿No es al revés? ¿No vivimos en un mundo que tiene respuestas para todo? ¿Y entonces, por qué la angustia? ¿Se puede resolver la angustia? ¿Se debe? ¿Es la angustia un estado psicológico o filosófico, es decir, existencial? ¿Y tiene que ver con nuestra condición humana o con algo que nos excede? ¿Por qué huimos de la angustia? ¿Nos duele? ¿Nos hiere? ¿Podemos morirnos de angustia o más bien nos angustiamos cuando nos damos cuenta de que nos vamos a morir? ¿Pero qué tiene que ver la angustia con la muerte? ¿O qué tiene que ver la angustia con la conciencia de la muerte? Es que nos angustia la conciencia última del sinsentido de todo. Nos angustia la extrañeza de estar siendo y la peor extrañeza de dejar de ser dentro de muy poco. Nos angustia que, en el fondo, las preguntas más fundamentales no tengan respuesta. Nos angustia el haber nacido para morir. Nos angustia que haya cuando pudo no haber habido nada. Nos angustia la nada… Nos angustia el estar sumergidos en una cotidianeidad que incluye este edificio, estos automóviles, esta vidriera, esa pelota de fútbol, este mediodía, estos recuerdos, este cuerpo, el leve viento que circula por la avenida Cabildo, estas preguntas, estos pendientes, la organización sistemática del tiempo, día a día, para cumplir con lo que se supone que es el sentido de la vida que uno cree haber elegido, el paso inexorable de las horas, el advenimiento inescrutable de la muerte, el dejar de ser. ¿Realmente tiene sentido todo esto que estamos haciendo si al final de cuentas nacimos para morir?

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