viernes, 14 de abril de 2017

Winston Churchill

 

 Durante la Ley Seca en los Estados Unidos, Winston Churchill se refirió públicamente a la enmienda constitucional que prohibía el alcohol como “una afrenta a toda la historia de la humanidad”. A Churchill le encantaba el whisky escocés. 

 La brillante oratoria de Churchill se gestó porque era tartamudo. Sin embargo, supo entrenar duro para superar totalmente esta deficiencia. Algunos de sus discursos se planificaban con semanas de antelación mediante el estudio de los temas a tratar para que su tartamudez no saliera a flote.

 Lady Astor, la primera mujer en el parlamento británico, estaba constantemente en desacuerdo con el primer ministro británico Winston Churchill. Durante un debate, Lady Astor declaró que si fuera su mujer le pondría veneno en el té. Churchill respondió: “Señora, si yo fuera su marido, me lo bebería”.

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