Originaria de Rothwell, Leeds, y madre de tres hijos, Tomlinson es una persona singular. En 1990 le fue diagnosticado un cáncer de mama. En principio, los médicos detectaron a tiempo la enfermedad y lograron curarle. Pero diez años después, en agosto de 2000, se le reprodujo el mal a lo bestia, extendiéndose a huesos y pulmones. Los médicos le vaticinaron menos de un año de vida. Pero Jane decidió obviar la información y dio un giro a su vida. A pesar de ser tratada con quimioterapia, comenzó a entrenarse casi a diario para afrontar diversos retos, todos relacionados con el deporte y la resistencia. Para asombro de casi todos, la inglesa, lejos de morir a los pocos meses, comenzó a triunfar en las pruebas en las que participaba.
Primero corrió carreras menores pero conforme pasaba el tiempo fue subiendo de escalón. A principios de 2002 completó la maratón de Londres. Tres meses más tarde cruzaría meta del triatlón de Londres entre la primera mitad de participantes. Entre otras cosas, Jane decidió hacer con su hermano la ruta Roma-Leeds a bordo de un tándem. Pero no por el recorrido más corto, sino que cruzó los Alpes, al más puro estilo Indurain, subiendo puertos tan duros como el Mount Ventoux. Esta aventura fue vista en directo por toda Gran Bretaña a través de la cadena Sky. En 2005 llegaría la gran hazaña, al completar el Ironman de Florida. Hito que logró después de ingresar tan solo una semana antes de la prueba en el hospital para seguir con su tratamiento. Su extraordinario espíritu de superación y la forma en que afrontó su situación le han merecido más de un premio en su Inglaterra natal. Además, sus vivencias fueron plasmadas en un libro: "El tiempo es un lujo".
A pesar de su coraje y sus ganas de vivir, Jane Tomlinson murió el 3 de septiembre de 2007, a la edad de 43 años.
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