martes, 13 de junio de 2023

Gary Cox

 Según los existencialistas, la consciencia de la mente es una «nada». No es una cosa en sí, sino una relación. Al igual que un reflejo en el espejo, está compuesta en su totalidad por aquello que refleja. Dado que la consciencia no es nada en sí misma, las personas no son nada en sí mismas. Como ya hemos dicho, nadie es una entidad fija. Al no ser entidades fijas, las personas deben esforzarse constantemente por ser algo, por inventarse a sí mismas mediante las decisiones que toman y las acciones que emprenden. En el caso concreto del ser humano, «la existencia precede a la esencia» se refiere a la idea de que cada persona primero existe, sin un sentido ni un propósito, y a partir de ese momento lucha por otorgarse un sentido y un propósito. La esencia de una persona es no tener más esencia que la que debe inventarse continuamente para sí. Como sostuvo Simone de Beauvoir a lo largo de sus numerosos escritos, «la naturaleza del ser humano es no tener naturaleza».

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